Nuestro ritmo cardiaco "se sincroniza" con el de nuestro perro

Según un estudio reciente, se crea una relación mutua, simbiótica, que llega a producir una frecuencia cardíaca parecida y en sintonía con el ritmo cardiaca de dueño y can. 

12/05/2016

Una investigación reciente sugiere que tener un perro a nuestro lado - especialmente para los adultos mayores - es bueno para la salud. No sólo para proporcionar compañía, sino que nuestros amigos peludos nos ayudan a aumentar nuestra salud física. Ahora, un nuevo estudio ha revelado que la presencia de ...

Una investigación reciente sugiere que tener un perro a nuestro lado - especialmente para los adultos mayores - es bueno para la salud. No sólo para proporcionar compañía, sino que nuestros amigos peludos nos ayudan a aumentar nuestra salud física. Ahora, un nuevo estudio ha revelado que la presencia de nuestros perros no sólo nos afecta a nosotros, sino que se crea una relación mutua, simbiótica, que llega a producir una frecuencia cardíaca parecida y en sintonía con nuestro ritmo cardiaco.

El informe, financiado por la empresa Pedigree, afirma que nuestros ritmos cardíacos se vuelven más bajos en la compañía de nuestros perros y que los de los canes, por ende, también bajan. Los expertos separaron tres dueños de perros australianos y sus mascotas y luego se reunieron para ver el efecto. La científica especialista en canes Mia Cobb asegura que encontraron una fuerte coherencia en el modelo de frecuencia cardíaca de los propietarios y los perros. De hecho, cuando se reunieron los perros y los dueños, el ritmo cardíaco del perro se convirtió en uno casi directamente alineado con el de su dueño. Cobb confirma que se dio inmediatamente una reducción en la frecuencia cardíaca.

Se esperaba una frecuencia cardíaca más baja para el propietario, reafirma Cobb, pero sus “resultados fueron sorprendentes”, especialmente por la forma en la que tanto el propietario y la “experiencia” del perro redujeron los niveles de estrés cuando volvieron a estar uno cerca del otro. Cobb asevera que los resultados de la investigación ilustran lo que la mayoría de los propietarios experimentan todas las noches después de llegar a casa del trabajo y reunirse con sus perros.

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