En la jornada interactiva online Vet for Future, de Zoetis, se presentaron este martes soluciones de futuro, prácticas e innovadoras para la clínica veterinaria en el área de la dermatología y el dolor (terapias biológicas y calidad de vida) y el diagnóstico (Inteligencia Artificial). Carmen Alamán, marketing manager del área terapéutica de Animales de Compañía en Zoetis España , y Virgilio Martínez, marketing manager de prevención y diagnóstico de Animales de Compañía en Zoetis España, dieron la bienvenida.

Anunciaron que en primer lugar se iba a hablar de anticuerpos monoclonales, que transforman completamente las terapias. "Son terapias muy específicas, que se dirigen a dianas muy concretas y que son de aplicación mensual e inyectable en manos del veterinario", dijo Alamán. Las terapias biológicas y los anticuerpos monoclonales funcionan como las proteínas naturales. Es decir, se degradan como las proteínas naturales, con mínimo impacto gastrointestinal, hepático o renal. Lo que aportan es "calidad de vida", tanto a los pacientes como a los dueños. Martínez adelantó que se iba también a hablar de inteligencia artificial. De VETSCAN IMAGYST, sostuvo que revolucionará el diagnóstico en animales de compañía.

Alex O´Dogherty fue el maestro de ceremonias con un monólogo de humor. Palma García, directora del Departamento Técnico de Animales de Compañía en Zoetis España, destacó que la empresa es pionera en el desarrollo de anticuerpos monoclonales como nuevas opciones terapéuticas en medicina veterinaria. Presentó a Rubén Avelino, especialista en Inmunología, quien habló de qué son y qué importancia tienen los anticuerpos monoclonales. Primero, hizo un pequeño repaso histórico. "El concepto de inmunización lo tenemos que retrasar a la medicina tradicional china, que utilizaba la escamación de pacientes que superaban una enfermedad grave para tratar de dar inmunidad a los niños. Pero, no fue hasta que Edward Jenner en 1798, con el uso de la viruela bovina, consiguió generar la primera vacuna de nuestra historia", explicó. Comentó que los mamíferos disponen de diferentes tipos de inmunoglobulinas. IgM, IgA, IgD, IgE o IgG. Cada una tiene una disposición sistémica y tiene una funcionalidad.

Las IgG son las más abundantes en el organismo. Es una molécula diseñada para detectar un antígeno en concreto, porque el sistema inmunológico sabe que ese patógeno es peligroso para el organismo. Se paró en las IgG y en su estructura en forma de Y. "Las IgG son de todo menos simétricas estructuralmente. Cada brazo de la inmunoglobulina es capaz de rotar de forma independiente. Esta flexibilidad le permite adaptarse a una mejor unión al antígeno y ser más efectiva", apuntó. Una IgG dispone de unos 1.300 aminoácidos. Su peso molecular es mucho mayor que el de otras proteínas como la interleuquiina. A diferencia de las moléculas sintéticas, las IgGs son mínimamente metabolizadas en los sinusoides hepáticos o filtradas en glomérulo renal, incluso si existe una moderada afectación del parénquima. El catabolismo proteico es el mayor responsable de la eliminación de las IGs.

Avelino aclaró que Georges J.F. Köhler y César Milstein en 1975 desarrollaron el primer sistema de producción estable de anticuerpos específicos; logrando una "gran especificidad, afinidad y precisión" sin tener que esperar a una adaptación del sistema inmune. Una sola molécula de IgG puede ejercer el efecto deseado a nivel terapéutico. La función más extendida de las terapias con anticuerpos monoclonales es el bloqueo de la acción de una molécula con su receptor de membrana en una célula diana. Esto inhibirá el desencadenar la respuesta celular. Otro tipo de función es provocar un efecto de citotoxicidad. Con la bioingeniería, se puede modular el comportamiento de las IgGs y ampliar las posibilidades terapéuticas o diagnósticas. ¿Por qué es tan relevante el uso de anticuerpos monoclonales? Respondió que principalmente por su especificidad. "Al ser una única molécula a la que van a reconocer estos anticuerpos, y gracias a la bioingeniería, el reconocimiento de otro tipo de antígenos va a ser muy limitado", avisó. Se evitará el desencadenamiento de otros efectos colaterales a nivel sistémico o celular. Por su vida media, proporciona "una herramienta ideal para tratamientos crónicos, porque no es necesario tener que estar dosificando a un animal todos los días". Y los residuos que se generan en un animal son leves. La realidad veterinaria es que existen tratamientos monoclonales frente a la dermatitis atópica y al tratamiento del dolor. En Oncología está en perspectivas de desarrollo.

Isaac Carrasco, especialista en Dermatología, se centró en su impacto en Dermatología y alergias. "Hablar de anticuerpos monoclonales en Dermatología es hablar de prurito. Por tanto, es hablar de dermatitis alérgica y de dermatitis atópica", declaró. Hay que tener muy presente que es una enfermedad crónica e inmunomediada, por lo que se necesitarán unos tratamientos crónicos, que irán cambiando con el tiempo y que habrá que irse adaptando a la realidad de cada momento. Subrayó que hay que conseguir un buen cumplimiento por parte del tutor, controlar rápidamente los síntomas, evitar cambios crónicos y evitar efectos adversos. Si se hace un tratamiento complejo, el tutor posiblemente se cansará y lo hará mal. Es fundamental "simplificar" al máximo los tratamientos propuestos. Hay que recordar que hay una familia detrás del animal.

Hay un montón de dianas potenciales. Si se decide utilizar un anticuerpo monoclonal que inhiba una única citoquina, la IL-31, "vamos a quitar el prurito sin atacar otras vías inmunológicas y esto es muy deseable". Algo que se buscaba siempre es que la terapia pudiera funcionar desde el principio, de forma rápida, crónica y segura. Aseveró que los anticuerpos monoclonales cubren estas necesidades. Se utilizarán como tratamiento proactivo, evitando que el animal enferme y no esperar a que esté enfermo. Concluyó que "lo importante es que, con anticuerpos monoclonales, se va a hacer una terapia dirigida a una diana terapéutica específica y eso nos hace trabajar muchísimo mejor, de una manera muy sofisticada y sin poner en riesgo a los pacientes. Obliga a trabajar mejor, haciendo un mejor diagnóstico". Hizo hincapié en su buen perfil de seguridad. Y es "la evolución de las terapias dermatológicas".

Duncan Lascelles, especialista en Dolor Animal, abordó los fundamentos fisiopatológicos relacionados con la artrosis. "El dolor asociado con artrosis es común. El 40% de los gatos y los perros presenta signos clínicos de dolor asociado a la artrosis", informó. La sensibilidad es parte del proceso que se traduce en dolor. Los nervios activados contribuyen a la inflamación local. La artrosis es una enfermedad en las que el NGF está sobreexpresadoa. Lo que hace es alternar el aspecto y la función del nervio sensitivo. Se libera también por los tejidos dañados. Los AINE producen un alivio del dolor predecible. La concentración del NGF está elevada en las articulaciones artrósicas y es un modulador importante de la función neuronal. Sensibiliza al nervio.

Por su parte, Carlos Macías, especialista en Traumatología y Ortopedia Veterinaria, expuso el impacto de los anticuerpos monoclonales en la osteoartritis como enfermedad. "Cuando hablamos de la osteoartritis, todo el mundo tiene que tener en mente la imagen de un perro con displasia de cadera que diagnosticamos en el momento, independientemente de la edad, en el que el perro a los varios meses de edad ya le diagnosticamos una enfermedad articular primaria, pero está condenado a desarrollar un proceso osteo-artrítico que va a conllevar la degeneración progresiva de esta articulación, el deterioro progresivo y el dolor que eso acarrea a lo largo de la vida de este animal funcional", expresó. El foco de la enfermedad es la pérdida progresiva del cartílago articular, que es lo que condiciona la funcionalidad de la articulación. Es una enfermedad "progresiva, compleja e irreversible". Hay que trazar un enfoque multimodal a la hora de plantear un tratamiento, para que el animal tenga una calidad de vida aceptable.

Con los monoclonales, "hemos aprendido que podemos elegir unas moléculas específicas, el sitio de actuación. Podemos decidir dónde bloqueamos y dónde actuamos para controlar el proceso y nos ha abierto una nueva posibilidad de tratamiento". "Por primera vez, tenemos una terapia biológica que es diferente a la farmacología tradicional", se congratuló. Para la especie canina está el anticuerpo específico y para la especie felina el suyo. Para él, lo primero es la eficacia. "Nos permite controlar el margen de seguridad. Tenemos un tratamiento biológico muy seguro en nuestras manos. El que sea un tratamiento mensual e inyectable hace que podamos recuperar el control de la enfermedad", añadió. Recordó que la osteoartritis es una enfermedad compleja. La terapia monoclonal ayudará a un "mejor control del dolor asociado". Destacó que el dueño quiere una eficacia y que su mascota esté mejor. Otro punto positivo de las terapias monoclonales es que se suprimen los efectos adversos con respecto a otras opciones farmacológicas. Vaticinó que en los próximos años aparecerán nuevas dianas terapéuticas y que habrá un amplio abanico de anticuerpos monoclonales para tratar la osteoartritis.

La segunda parte de la jornada fue para imaginar el Diagnóstico del Futuro con VETSCAN IMAGYST. Javier Sirvent, Technology Evangelist, hizo una aproximación de lo que será La Inteligencia Artificial que amarás. "Vivimos ahora mismo en algo que era ciencia ficción", remarcó. "¿Os imagináis lo que era pasar una pandemia sin tecnología?", preguntó. La oportunidad gracias a la tecnología es exponencial. Vienen tecnologías que harán una disrupción. La disrupción evolutiva actual es la primera que ha sido global y prácticamente instantánea. Consideró que lo más disruptivo en estos momentos es la Inteligencia Artificial, la computación cuántica y la biogenética sintética. Contó cómo la ciencia ficción se ha adelantado al futuro. "Lo que más ha cambiado en los últimos diez años es el cliente, que es completamente digital", puntualizó. Sostuvo que ha llegado el momento de comportarse como una startup. Es decir, reinventarse constantemente. Las tres T son el talento, el talante y la tecnología. Nunca antes habíamos ido tan deprisa, pero jamás volveremos a ir tan despacio. El futuro es incierto, pero apasionante.

Por último, Virgilio Martínez comunicó la Inteligencia Artificial que hay detrás del diagnóstico con VETSCAN IMAGYST, una plataforma multiusos. El escáner lo que coge son las imágenes y muestras y las compara con un algoritmo, que han tardado más de cinco años en desarrollar. VETSCAN IMAGYST ayuda a facilitar la preparación de las muestras, a reducir la variabilidad y los errores humanos que tenemos a la hora de efectuar este tipo de muestras. Todo ello de forma rápida y conectada con los sistemas de gestión de la clínica veterinaria. El algoritmo ayuda a coger las muestras, se escanean y "hay un momento en el que ocurre toda la magia". En 15 minutos, se cogen las imágenes, se llevan a la nube y se tienen los resultados de la imagen. El algoritmo da una respuesta. Facilita a los equipos veterinarios el realizar diagnósticos rápidos y certeros.

Este año, será capaz de leer test fecales. Habrá muchas más evoluciones. Es una tecnología que irá avanzando. Después, vendrá citología digital y frotis sanguíneo. Más adelante, tendrá desarrollos como Dermatología, Fluidos y Masas. "Es realmente algo que hasta ahora no habíamos visto y nos va a ayudar mucho en el diagnóstico de clínicas", declaró. José Amigó, Diagnostic Manager en Zoetis España, detalló cómo recoger y analizar las muestras de heces. Su microscopio de alta definición ocupa muy poco espacio. Hay otros factores físicos que ayudan a hacerlo, como son los consumibles. Hizo hincapié en la capacidad de conectividad de esta plataforma con los softwares de gestión de la clínica y en la rapidez con la que se pueden ofrecer los resultados a los clientes, en pocos minutos.