A pesar de su juventud, Sara Pérez atesora gran experiencia y formación como veterinaria. Después de realizar un Máster de Clínica Veterinaria e Investigación Terapéutica, empezó a trabajar en el Centro Veterinario Atlántico, al tiempo que realizaba estancias en el Hospital Clínico de la Facultad de Veterinaria y realizaba sus ...
A pesar de su juventud, Sara Pérez atesora gran experiencia y formación como veterinaria. Después de realizar un Máster de Clínica Veterinaria e Investigación Terapéutica, empezó a trabajar en el Centro Veterinario Atlántico, al tiempo que realizaba estancias en el Hospital Clínico de la Facultad de Veterinaria y realizaba sus estudios de Doctorado en Biomedicina. Toda una carrera de fondo que le ha llevado a su máxima aspiración: trabajar por y para los pequeños animales: "Mi trabajo diario consiste en evaluar los casos del servicio de cirugía de tejidos blandos de nuestro centro, tanto en las consultas previas como en las postoperatorias. La labor termina cuando el animal está dado de alta médica tras la intervención, y eso no ocurre inmediatamente después de la cirugía".
Tratamiento personalizado, seguimiento y formación, mucha formación. "Tenemos el punto de mira en los avances en cirugía mínimamente invasiva que pretende mejorar la calidad no solo del servicio, sino también de la recuperación de los paciente y reducir los tiempos quirúrgicos".
La cirugía de tejidos blandos es esencial en la resolución de un número alto de los casos que se presentan en la clínica diaria. "Nos ayuda a dar un servicio integral para la mejora del paciente, siempre combinada con otros servicios como pueden ser medicina general, diagnóstico por imagen o endocrinología".
Es, por tanto, la formación uno de los pilares fundamentales de la profesión. "Sin duda se trata de una de las necesidades a cubrir. La sociedad demanda cada vez más profesionales y con mejor formación. Sólo así podremos llegar a alcanzar el reconocimiento social que tanto demandamos". Sara Pérez lo pone en práctica en el Centro Veterinario Atlántico en Gran Canarias. "También necesitamos accesibilidad a las técnicas diagnósticas más avanzadas, que en otras profesiones sanitarias forman parte de las herramientas habituales de diagnóstico y resolución de casos". Porque de lo que no cabe duda es de que "la clave de la fidelización es un servicio de calidad. Los clientes tienen que sentirse bien atendidos, valorados, y ver la implicación del profesional".
Otro de los problemas que afectan a la veterinaria de hoy en día es la normalización y la reglamentación del veterinario especialista. "En España los psicólogos, biólogos y médicos tienen una regularización en su formación especializada. Sería ideal el desarrollo de un sistema tipo VIR enfocado a las distintas ramas: seguridad alimentaria, clínica, grandes animales, etc. Y que recoja, por supuesto, la trayectoria profesional de los compañeros que llevan años de especialización no reglada".
Por tanto, más visibilización del trabajo que realiza el profesional veterinario y mayor avance hacia las técnicas y los métodos nuevos. "Hay que darle valor a nuestra profesión y adaptarnos a las necesidades de una sociedad cambiante. Vivimos en un marco social en el que cada vez el veterinario es más valorado, y debemos seguir trabajando en esa línea". Y esto es así gracias en parte a que "los animales de compañía han pasado a ser parte activa de las familias. Debemos estar a la altura y prestar un servicio de calidad, con coherencia y mucho respeto".
Compromiso, respeto y calidad son las claves del futuro. "Debemos dar a conocer todos los sectores de nuestra actividad para llegar al posicionamiento social que merece una profesión como la nuestra. Y por supuesto luchar por la sostenibilidad de los profesionales, el trabajo en equipo y potenciar la relación con otras profesiones".