Alimentar no es nutrir

Una correcta nutrición es clave para que las mascotas vivan más tiempo y mejor. Por ello, es necesario conocer los nutrientes que necesita, para poder ofrecerle la alimentación más acorde a sus necesidades.

09/07/2019

La alimentación en las mascotas tiene que cumplir un objetivo claro: ofrecer un correcto balance de nutrientes. Sin embargo, los nutrientes que necesiten los perros y los gatos varían, entre otras cosas, según la etapa de la vida en la que se encuentre el animal y la actividad física y ...

La alimentación en las mascotas tiene que cumplir un objetivo claro: ofrecer un correcto balance de nutrientes. Sin embargo, los nutrientes que necesiten los perros y los gatos varían, entre otras cosas, según la etapa de la vida en la que se encuentre el animal y la actividad física y mental que realice. De hecho, no hay duda de que una buena nutrición es clave para ayudar a que las mascotas vivan más tiempo y sanamente.

Así, tanto fabricantes de alimentos como científicos han desarrollado la experiencia nutricional para asegurar que los alimentos para mascotas contienen todos los ingredientes y las cantidades correctas para suministrar todos los nutrientes que necesita. De hecho, a lo largo de los años, el conocimiento en el campo de la nutrición animal y la tecnología de alimentos ha hecho que la industria de alimentos para mascotas se haya transformado.

Seis nutrientes clave

Acorde con la Asociación Nacional de Fabricantes de Alimentos para Animales de Compañía (Anfaac), un nutriente es cualquier constituyente del alimento que ayuda al mantenimiento de la vida realizando una serie de funciones, como puede ser: actuar como componente estructural del cuerpo; modular las reacciones químicas que tienen lugar en el organismo (metabolismo); transportar sustancias dentro, a través, o fuera del cuerpo; regular la temperatura; influir sobre la palatabilidad/ sabor y, por tanto, sobre el consumo voluntario del alimento, y proporcionar energía.

Hay seis nutrientes clave: proteínas, hidratos de carbono, grasas, agua, minerales y vitaminas. Los tres primeros son los que proporcionan energía, y los otros tres, no.

Proteínas. Aportan unas 4 kcal por gramo, y su principal función es formar tejidos nuevos durante el proceso de crecimiento y reparación. Las proteínas son integrantes esenciales de las enzimas, las hormonas, los anticuerpos y las células, y la cantidad necesaria dependerá de la especie y edad del animal y de la calidad de la proteína (que se mide con el concepto "valor biológico"). En general, los felinos precisan más proteínas que los perros, y los animales jóvenes más que los adultos. Asimismo, el contenido proteico tiene que estar equilibrado con la densidad energética del alimento. Una proteína es de calidad, tiene un valor biológico elevado, si proporciona los aminoácidos esenciales en cantidades lo más cercanas posible a los requerimientos.

• Hidratos de carbono. Aportan también unas 4 kcal por gramo y actúan sobre la función intestinal. Los cereales, en general, suelen ser la fuente de carbohidratos principal para perros y gatos. Según su capacidad para ser digeridos y absorbidos, los carbohidratos se dividen en digestibles y no digestibles. Aportan, también, energía, volumen y palatabilidad a la dieta, aunque no son necesarios en las dietas para perros y gatos. Los gatos (carnívoros) y los perros (omnívoros) no digieren bien las dietas a base de cereales crudos, pero una correcta cocción permite aumentar su digestibilidad hasta un 90-94%. Los carbohidratos que superan las necesidades que tiene el animal, los carbohidratos extras, se almacenan en forma de glucógeno (un carbohidrato complejo que se almacena en cantidades limitadas) o grasa, favoreciendo así la obesidad.

Grasas. Actúan también como fuente de energía, aportando unas 9 kcal por gramo. Son necesarias, para la absorción, almacén y transporte de las vitaminas denominadas "liposolu- bles" (A, D, E y K); el aumento de la palatabilidad del alimento, y son fuente de los ácidos grasos esenciales, que tienen efectos positivos sobre la piel y el pelo, además de mejorar el sistema inmunológico. Asimismo, durante el crecimiento, la lactancia o el ejercicio físico se produce una mayor demanda calórica, pero un exceso prolongado de grasas también pue- de terminar en obesidad.

Agua. Tiene que estar siempre a disposición, pues es el nutriente más importante. Un animal puede sobrevivir con pocas reservas energéticas, la mitad de sus proteínas y hasta un 40% de su peso, pero una pérdida del 10% del agua corporal total provoca graves alteraciones, y la pérdida del 15% suele ocasionar la muerte. Un 5-10% del agua corporal se produce a través del metabolismo interno del animal, dando lugar a lo que se conoce como agua metabólica. En cuanto al agua ingerida, esta puede ser a través de la bebida y de los alimentos. Las dietas secas tienen entre un 7-14% de agua, y los alimentos enlatados, entre un 70-85%.

Minerales. Son importantes para una gran variedad de funciones. Según la cantidad que se necesita, se dividen en macrominerales (calcio, fósforo, potasio, sodio y magnesio) y microminerales (hierro, zinc, cobre, manganesio, iodo, cobalto y selenio). Es importante equilibrar la ingesta de todos los minerales, pues el abuso de un determinado mineral puede incidir en la deficiencia de otro. Aunque muchos propietarios de animales creen que `cuanto más mejor´, en realidad esto no es correcto, ya que puede ser contraproducente.

Un alimento se podrá considerar completo y equilibrado siempre que contenga la proporción correcta entre sí de todos los nutrientes esenciales y en relación, también, al contenido energético del alimento. Así, la formulación de un alimento se basa en dos factores. El primero, el conocimiento de las necesidades energética del animal -que como se ha mencionado anteriormente puede variar según la edad o etapa de la vida, el tamaño, la raza, el nivel de actividad y las condiciones ambientales- y el segundo, la transferencia de esa información para la selección de las mejores materias primas que contengan estos nutrientes y luego los combinen en el alimento.

La importancia del agua

El agua es esencial para que el cuerpo se desempeñe de manera óptima y ayuda a mantener una temperatura regular. Sin agua no se absorben los nutrientes. De hecho, se notan antes los efectos de una falta de agua que de la mayoría de otros nutrientes. Estos signos se manifiestan como signos de deshidratación que se produce, principalmente, debido a la falta de ingesta de agua o por un incremento de la pérdida de líquidos (diarrea, vómitos y sobrecalentamiento). La deshidratación, en algunos casos, provoca que algunas células no puedan llevar a cabo sus funciones corporales, llegando a dañar órganos y provocando, en casos extremos, la muerte del animal. Las señales que pueden indicar que un animal sufre una deshidratación son: jadeo, ritmo cardiaco elevado, letargo y ojos hundidos; nariz y boca secas; piel que al ser apretada no vuelve a su posición original rápidamente y queda en posición levantada o retrocede muy despacio.

Alimentos preparados

La mayoría de gente apuesta por los alimentos preparados a la hora de alimentar a sus perros y gatos. Según la Fediaf, algunos de los motivos principales que han convertido a la alimentación preparada en la principal opción son:

- Aportan la cantidad correcta, el equilibrio y la disponibilidad de nutrientes para mantener la salud y la actividad física y mental.

- Están suficientemente concentrados para permitir que el animal cumpla con sus requisitos nutricionales al consumir los alimentos ofrecidos.

- Ofrecen una alta palatabilidad que asegura que el alimento se consume. La palpabilidad de la comida es importante, ya que el tiempo de alimentación debe ser una experiencia gratificante tanto para el dueño como para la mascota, reforzando de esta manera el vínculo entre perro o gato y dueño.

- Al utilizar carne nutritiva de calidad e ingredientes a base de plantas que se originan en la producción de alimentos para humanos, los alimentos preparados para mascotas proporcionan una fuente sostenible de nutrición equilibrada de una manera responsable y ambientalmente sostenible.

- A todo ello hay que añadirle que hay una gran diversidad de recetas, variedades y texturas para buscar la que guste más al animal.

Los alimentos preparados se pueden dividir en cuatro categorías principales:

Alimentos completos. Son aquellos que satisfacen todas las necesidades nutricionales del animal, aportando un conjunto de nutrientes cuya calidad y cantidad garantizan una ración diaria equilibrada y completa.

Alimentos complementarios. Por sí solos no son suficientes para proporcionar una ración diaria equilibrada. Por tanto deben complementarse con otros ingredientes. Un ejemplo son los copos de cereales.

Alimentos dietéticos. Tienen unos objetivos nutricionales particulares. Se asocian al tratamiento de situaciones pato- lógicas como la obesidad o la insuficiencia renal.

Golosinas. Deben ser administradas en pequeñas cantidades y, normalmente, suponen una forma de recompensa con la que fortalecer el vínculo mascota-dueño. Además, algunas tienen efectos positivos en áreas como la salud bucal o las articulaciones.

Asimismo, cada una de estas categorías de alimentos se encuentra disponible en tres tipos de presentaciones, las cuales se dividen en función del contenido de agua:

Alimento seco. Aquí encontramos croquetas, galletas o gránulos, entre otros, y tienen un porcentaje de humedad de entre el 7 y el 15%. La mayor parte de estos alimentos se so- meten a un proceso de "cocinado" denominado "extrusión" en el que los ingredientes están sometidos a una humedad del 15-30%. Estos alimentos suelen ser más concentrados, aportando una mayor energía y nutrientes por kilo de alimento. Además, son más fáciles de conservar y favorecen la higiene dental del perro y del gato.

Alimento húmedo. Estos alimentos, que incluyen latas y tarrinas, contienen un porcentaje de humedad de entre el 70 y el 85%. Su preparado se basa en el troceado o triturado de sus ingredientes, y la gelatina o grasa que contiene los minerales y vitaminas añadidos se prepara separadamente antes de mezclar y envasar. Estos alimentos pueden llegar a ser comestibles y nutritivos más de 18 meses.

Alimento semihúmedo. Tienen un porcentaje de agua de un 25-40% y las presentaciones pueden ser en forma de salchicha y croqueta blanda, entre otras. Ofrecen un sabor parecido al de los alimentos húmedos y conservan los aspectos más adecuados de los secos.

Algunos dueños, sin embargo, optan a veces por preparar ellos alguna comida. Esta es una opción arriesgada y que conlleva dificultades, pues es difícil que los propietarios conozcan las necesidades nutricionales específicas de su gato o de su perro, las interacciones dietéticas o los métodos de alimentación. Por ejemplo, un inadecuado nivel de calcio puede afectar negativamente a la salud de la mascota, igual que la ingesta de grasa mal administrada puede ocasionar problemas de salud, como problemas pancreáticos.

Un estudio llevado a cabo en 2013 por la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de California desveló que gran parte de las recetas caseras no seguían las directrices nutricionales. Los investigadores analizaron 200 recetas diferentes para comida casera para perros, utilizando recetas de diferentes sitios web, libros de texto veterinarios y libros de cuidado de mascotas. Los resultados mostraron que el 95% de las recetas eran deficientes en al menos un nutriente esencial y el 84% carecía de los múltiples nutrientes necesarios. Asimismo, es más fácil que alimentos mal formulados o poco cocinados se lleguen a contaminar con bacterias E. coli o Salmonella, las cuales pueden hacer enfermar a la mascota.

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