Juan Peña comenzó su profesión en el año 1999, y desde entonces no ha hecho más que crecer. "En 2002 inicié junto a mi compañera Cristina Mirón el proyecto que aún nos mantiene entusiasmados después de 18 años: la creación de la Clínica Veterinaria San Francisco de Asís".

Un proyecto al que han dedicado tiempo y entrega. "Mi trabajo diario es como veterinario generalista con mucha implicación en medicina interna y cirugía. Pero, sin duda alguna, mi gran pasión es la cardiología".

Especialista en esta área, siempre ha estado atento a los avances del mercado para ofrecer un servicio integral a la mascota. "Las novedades son una constante en nuestra profesión. El desarrollo de protocolos y técnicas terapéuticas avaladas por los trabajos de investigación, así como el avance en el diagnóstico por imagen, nos permiten aproximarnos con más eficacia al diagnóstico y al tratamiento de las patologías cardiacas".

De eso se trata, pues la posibilidad de realizar diagnósticos más certeros repercute directamente en la salud, bienestar y calidad de vida de las mascotas. "Debemos apostar por mejorar la calidad con más profesionalidad y mayor especialización".

Claro y sencillo, pero, ¿todo depende de los profesionales? "En absoluto, es necesario luchar por un mayor reconocimiento social de los servicios veterinarios, además de aumentar la especialización de los profesionales, ampliar la oferta de formación y mejorar las condiciones laborales".

Esto último es fundamental junto con el reconocimiento de la veterinaria como profesión sanitaria con amplia proyección técnica y científica que procura a la sociedad beneficios sociales. "Una buena manera de hacerlo es disminuyendo la presión fiscal, igualándola al resto de profesiones sanitarias, y dando mayor representación institucional de la profesión".

En la situación actual ¿qué hacer con los precios? "Debemos dejar de lado el servicio veterinario basado en la fuerte competencia de precios que lleva a la imperiosa necesidad de reducir costes, y olvida la importancia de los medios humanos y tecnológicos", asegura este veterinario de vocación, y añade: "Por el contrario, debemos seguir apostando por la calidad, la profesionalidad y la honestidad de nuestro trabajo".

La clave está, entre otras cosas, en el reconocimiento social. "Somos una pieza esencial en la sociedad, tanto en la lucha contra las zoonosis como en el control de la seguridad alimentaria, protección medioambiental, investigación, y en la sanidad y el bienestar animal. Por eso la profesión veterinaria debería tener un papel más importante y reconocido en un futuro próximo".