"Debemos admitir que existe una necesidad de aprender a colaborar entre las profesiones sanitarias"

IM Veterinaria conversa con el principal portavoz de los veterinarios españoles, Juan José Badiola, con el objetivo de conocer de cerca las inquietudes que preocupan a este sector y las perspectivas de cara al futuro de la profesión.

03/05/2016

La Organización Colegial Veterinaria (OCV) es el máximo organismo de la profesión veterinaria y tiene como objetivo principal la representación exclusiva de la profesión veterinaria, la ordenación en el ámbito de su competencia de la actividad profesional de los colegiados y la defensa de sus intereses profesionales. La Organización Colegial ...

La Organización Colegial Veterinaria (OCV) es el máximo organismo de la profesión veterinaria y tiene como objetivo principal la representación exclusiva de la profesión veterinaria, la ordenación en el ámbito de su competencia de la actividad profesional de los colegiados y la defensa de sus intereses profesionales. La Organización Colegial Veterinaria agrupa obligatoriamente a todos los veterinarios que, de acuerdo con las leyes vigentes, ejerzan su profesión en cualquiera de sus modalidades. Actualmente son unos 30.000 en todo el país, bien en forma independiente o bien al servicio de la Administración Central del Estado, de las Comunidades Autónomas, Local o Institucional, o de cualquier otra entidad pública o privada.

El presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Veterinarios, Juan José Badiola, empieza subrayando la necesidad de una mayor implicación entre los profesionales de la salud humana y animal. “La salud de los animales implica la salud de las personas. En salud hay que situar a los humanos y los animales en su entorno y aprovechar la aportación de otras ciencias para poder analizar mejor los complejos problemas que se plantean”, explica, y añade “debemos admitir que existe una necesidad de aprender a colaborar entre las profesiones sanitarias y para ello es necesario introducir el concepto y el reconocimiento en salud pública de los veterinarios, así como en investigación clínica, en alimentación, en biomedicina, etc”. 

La actualidad de los centros veterinarios

La situación actual de los centros veterinarios dedicados al cuidado de los animales de compañía conforma la masa más amplia del sector veterinario y se asemeja cada día más al nivel de servicios de la sanidad humana.

Los veterinarios, como casi todas las profesiones sanitarias, tienen una parte importante vocacional pero“no olvidemos que es una empresa también y por ello ha de ser rentable”. “Abrir una clínica cada mañana vale dinero y lo tiene de pagar el cliente, por lo que los centros veterinarios tienen que demostrar que son capaces de solucionar el problema del animal y la importancia en concepto de afecto de nuestros clientes”, añade Juan José Badiola.

En este contexto, se ha realizado un reglamento para el ejercicio profesional en veterinaria donde se regula la praxis y los principios básicos del ejercicio de la clínica de pequeños animales y la repercusión en la salud pública. Por otra parte, la normativa establece una correcta regulación del ejercicio de la facultad disciplinaria por los colegios profesionales así como una normativa uniforme a nivel nacional que establezca, con absoluto respeto al libre mercado y a los usuarios, un registro de los centros que desarrollan actividades veterinarias para que en cada momento el cliente tenga la máxima información de los recursos, los servicios y los medios de que disponen para tomar sus decisiones.

El problema al que nos hemos enfrentado, indica Badiola, “es que desde la Comisión Nacional de Competencias no nos permiten informar de precios de referencia orientativos. Esta información seria muy útil a la hora de saber el coste real de lo que supone una intervención, pero no se nos permite citar estas. En este reglamento sí que consta de un catálogo de procedimiento clínicos para explicar lo que significa las diferentes operaciones”. 

El futuro de las facultades veterinarias

Juan José Badiola ha explicado que “actualmente el número de facultades recomendado para España, de acuerdo con su número de habitantes, su industria alimentaria y las estimaciones de la European Association of Establishments for Veterinary Education (EAEVE), sería de entre 4 y 6 frente a la realidad de 13  facultades. Son más del doble de lo recomendado. Esta situación actual indica que hay un exceso de titulados. Por ello, considero que el país ha sido irresponsable a la hora de crear facultades devaluando la profesión y los salarios y que se tiene de tomar medidas para ajustar a las necesidades reales tanto en la creación de facultades como en la fijación de los números máximos”, explica.

El futuro de la profesión veterinaria tiene su base en un programa europeo VETCE de especialización. Se basará en un sistema de acreditación y de registro de profesionales que certifiquen el desarrollo de una determinada especialización, ya sea por su trayectoria como por su formación. “Estos programas se están desarrollando en diferentes áreas (animales de compañía, vacuno) de la mano de las sociedades científicas y asociaciones sectoriales y se irán ampliando a las diferentes áreas veterinarias. Las asociaciones sectoriales están haciendo una labor increíble dando formación pero con estos programas buscamos el reconocimiento oficial que avale las especializaciones y conseguir una formación a tres niveles; la carrera universitaria, una residencias con créditos especializados y la formación continuada,”comenta Badiola. 

IVA en los servicios veterinarios

Veterinaria es una profesión sanitaria, como lo son la profesión de medicina, farmacia, odontología y como establece en la Ley 44/2003 de 21 de noviembre, de Ordenación de las Profesiones Sanitarias (art 6.2.d) o en la mucho más reciente Ley 33/2011 de 4 de octubre, General de Salud Pública Articulo 24, que indica que los establecimientos veterinarios son centros que prestan servicios sanitarios. Por ello Badiola denuncia “que la decisión de incrementar en los servicios veterinarios el IVA del 8% al 21%, causa un gran malestar y es un agravio comparativo con otras profesiones sanitarias que mantienen un tipo reducido e incluso están exentas de este impuesto”. Los argumentos que expone “son las graves repercusiones que esta medida está teniendo en la salud animal y humana. No se tiene en cuenta que el sector veterinario realiza una labor social atendiendo a los animales de compañía, ni se valora que tener un animal no es un lujo ya que para muchas personas es un miembro más de la familia e incluso la única compañía, como en el caso de las personas mayores, así como no valorar los casos de animales de asistencia y/o rescate. También nos preocupa que no se tengan en cuenta las funciones de prevención y lucha contra las enfermedades animales y particularmente las trasmisibles de los animales a las personas (zoonosis)”. 

Globalización y enfermedades emergentes

Las enfermedades emergentes, nos explica Badiola, “son consecuencia de varios factores: de los intensos movimientos migratorios mundiales, tanto de personas como de exportaciones; el cambio climático; el movimiento de animales; la deforestación y la urbanización incontrolada que han favorecido también la aparición de condiciones propicias para las enfermedades tales como la acumulación de aguas residuales o para la proliferación de multitud de especies de mosquitos, dando de nuevo relevancia a los llamados arbovirus (virus transmitidos por artrópodos)”.

Mencionar que los vectores de las enfermedades virales trasmitidas por arbovirus son poiquilotermos y, no solo están sujetos a la especie, sino a los efectos de la fluctuación de las temperaturas, descenso en las precipitaciones o a la humedad causando efectos inmediatos para el desarrollo, la reproducción, el comportamiento y la dinámica de las poblaciones de artrópodos con capacidad de actuar como vectores de trasmisión de multitud de virus distintos.

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