Ventas, objetivos, margen de contribución, facturación, beneficios… Tradicionalmente estos son los conceptos que han movido el día a día de muchas empresas. Directivos y cuadros de mando centrados en la parte económica del negocio, en cumplir con unos objetivos orientados a maximizar los beneficios para así incrementar el valor de la empresa. Para la consecución de estos objetivos se necesita un equipo de empleados y no han sido pocos los casos en los que se olvida o no se tiene en cuenta que los empleados son, ante todo, personas. Personas con sus alegrías y sus penas, con sus particularidades y sus necesidades, con sus sensibilidades y sus formas de pensar y de actuar. Personas, no máquinas, y como tales, necesitadas de atención, comprensión y, por qué no decirlo, cariño. ¿Es de locos pensar en una empresa donde los empleados son felices? En mis más de 30 años de profesional, he visto como, poco a poco, las empresas han ido girando su estrategia para centrarla más en sus empleados y en sus clientes. Sin empleados no hay empresa y sin clientes, tampoco. Por lo tanto, debemos empezar por garantizar el bienestar de aquellos cuyo trabajo diario contribuye al sostenimiento y crecimiento del negocio. Cada día hay más conciencia de lo fundamental que es el equipo humano y cada vez son más los líderes que contribuyen a humanizar la oficina, fomentando culturas organizacionales donde las personas disfrutan colaborando para lograr objetivos comunes.

El disfrutar de un buen ambiente laboral es tarea de cada miembro del equipo. Debemos enterrar nuestro instinto "individualista" para centrarnos en el equipo. Cada empleado es importante, cada uno cuenta, desde el personal de limpieza hasta el alto directivo. Todos podemos aportar nuestro granito de arena para crear juntos un mejor ambiente de trabajo que nos llevará a una mayor estabilidad del equipo y a mejores resultados empresariales. Si no quieres que tus colaboradores vayan a trabajar pasando unas horas allí solo por la nómina, éstas son algunas de las maneras para tener una organización más humana:

• Flexibilidad laboral: quedan atrás esos tiempos en los que se juzgaba el trabajo del empleado por las horas que estaba en su puesto, por su puntualidad al llegar y al salir en vez de valorarlo por su actitud y resultados. Si trabajamos con gente profesional y en la que confiamos, no pasa nada si un día alguien se va antes, llega más tarde o teletrabaja. Promueve la flexibilidad y obtendrás felicidad y buen rendimiento.

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