La artrosis es una enfermedad incapacitante, no curable y progresiva que inicialmente se enfoca en las articulaciones, pero en estadios avanzados afecta al estado de salud general del perro y puede ser causa de eutanasia debido a la pérdida de calidad de vida.

Afecta a 1 de cada 5 perros, y en el grupo de perros en edad avanzada es de 4 de cada 5. Según las estimaciones de la población canina del Reino Unido, de 8 millones poco más de 200.000 perros estarán afectados de artrosis en un año determinado. El gran número de perros afectados supone un enorme impacto económico. En relación con el tratamiento clínico de la osteoartritis, el 85,1% de los casos se manejaron con al menos un tratamiento después del diagnóstico, el 75,7% de los cuales incluyó el uso de un analgésico. Según un estudio de Mordor Intelligence, el mercado de la artritis canina registrará una tasa de crecimiento de un 5.42% durante el período de 2018 a 2023.

Entre los factores de riesgos se destaca la predisposición racial, obesidad, actividades que provocan estrés repetitivo de las articulaciones como el agility o el flyball y la alimentación inadecuada. El exceso de grasa y peso corporal aumentan la carga en la articulación, lo que provoca la progresión de la artritis. El aumento de la prevalencia de la obesidad de la población canina hará crecer el número de afectados de artrosis.

Un desafío

La artrosis plantea un desafío notable para el bienestar canino y requiere un manejo multimodal de la enfermedad, que implica una combinación de diferentes terapias médicas como antiinflamatorios no esteroides y analgésicos, nutracéuticos, una alimentación apropiada, control de peso y manejo del ejercicio. La cirugía también es una parte importante del tratamiento. La artroscopia, técnicas de recubrimiento articular y de reemplazo por prótesis, son técnicas de cirugía avanzada que permiten mejorar la calidad de vida de perros con artrosis.

En los últimos años, se han desarrollado implantes articulares específicos para veterinaria. Todos los años, durante el simposio de la Veterinary Arthrology Advancement Association (VA3), expertos en artrología veterinaria de todo el mundo discuten sobre la patogenia y tratamiento de problemas articulares en el perro y el gato. La última reunión, que tuvo lugar en Munich en 2019, se centró en deformidades angulares como causa de problemas articulares: osteocondritis en perros inmaduros y las lesiones de rodilla de perros en crecimiento. Con técnicas quirúrgicas más sofisticadas podremos luchar por mejores resultados y con menos complicaciones.

La fisioterapia juega también un papel importante para acelerar el proceso de rehabilitación, ya que alivia el dolor, puede reducir la rigidez articular, ayuda a recuperar la función y desarrollar fuerza, equilibrio y coordinación. Masajes, termo y

crioterapia, ejercicios de equilibrio y coordinación, hidroterapia y estimulación eléctrica son habituales en veterinaria. En la actualidad, se están empezando a usar en fisioterapia canina técnicas avanzadas como las ondas de choque.

Avances

Cada vez es más habitual en veterinaria el uso de técnicas basadas de la bioestimulación autóloga del paciente mediante plasma rico en plaquetas-factores de crecimiento y células madre. Estos tratamientos se engloban en lo que se denomina medicina regenerativa. Avances en genética y biología molecular permitirán identificar los genes implicados en la artrosis y otros problemas articulares y abrirán nuevas rutas de tratamiento. Aunque todavía no se ha identificado un medicamento para la osteoartritis que modifica que la enfermedad, se han comunicado resultados prometedores en ensayos recientes, especialmente con inhibidores de la recaptación de serotonina-norepinefrina, antagonistas de IL-1 y anticuerpos contra el factor de crecimiento nervioso.

Para que todas estas técnicas tengan éxito es necesario un diagnóstico preciso y precoz. La radiología ha sido la referencia para el diagnóstico y el seguimiento de la artrosis, pero muchos estudios subrayan sus limitaciones sobre todo para el diagnóstico precoz y el seguimiento de la evolución de la enfermedad. En la actualidad, contamos con técnicas como la gammagrafía, tomografía computarizada, ecografía y sobre todo la resonancia magnética de alto campo. Esta última, permite visualizar directamente la pérdida de cartílago y determinar las estructuras articulares o yuxtaarticulares afectadas por la artritis.

Al igual que con otros trastornos crónicos, el futuro del diagnóstico y tratamiento de la osteoartrosis estará en el uso de diferentes técnicas de diagnóstico y la terapia combinada.

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