Las necesidades medioambientales, esenciales para el óptimo bienestar del gato

El nivel de confort del felino en su ambiente se encuentra intrínsecamente ligado a su salud, bienestar emocional y a su comportamiento, según las directrices de la AAFP y la ISFM. Estas necesidades no solo incluyen lo relativo al entorno físico, sino que también atañen a la interacción social y al contacto humano.

26/11/2019

Varias enfermedades, así como comportamientos no deseados felinos, están asociados a situaciones de estrés. Por tanto, proporcionar un entorno adecuado para estos animales en su casa y en la clínica veterinaria puede prevenir, mejorar o resolver algunos problemas. Esta es la clave y la piedra angular en el abordaje óptimo ...

Varias enfermedades, así como comportamientos no deseados felinos, están asociados a situaciones de estrés. Por tanto, proporcionar un entorno adecuado para estos animales en su casa y en la clínica veterinaria puede prevenir, mejorar o resolver algunos problemas. Esta es la clave y la piedra angular en el abordaje óptimo de las necesidades medioambientales felinas, según las directrices de la American Animal Hospital Association (AAHA) y la International Society of Feline Medicine (ISFM).

Sin embargo, hay que tener en cuenta que estas demandas no incluyen solo lo relativo al medio físico del animal, ya sea interior o exterior, sino que también afectan a la interacción social, incluyendo las respuestas al contacto humano. El problema es que la mayoría de veterinarios no han recibido formación para entender a los gatos y sus necesidades, ya que se trata de un área relativamente nueva. Además, los felinos no suelen expresar signos evidentes de estrés y ansiedad.

Por ello, entender el comportamiento del gato asociándolo a las necesidades de su entorno, permite mejorar la salud y la calidad de vida de los felinos. Por el contrario, si no se logra en- tender estas necesidades se puede crear un ambiente donde los gatos no puedan expresar sus comportamientos naturales. Esto se traducirá, en algunos gatos, en estrés, comportamientos no deseables y enfermedad que afectará a la relación dueño-gato. Los comportamientos "adversos" son especialmente problemáticos porque son una causa de abandono y eutanasia.

Necesidades y comportamientos

Aunque se hayan convertido en animales fundamentalmente domésticos, la mayor parte de la conducta e interacción del gato está diseñada para permitirle protegerse y cazar de forma segura. Evitar los peligros y evadirse de ellos es algo crítico para la supervivencia de estos cazadores solitarios. En cualquier caso, los gatos prefieren un territorio familiar en el cual ellos tienen conciencia de su entorno físico y social. Esta sensación de control de su entorno les hace sentir confortables y reduce su estrés, porque la previsibilidad, la familiaridad y la rutina mejoran la capacidad de afrontarlo.

Además, los gatos muestran una estrategia de "lucha o huida" como mecanismo de protección en respuesta al miedo. Si son obligados a abandonar un territorio familiar (por ejemplo, para una visita al veterinario o como resultado de una mudanza), o si notan una posible amenaza cuando un gato nuevo que entra en su territorio, responden huyendo o escondiéndose. La pelea ocurre, por lo general, sólo como último recurso, cuando escaparse no es posible. Reconociendo y respetando la más sutil de las respuestas de miedo, a menudo se puede evitar una escalada de comportamientos del estrés y daños potenciales para la mascota.

Otro mecanismo protector felino es no mostrar signos externos de debilidad, dolor o enfermedad. Desafortunadamente, este importante comportamiento de supervivencia a menudo retrasa el reconocimiento de la enfermedad por parte de los humanos, y ha llevado a la errónea impresión de que los gatos son independientes y no necesitan de atención médica regular. Educar a los dueños sobre la importancia del cuidado preventivo, en el tratamiento precoz y en cómo reconocer los primeros signos de enfermedad relacionada con el comportamiento, proporcionará una mejor salud y bienestar de los felinos.

Cinco conceptos

Para facilitar a veterinarios, propietarios y cuidadores la compresión de estos principios sobre las necesidades medioambientales, así como reducir los trastornos relacionados, la AAHA y la ISMF organizan sus directrices en torno a cinco conceptos principales. Son pilares que proporcionan al animal un marco para un entorno sano.

En primer lugar, es imprescindible brindarle un lugar seguro. Esto se justifica porque, aunque los gatos pueden vivir tanto solos como en grupos sociales de forma confortable, cazan so- los. El peligro de lesión representa un riesgo importante para la supervivencia. Como resultado, tienden a "evitar" o "huir" antes que enfrentarse a los peligros, por tanto, un lugar seguro per- mite al animal retirarse en situaciones que considere peligrosas o desconocidas. Así, es fundamental proporcionarle un área privada sin amenazas como cajas para esconderse o su propia caja de transporte. También es adecuada, a menudo, una localización elevada, para que el animal sienta una sensación de re- tiro, aislamiento o privacidad. Si el gato no puede ver ninguna amenaza potencial, se siente más seguro.

Por otra parte, precisan recibir fuentes múltiples y separadas de recursos ambientales clave (alimentación, agua, arenero, rascador, ocio y áreas de descanso). Como supervivientes solitarios, necesitan tener acceso libre a estos recursos, sin la presencia de otros gatos o peligros potenciales. Además de evitar la competición por el acceso, la separación de los recursos reduce el riesgo de estrés y las enfermedades asociadas al estrés, y satisface la necesidad natural del gato de ejercicio y exploración. También deben tener la oportunidad de participar en juegos que imiten los hábitos predatorios y alimentarios. El instinto predatorio del gato le lleva a reproducir la secuencia del comportamiento de caza: localización, captura, muerte de la presa y preparación de la ingestión de la misma. Esta conducta se pro- duce incluso en animales suficientemente alimentados. En los gatos que tienen oportunidad de cazar, esta actividad ocupa una buena parte de su tiempo, requiriendo una considerable actividad física y concentración mental. Por tanto, la inhibición de este tipo de comportamiento o la falta de oportunidades para desarrollarlo puede provocar obesidad, aburrimiento, y frustración, que pueden manifestarse como exceso de acicalamiento, enfermedades asociadas al estrés o conducta agresiva. Para evitarlo, es muy beneficioso proporcionarles juguetes, oportunidades de interactuar con el dueño u otros animales compatibles, dispositivos de alimentación y prácticas que hagan que el felino tenga que buscar activamente su comida. Otro pilar fundamental para cubrir satisfactoriamente las necesidades ambientales felinas, es el desarrollo de una interacción gato-propietario positiva, regular y predecible. El contacto habitual y amistoso con las personas desde una edad temprana se manifiesta en comportamientos positivos, como menor temor y estrés y fuertes lazos de unión entre el gato y su dueño. Estas conductas están a menudo dirigidas hacia las personas favoritas del gato: por ejemplo, frotarse a su cabeza o su cuerpo, sentarse sobre sus rodillas o incluso, en algunos casos lamer su piel imitando el acicalamiento mutuo. Eso sí, muchos felinos prefieren el contacto de corta duración con los humanos, porque les per- mite llevar el control sobre la interacción. Es decir, eligen cuándo iniciarla, el tipo de relación y cuándo finalizarla. Cuando sus preferencias sociales no están correctamente contempladas, pueden surgir problemas como las agresiones a otros gatos, a las personas o enfermedades relacionadas con el estrés.

Y, en última instancia, resulta primordial un entorno que respete el sentido del olfato del animal. Al contrario que los huma- nos, los gatos dependen mucho de la información química y olfatoria para explorar el medio ambiente. Por ese motivo, depositan señales olfativas y feromonas mediante el roce facial y corporal, definiendo y delimitando el núcleo de su hábitat, el refugio donde se sienten seguros y a salvo. En este sentido, y siempre que sea posible, la persona a cargo debería ser cuidadosa para no intervenir en estas indicaciones. Por ejemplo, evitando sustancias perfumadas en la casa, dejando el calzado y las bolsas de la compra en la entrada para no introducir olores extraños en el hogar, proporcionándole áreas de rascado propias o evitando limpiar los lugares en los que el felino haya depositado sus marcas faciales. En el caso de que el animal perciba olores o feromonas que les resulte intimidatorias o no se les permita expresar sus propias señales olfatorias, pueden aparecer problemas de conducta tales como exceso de lamido y rascado o enfermedades relacionadas con el estrés.

En definitiva, para lograr que el gato de compañía disfrute de las mejores condiciones de vida posible, todos aquellos que viven y trabajan con ellos deberían conocer las necesidades medioambientales y los patrones de comportamiento básicos de los felinos, aplicables a todos los gatos, independientemente de su tipo de vida.

Fuente: Directrices de la AAFP y la ISFM sobre las necesidades medioambientales felinas. Journal of Feline Medicine and Surgery (2013) 15, 219-230.

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