Solo entre el 30 y el 50% de las mascotas están correctamente vacunadas

Una guía de COLAVAC-Iberia, dirigida a los profesionales veterinarios y a los propietarios de animales de compañía, recopila varios estudios y recomendaciones sobre la inmunización más adecuada para los perros y gatos.

01/10/2020

No existe una herramienta preventiva más eficaz que las vacunas, un axioma aplicable tanto para la medi­cina humana como la veterinaria. Como en el caso humano, hay sinfín de evidencias sobre la necesidad de que los animales de compañía reciban los beneficios de la vacunación, no solamente por protección individual ...

No existe una herramienta preventiva más eficaz que las vacunas, un axioma aplicable tanto para la medi­cina humana como la veterinaria. Como en el caso humano, hay sinfín de evidencias sobre la necesidad de que los animales de compañía reciban los beneficios de la vacunación, no solamente por protección individual sino tam­bién para incentivar la inmunidad de la población. Gracias a la aplicación de vacunas en las mascotas, en los países de­sarrollados muchas enfermedades infecciosas y parasitarias han sido controladas, y algunas de ellas se consideran poco frecuentes. No obstante, siguen observándose focos de infección, bien en lugares concretos o de forma esporádi­ca. Por eso, dada la importancia de que los veterinarios se vayan actualizando sobre el tema, COLAVAC-Iberia recoge en una guía un compendio de estudios y recomendaciones sobre la inmunización en perros y gatos dirigida especial­mente a los profesionales.

Para la elaboración la publicación lo primero que se ha te­nido en cuenta es la existencia de tres tipos de vacunas. Las más destacables son las esenciales, aquellas que todos los animales deberían recibir independientemente de su estilo de vida, ya que sirven para protegerlos frente a enfermeda­des de importancia global con tasas conocidas de morbili­dad y mortalidad elevadas, y para resguardarlos frente a en­fermedades transmisibles a las personas. En segundo lugar, se encuentran las complementarias, cuya administración la determina la localización geográfica, el estilo de vida del paciente y el riesgo de exposición. Y, por último, el informe menciona la tipología las no recomendadas, que están de­sarrolladas para enfermedades exóticas o bien tienen una eficacia cuestionable.

Ahora bien, en las recomendaciones vacunales actuales hay algunos cambios respecto a las de años atrás, haciendo hincapié en la importancia de inmunizar a más animales, pero a la vez reduciendo la carga vacunal en cada paciente. Esta conclusión se extrae de factores como que las vacunas disponibles han mejorado considerablemente, y las actua­les confieren una inmunidad más duradera y persistente contra las infecciones, algunas superando los tres años. Aunque, por otro lado, la inmunidad de grupo depende del número de animales vacunados, y se calcula que solo recibe correctamente sus tratamientos preventivos entre 30-50% de las mascotas, y este número probablemente ha disminuido con la crisis económica.

Igualmente, algunas de las enfermedades que más inciden­cia tienen entre las mascotas son las zoonosis (rabia, lep­tospirosis, leishmaniosis, etc.), es decir, las que incidental­mente pueden contagiarse a las personas. Por tanto, en las prácticas de inmunización influye también el concepto de `One Health´ (Una medicina, una salud).

Radiografía de las enfermedades infecciosas

Sin embargo, es complicado conocer la situación concreta de las enfermedades infecciosas o parasitarias en España, puesto que no se dispone de estudios actualizados. Por ese motivo, las recomendaciones recogidas en la guía se basan en otras certezas, como que los virus entéricos como el parvovirus canino (CPV), el virus del moquillo canino y el virus de la panleucopenia siguen circulando y causan enfermedad en muchos perros y gatos, por lo que se consideran infeccio­nes frente a las que toda mascota debería estar vacunada (vacunas esenciales). Diferentes estudios muestran que circulan las mismas variantes de parvovirus canino que se reportan en otros países europeos, tales como el CPV-2a, CPV-2b y CPV-2c. El virus del moquillo canino puede afectar también a otras especies como el lince ibérico, con descrip­ciones recientes en Andalucía occidental, que demuestran que el virus está circulando en la zona y que señalan la im­portancia de la vacunación de los perros para proteger esta especie considerada en peligro de extinción.

También cabe señalar que otros virus pueden producir cuadros digestivos en las mascotas, y hace algunos años se desconocía su impacto clínico en los animales. Ahí entra el mediático coronavirus, en general un virus poco patógeno, pero cuyas cepas aisladas más virulentas, conocidas como el coronavirus pantrópico canino, tienen una alta capaci­dad para atravesar la barrera intestinal y multiplicarse en otros órganos. Generalmente los casos descritos presenta­ban coinfección con parvovirus y eran animales vacunados frente al CPV. Otro virus que se reconoce recientemente en la población canina es el Norovirus, que produce brotes de gastroenteritis aguda en niños, y que trabajos recientes se­ñalan su implicación en casos de gastroenteritis en perros de nuestra zona.

Por otro lado, la incidencia de casos de infección por ade­novirus canino (CAV) ha disminuido notablemente en las últimas décadas con la aplicación de vacunas eficaces, ob­servándose casos esporádicos de hepatitis infecciosa ca­nina en animales no vacunados o que proceden de países con una mayor prevalencia de la enfermedad. Aunque no se dispone de estudios de prevalencia actuales en peque­ños animales en nuestra zona, un trabajo realizado en la

zona de Galicia y Asturias muestra que el virus está circulan­do en los carnívoros silvestres (lobos), y por tanto los perros pueden ser también susceptibles de padecer la infección.

En este apartado destaca también la leptospirosis, una de las patologías infecciosas considerada emergente. Su vacuna está incluida en el grupo de las esenciales, pero realmente hay pocas situaciones en las que una mascota esté comple­tamente exenta del riesgo de adquirir la infección. Incluso en España y Portugal hay evidencias recientes de casos de leptospirosis en personas. Esto evidencia que no solo los pa­cientes en zonas rurales son susceptibles, ya que los princi­pales vectores de la infección, los roedores, circulan por las alcantarillas, parques, etc., contaminando el medio urbano.

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