Etología: conocer para tratar

Describir y explicar el comportamiento de los animales. Este sería el objetivo principal de la etología, una especialidad que cada día va tomando más fuerza en las clínicas veterinarias, y con la que se ayuda tanto a mascotas como a propietarios.

29/04/2021

Los orígenes de la etología se remontan al 1963, cuando el científico holandés Nikolaas Tinbergen publicó el artículo "Acerca de los objetivos y métodos de la etología". Unos años más tarde, en 1973, los científicos Konrad Lorenz, Karl R. von Frisch y Niko Tinbergen recibieron el Premio Nobel de Fisiología ...

Los orígenes de la etología se remontan al 1963, cuando el científico holandés Nikolaas Tinbergen publicó el artículo "Acerca de los objetivos y métodos de la etología". Unos años más tarde, en 1973, los científicos Konrad Lorenz, Karl R. von Frisch y Niko Tinbergen recibieron el Premio Nobel de Fisiología y Medicina por sus estudios sobre la conducta de los animales. De esta manera, se ponían los cimientos para considerar la etología como una ciencia con entidad propia.

Sin embargo, no ha sido hasta hace unos años que la etología ha tomado fuerza en las clínicas veterinarias. Y lo ha hecho gracias, por una parte, a la búsqueda, cada vez mayor, de los propietarios por ofrecer a las mascotas los mejores cuidados y, por el otro, el mayor interés por parte de los veterinarios, y la aparición de estudios, cursos y especialidades que han profundizado en ello.

Así, en un sentido amplio, la etología busca describir y explicar el comportamiento de los animales. Para ello, se debe observar a los animales en su hábitat. Y para explicar la conducta del animal, se debe contestar a lo que con el tiempo se han denominado las cuatro preguntas de Tinbergen:

  • ¿Qué es lo que la desencadena y finaliza la conducta en cuestión? (Control)
  • ¿De qué forma cambia dicha conducta a lo largo de la vida del individuo? (Ontogenia)
  • ¿En qué medida dicha conducta aumenta la eficacia biológica relativa del individuo que la manifiesta? (Función)
  • ¿De qué forma ha evolucionado dicha conducta? (Evolución)
  • Etología clínica

    Fue en 1969, en un artículo en el British Veterinary Journal, cuando se usó por primera vez el término etología clínica para referirse al estudio de los cambios de conducta que son consecuencia de enfermedades y que, por lo tanto, tienen interés diagnóstico. Desde entonces, los objetivos de la etología clínica se han ido ampliando a lo largo del tiempo. Así, podemos hablar de un uso de la etología para:

    Diagnóstico de enfermedades. Muchas de las enfermedades provocan cambios en el comportamiento del animal, y pueden ser el primer signo de la enfermedad. Es por ello que los veterinarios deben estar familiarizados con la conducta del animal, para poder diferenciar los comportamientos anómalos de los que no lo son.

    Tratamiento de los problemas de comportamiento. Se entiende por problemas de comportamiento aquellas conductas de los animales que pueden ser peligrosas o molestas para las personas, o que pueden provocar una lesión o enfermedad en el animal. Problemas como los ladridos o la micción en lugares inapropiados, son problemas de comportamiento, y cada vez es más común que los propietarios pidan ayuda para cambiar este comportamiento. No obstante, no podemos olvidar que los problemas de comportamiento muchas veces suponen motivo de abandono o, incluso, de eutanasia.

    Los problemas más comunes en el perro son aquellos que están relacionados con la agresividad, la eliminación inadecuada y las conductas destructivas. En el caso de los gatos, encontramos la micción inadecuada y la agresividad.

    Reconocimientos y tratamientos clínicos. A la hora de realizar exploraciones, los veterinarios tienen que ser capaces de reconocer el estrés o el miedo en los animales para poder calmarlos y tratarlos de la mejor manera posible.

    Adiestramiento. La etología también sirve para el adiestramiento de los perros como animal de trabajo en situaciones como la búsqueda de personas, asistencia a minusválidos o la vigilancia, entre otros.

    Tratamiento

    La mayoría de problemas de comportamiento de los animales domésticos se pueden resolver. Es importante que los propietarios acudan a un especialista en etología cuanto antes mejor, pues de esta manera será más fácil poder resolverlo. El principal objetivo de los tratamientos es mejorar la convivencia entre mascota y propietario, y esto se puede conseguir trabajando en cuatro pilares diferentes.

    El primero de ellos es el enriquecimiento ambiental. El problema puede residir en el ambiente en el que está el animal: puede ser cómo están dispuestos los objetos en el hogar, cómo se usan o cualquier otro detalle. Por ello, uno de los tratamientos puede consistir en cambiar las características del hábitat del animal para hacerlo más acorde a sus necesidades y que, de esta manera, se garantice su adaptación y bienestar.

    El siguiente aspecto puede ser la modificación de la conducta tanto del animal como del propietario. En este punto, se usan una serie de técnicas basadas en el aprendizaje y ejercicios marcados por el especialista para conseguir la modificación de la conducta del animal. Pueden realizarse en casa, en el entorno habitual del animal. Asimismo, también está la opción de que sea el propietario el que tenga que modificar alguna conducta relacionada con su animal.

    La psicofarmacología es otro de los tratamientos que se usa en etología clínica. Así, aparte de usar ejercicios y técnicas, en algunos casos se necesita contar con el apoyo de medicación u otros productos (feromonas, ansiolíticos, hormonas, estimulantes del sistema nervioso central, hormonas o antidepresivos, entre otros) para favorecer el cambio de conducta.

    Finalmente, en algunas ocasiones se tiene que optar por el tratamiento quirúrgico. El que se realiza con más asiduidad es la esterilización para casos de agresividad.

    Pese a la diferenciación de cada uno de ellos, en la mayoría de problemas se combinan diferentes opciones de tratamiento para conseguir unos mejores resultados. Sin embargo, la modificación de la conducta y el enriquecimiento personal suelen ser los más usados. Con todo, tampoco se puede pasar por alto el compromiso del propietario, clave para conseguir buenos resultados.

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