Lleva casi 20 años como veterinaria. Después de trabajar en una clínica de animales de compañía, en 2007 Ana Abio decidió abrir su propia clínica. Hoy confiesa que ha sido una decisión correcta. "La clínica se ha enfocado desde el principio a la medicina preventiva, y es pionera en planes de salud en la región", dice con una amplia sonrisa. Y es que la prevención en la especialidad veterinaria se ha convertido en una prioridad. "Es la única manera de evitar complicaciones que se puedan convertir en un problema posteriormente, y prevenir es la mejor garantía para asegurar el bienestar de nuestras mascotas".

Sania Clínica Veterinaria se encuentra en una zona urbana donde el cuidado de las mascotas se tiene en cuenta. Así que prevención, sí, pero a largo plazo, es decir, los resultados no se observan de manera inmediata. "Estamos muy contentos porque hemos conseguido mejorar la calidad de vida de nuestros animales, nuestro objetivo es tener mascotas sanas y propietarios educados", asegura.

Para ello es fundamental establecer un trato personal con el cliente. "Acude a nuestro centro con asiduidad para realizar los tratamientos correspondientes y para revisiones. Deposita toda su confianza en nosotros. Esto hace que la relación sea muy cercana". Y eso es lo ideal si queremos concienciar al propietario de la trascendencia que implica la detección precoz de patologías e incluso la no aparición de determinadas afecciones. "Son propietarios que han entendido que su mascota va a estar mejor cuidada y ellos más tranquilos, aceptando el consejo profesional". En definitiva, abogar por `prevenir antes que curar´ en veterinaria para, primero, evitar el desarrollo de enfermedades y, segundo, contribuir a optimizar recursos y, lo más importante: garantizar el bienestar animal: "La cuestión es que se promueva la salud en lugar de tratar la enfermedad, y que se haga en acciones que realizamos rutinariamente, vacunando, desparasitando, realizando esterilizaciones preventivas, aconsejando sobre la nutrición de las mascotas. Esto tenemos que tenerlo siempre presente y transmitírselo a los propietarios". No en vano, el animal de compañía es parte de la familia. "El veterinario es básico en esa relación propietario-mascota y seguiremos actuando proactivamente para continuar siéndolo".

Una reivindicación en toda regla, la que nos hace Ana, que además va acompañada de propuestas de mejora. "Es preciso que nos organicemos más para que nuestra profesión afronte los cambios que se están produciendo". Pero esto ¿cómo se consigue? "Siendo más eficientes y aprendiendo a comunicar mejor todo lo que hacemos. Nos falta aprender estrategias de comunicación y transmitir el relevante papel que desempeñamos en la sociedad".

Por tanto, más y mejor comunicación. "No hemos sabido transmitirlo hasta ahora", afirma Ana, y añade: "Sería estupendo si contásemos con el apoyo de las instituciones". Además, es necesario tener en cuenta la volatilidad del cliente actual, que, en muchas ocasiones, "se deja guiar por el componente emocional". Se despide de nosotros no sin antes apuntar algunos de los retos de la profesión: recuperar el papel de prescriptor del veterinario, adquirir capacidades relacionadas con la gestión empresarial, reducir la presión fiscal e introducir cambios de modelos de negocio. "Como la mayoría no los podemos cambiar y no todos dependen de nosotros, tendremos que adaptarnos sin perder de vista cuál es nuestra labor fundamental y qué aportamos a la sociedad".