Francisco Javier Gómez del Álamo es licenciado por la facultad de veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid, pero ha realizado su vida profesional en Cantabria. Tras un corto paso por la clínica de grandes animales comenzó la actividad con los pequeños animales inaugurando tres clínicas veterinarias en los años 90. Posteriormente con la ayuda de sus hijos, también veterinarios, fundaron la sociedad veterinaria SOLVET y desde entonces se dedican a dar servicios veterinarios especializados en traumatología, cirugía, ecografía, cardiología y oftalmología a diferentes clínicas veterinarias de Cantabria.

Con la formación y experiencia adquiridas en SOLVET en 2017 decidieron fundar el Hospital Veterinario Cantabria con la contratación de más veterinarios especialistas y personal auxiliar para dar un servicio de urgencias presenciales 24 horas los 365 días del año, medicina interna y hospitalización y nuevas especialidades como endoscopia y cirugía laparoscópica, animales exóticos, oncología y medicina felina. "Nuestra vocación profesional es ofrecer un servicio de urgencia, hospitalización y especialidades veterinarias a las más de 100 clínicas veterinarias de Cantabria. Para ello necesitamos profundizar en la confianza mutua y en el desarrollo de una clínica veterinaria de mayor calidad cada día".

La labor principal de Francisco Javier Gómez del Álamo es la coordinación y labores de gerencia en el hospital que, junto con la presidencia de ACANVEPA (Sociedad veterinaria empresarial Cántabra con más de 60 socios) y la junta de gobierno del Colegio Veterinario de Cantabria, le permiten tener una visión amplia y actual del sector veterinario de pequeños animales en Cantabria. "El gobierno entendió la especial sensibilidad que poseen los propietarios con sus mascotas y nos consideró trabajadores esenciales durante los meses de confinamiento para poder seguir trabajando con nuestros pacientes, por lo que la pandemia de Covid-19 sólo nos ha afectado puntualmente de forma negativa".

¿Cuáles son los principales retos del sector desde su visión experimentada? "El presente está complicado por el exceso de oferta veterinaria y por arrastrar del pasado una serie de problemas estructurales que se van corrigiendo progresivamente", asegura Francisco Javier, y continúa: "Para mí el principal problema es el exceso de horas que trabajamos y la poca remuneración que percibimos por ellas al ser un trabajo altamente cualificado y que produce un gran desgaste en los veterinarios".

A corto plazo ¿qué urge más? "Hay dos cuestiones básicas para el desarrollo de nuestro sector: la bajada del IVA, y la consideración de las clínicas veterinarias como centros sanitarios. Su resolución ayudaría mucho tanto económicamente como en el desarrollo profesional de los veterinarios".

El largo plazo es mucho más incierto. "La aparición de grupos de inversión que están comprando clínicas y hospitales, la aplicación del nuevo convenio colectivo, el cambio generacional y las propias incertidumbres de nuestra sociedad, hacen que el futuro de nuestra profesión no esté claramente definido".

Lo que sí tiene claro Francisco Javier Gómez del Álamo es que el futuro pasa irremediablemente por los propios veterinarios. "El éxito estará en cómo afrontemos todos estos retos, ya sea para pequeñas clínicas que se dedican principalmente a la medicina preventiva, clínicas más grandes con más servicios, pequeños hospitales comarcales o grandes hospitales de las zonas más pobladas. Todos seguiremos conviviendo en nuestro sector, pero sólo serán viables aquellos que actúen con profesionalidad y sean capaces de ofrecer los servicios veterinarios que nos demanda la sociedad".