"Hace falta un mayor reconocimiento social y administrativo de la labor profesional del veterinario"

¿Cómo ha evolucionado el papel del veterinario en los últimos años? ¿Cómo ha afectado la crisis a la profesión? ¿Cuáles son los retos de futuro? En A pie de calle nos acercamos a los profesionales del sector para responder éstas y otras preguntas.

25/06/2020

Con más de 30 años de experiencia, el mundo de las mascotas es más que conocido para este veterano profesional. Desde que se licenciara en 1985 por la Universidad de Zaragoza, Íñigo Lyon ha sido miembro del equipo de cuatro veterinarios de un hospital para mascotas, ha trabajado en un ...

Con más de 30 años de experiencia, el mundo de las mascotas es más que conocido para este veterano profesional. Desde que se licenciara en 1985 por la Universidad de Zaragoza, Íñigo Lyon ha sido miembro del equipo de cuatro veterinarios de un hospital para mascotas, ha trabajado en un consultorio propio durante 4 años, hasta que en 1997 inauguró Lyon Veterinaria en Sant Cugat del Vallès.

Y allí nos hemos ido para conocer su día a día. "Actualmente desempeño mi labor profesional únicamente en mi clínica, además soy miembro del comité de clínica de pequeños animales y, desde 2008, secretario de la junta de gobierno del COVB". Una trayectoria sin duda enriquecedora que le ha hecho amar aún más si cabe su profesión. "Mi especialidad es la clínica de perros y gatos, abarcando desde la medicina interna hasta la cirugía. El objetivo primordial es conseguir el máximo bienestar de las mascotas y la relación con sus dueños".

Pero esto ¿cómo se consigue? "Hay múltiples maneras: mediante la prevención, restaurando la salud y consiguiendo el mejor entendimiento entre animal y cuidador. Todo ello con el fin de contribuir a mejorar la calidad de vida de los pequeños animales".

Una profesión, la veterinaria, esencial para el buen funcionamiento de una ciudadanía que no siempre es consciente de su transcendencia a nivel social y sanitario. "En España habría que cerrar en torno a 10 facultades de veterinaria para equipararnos con nuestros países vecinos (Francia, Holanda, Alemania, Inglaterra, etc.), los cuales tienen una necesidad de profesionales muy similar a la nuestra".

Por tanto, más concienciación social y optimización de una profesión vital no sólo para la salud animal, sino también para la humana. "Hace falta un mayor reconocimiento social y administrativo de la labor profesional del veterinario, con la consiguiente remuneración económica que merece. No podemos trabajar en condiciones precarias", advierte Íñigo.

Y es que la profesión cada vez exige mayor preparación y, sobre todo, mucha especialización. "Una de las novedades en mi ámbito de trabajo es el hecho de referir casos a centros mejor preparados de forma más natural. Sin existir todavía las especializaciones académicas hay auténticos especialistas en varias disciplinas, además disponen de aparatos hasta hace poco exclusivos de medicina humana".

De manera que situar la veterinaria en el lugar que le corresponde no es una cuestión exclusiva del colectivo, sino que debería representar una prioridad para el Estado y los ciudadanos. "El futuro pasa por diversificar las salidas de la profesión e incluso recuperar muchas de ellas que se han perdido", asegura Íñigo, y concluye: "Tenemos exceso de facultades y todas formando mayoritariamente clínicos".

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