Manuel Ramos conoce bien de cerca la profesión, no en vano, lleva más de 20 años al frente de la Clínica Veterinaria Vesal, un proyecto que inició junto a su mujer y que les ha reportado grandes recompensas. "Desde siempre mi especialidad ha sido la traumatología y neurocirugía, pero en los últimos años me he ido especializando en oftalmología con la realización de diferentes posgrados y estancias en varios centros de referencia oftalmológica en toda España".

Actualmente lidera un equipo de siete veterinarios y tres auxiliares con la prestación de un servicio integral en todas las patologías y campos de la medicina y cirugía. "Mi trabajo en la clínica consiste tanto en desarrollar mis dos especialidades como en atender consultas rutinarias, porque no me gusta perder el contacto con mis clientes fieles que fueron los que me apoyaron en mis inicios y a los cuales debo mi posición actual".

Su historia es la de esfuerzo y trabajo que, sin duda, han tenido su recompensa. "A mi juicio la fidelización de los clientes reside en dos factores: uno, el trato humano y directo con el propietario sin olvidar que detrás de cada animal hay una familia que siente y padece por ellos; y el otro, la especialización que nos permite dar un servicio cada vez más profesional como ocurre en medicina humana desde hace mucho tiempo".

Por tanto, profesionalización, especialización y servicio de calidad constituyen los puntos esenciales de la veterinaria del futuro. "Si queremos resolver el problema de la sostenibilidad de la clínica veterinaria a largo plazo debemos apostar por dignificar nuestra profesión y evitar el intrusismo en muchos campos". Bien pero ¿esto cómo se consigue? "Simplemente logrando que cada veterinario valore su propio trabajo, cuestión que en ocasiones no somos capaces de alcanzar, y mucho menos de transmitirlo al público, a diferencia de otros países de la UE o de EEUU donde el veterinario es un referente sanitario".

En cuanto al progreso de la oftalmología como especialidad, Manuel Ramos destaca la cirugía de superficie ocular y la cirugía intraocular, principalmente la cirugía de cataratas. "Así, por ejemplo, hoy en día a nivel de superficie ocular no es infrecuente hablar de trasplantes de córnea al igual que en medicina humana Pero, sin duda, la gran revolución ha sido la llegada de bioimplantes para sustituir la córnea dañada, como es el caso de los injertos de membrana amniótica bovina criopreservada".

Un sector, el de la veterinaria, que avanza hacia el futuro con innovaciones en el ámbito de la medicina y mucha inversión en investigación. Pero este progreso se contradice con la falta de reconocimiento social de una profesión que realiza una gran contribución social y sanitaria. "La veterinaria en España no ha alcanzado el estatus que posee en otros países de la comunidad europea", asegura Manuel Ramos, y continúa: "Parte de esto es culpa de nuestro propio colectivo que en muchas ocasiones no se ha hecho valer en su justa medida. Sin duda, somos nosotros los primeros que debemos creernos lo que somos".

Un baño de realidad que pasa por la especialización y la prestación de un servicio de calidad. "La solución viene de la mano de la especialización, no podemos lanzarnos a ejercer la profesión sin ninguna preparación, debemos estar preparados y ser competentes para dar respuesta a las necesidades de una sociedad cada vez más exigente".