Síndrome de disfunción cognitiva en perros

Como resultado de los avances en nutrición y medicina veterinaria de los últimos años, la expectativa de vida de los perros ha aumentado considerablemente. Este fenómeno va de la mano con un incremento de la incidencia de patologías frecuentes durante el proceso de envejecimiento, incluyendo enfermedades neurodegenerativas como el síndrome de disfunción cognitiva (SDC).

16/07/2019

Por Susana Le Brech, Xavier Manteca y Marta Amat El SDC es un conjunto de síntomas que se asocian a la pérdida gradual y progresiva de la capacidad cognitiva en perros viejos. Se asocia a cambios patológicos bien definidos similares a los experimentados por personas que padecen enfermedad de Alzheimer. El ...

Por Susana Le Brech, Xavier Manteca y Marta Amat

El SDC es un conjunto de síntomas que se asocian a la pérdida gradual y progresiva de la capacidad cognitiva en perros viejos. Se asocia a cambios patológicos bien definidos similares a los experimentados por personas que padecen enfermedad de Alzheimer. El SDC puede manifestarse mediante cambios de comportamiento, disminución de la capacidad de aprendizaje y memoria, disminución de la respuesta a estímulos y confusión. Esta patología puede afectar gravemente la calidad de vida del animal y el vínculo con su propietario.

Los signos clínicos que acompañan al SDC incluyen déficit en una o más de las siguientes categorías. Estas categorías están representadas por el acrónimo DISHAA: desorientación, interacciones sociales alteradas, cambios en el ciclo sueño-vigilia, pérdida de conductas aprendidas, alteración de los niveles de actividad y aumento del nivel de ansiedad (ver tabla).

Algunos perros pueden presentar un solo síntoma clínico perteneciente a una sola categoría, mientras que otros pueden exhibir varios síntomas en una variedad de categorías.

Prevalencia

La prevalencia de este problema varía según los distintos estudios, y se sitúa entre el 14 % y 60 % en perros a partir de los ocho años de edad. Tanto la prevalencia como la gravedad de los síntomas aumentan con la edad. Así, por ejemplo, en un estudio donde se evaluó la conducta de perros de entre 11 y 16 años de edad se observó que en los perros de entre 11 y 12 años, el 28 % presentaban afectada al menos una categoría del DISHAA mientras que el 10 % presentaban afectadas dos o más categorías. Por otro lado, en los perros de entre 15 y 16 años, el 68 % presentaban afectada al menos una categoría del DISHAA, mientras que el 36 % eran positivos para al menos dos categorías.

A pesar de la alta prevalencia de este síndrome, varios estudios demuestran que la mayoría de los propietarios no reportan a su veterinario cuando tienen un perro con síntomas compatibles con SDC, a menos que se les pregunte activamente. Esta baja tasa de reporte podría estar relacionada con propietarios que no se dan cuenta de los signos sutiles o que los ven como intratables, insignificantes o típicos del envejecimiento. Los propietarios podrían no advertir a su veterinario hasta que los signos hayan avanzado tanto que tengan un impacto negativo sobre el propietario y que sea evidente que el perro está sufriendo. Esto es negativo, si se tiene en cuenta que cuanto más rápido se diagnostica el problema y se pone en marcha un tratamiento, más probabilidades hay de mejorar los síntomas, ralentizar la progresión de los mismos y mejorar el bienestar del perro.

Diagnóstico

El diagnóstico del SDC es de exclusión; es decir, para diagnosticar este síndrome, en primer lugar deben descartarse problemas médicos que puedan ser la causa directa de los cambios de comportamiento o bien que puedan agravarlos.

La anamnesis, el examen físico general, neurológico y traumatológico, junto con los resultados de las pruebas de laboratorio básicas pueden conducir a un diagnóstico definitivo o determinar si es necesario realizar pruebas diagnósticas más complejas (por ejemplo, radiografías, ecografías, resonancia nuclear magnética, etc.). Una vez que se hayan descartado todos los posibles problemas médicos que pudieran causar o contribuir a los cambios de conducta que presenta el animal, se puede llegar al diagnós- tico de SDC. Teniendo en cuenta de que se trata de perros viejos, no es raro que el SDC se presente de manera concomitante con otros problemas médicos, lo que puede suponer un desafío diagnóstico para el médico veterinario. Por ejemplo, un problema de eliminación inadecuada podría deberse a SDC y/o a problemas médicos como dolor y a cualquier patología médica que cause poliuria como los problemas renales o la diabetes. Por lo tanto, el clínico debe tener en cuenta que las características de los signos conductuales pueden superponerse con los de problemas médicos.

Tal y como se mencionó más arriba, la mayoría de los propietarios de perros con síntomas compatibles con el SDC no suelen consultar con el veterinario, especialmente si los síntomas son leves. Con el objetivo de aumentar la tasa de diagnóstico, los veterinarios deberían informar a los clientes sobre las ventajas de la detección precoz y del tratamiento temprano sobre la calidad de vida y bienestar de los pacientes. En este sentido, los cuestionarios diseñados para diagnosticar conductas compatibles con SDC suelen ser de gran utilidad para el diagnóstico proactivo de este síndrome. Los mismos pueden ser provistos a los dueños antes de la visita o en el momento de la misma.

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