Tiempos difíciles para los centros sanitarios veterinarios

Muchos son los cambios que deparan a los centros sanitarios veterinarios. La falta de regulación del sector y la importancia que están tomando las mascotas en nuestra sociedad hacen que se tengan que redefinir los centros sanitarios veterinarios.

26/02/2019

En un reciente informe titulado "Los centros sanitarios veterinarios. Análisis de una situación insostenible", la Confederación Empresarial Veterinaria Española (CEVE) analizaba la situación actual de los centros sanitarios veterinarios, un sector que se ha desarrollado prácticamente en los últimos treinta años y que sufre una falta de regulación ...

En un reciente informe titulado "Los centros sanitarios veterinarios. Análisis de una situación insostenible", la Confederación Empresarial Veterinaria Española (CEVE) analizaba la situación actual de los centros sanitarios veterinarios, un sector que se ha desarrollado prácticamente en los últimos treinta años y que sufre una falta de regulación por parte de la administración. Todo ello, según CEVE, acarrea un elevado grado de intrusismo y graves problemas a nivel laboral, formativo y jurídico. De hecho, desde la organización aseguran que es "algo incomprensible" que, a pesar del papel tan importante que juegan en la Salud Público, los centros sanitarios veterinarios no dependan orgánicamente de la Administración Sanitaria sino de la Administración competente en ganadería. Así, opinan desde CEVE que "incluir a los animales de compañía dentro del sector primario de la ganadería es algo inasumible para esta sociedad". Una sociedad que, cada día más, está sensibilizada con el bienestar animal y su relación con los beneficios para nuestra salud.

Y es que el veterinario, más allá de curar mascotas, es el único especialista preparado para prevenir la transmisión de enfermedades de animales a personas. Algo importantísimo si se tiene en cuenta que en nuestro país casi la mitad de los hogares cuentan con una mascota. Una tendencia que seguirá creciendo debido a motivos sociodemográficos: cada vez más personas optan por no tener hijos, más ciudadanos viven solos e, incluso, en algunos casos, las mascotas son la única compañía. Además, cada vez es más común incorporar a los animales en nuestro día a día a través de las terapias con animales de asistencia. Es el caso, por ejemplo, de alertas médicas y avisos (diabetes, personas con hipoacusia, epilepsia o apena); servicios para personas con movilidad reducida, personas con autismo, discapacidades visuales o perros de ayuda de rescate. Numerosos estudios han demostrado los beneficios que supone contar con una mascota en casa.

Función

Todos los motivos mencionados anteriormente demuestran que es indispensable contar con una convivencia saludable entre personas y mascotas, y es en este contexto en el que el veterinario se erige como la figura clave. Por lo menos así lo asegura el informe de Upsala de la FAO/OMS, el cual refleja que "el veterinario es el único profesional que tiene conocimientos y experiencia sobre los animales y sus enfermedades, aplican- do sus conocimientos para el diagnóstico y el tratamiento de cara a mejorar el bienestar animal y proteger la salud del ser humano". Por todo ello, los centros sanitarios veterinarios no solo garantizan el control sanitario de los animales de compañía en una sociedad, sino que además cuentan con un papel destacable a la hora de promover la salud humana, explicando a los propietarios pautas y consejos a la hora de convivir seguramente con su mascota. "Es un error creer que el objeto de la profesión veterinaria son sólo los animales, ya que detrás de ellos hay dueños con diferentes posibilidades", argumentan en el informe de CEVE, para quienes "el ordenamiento jurídico tiene que reconocer a los profesionales sanitarios su condición sanitaria y a los centros donde desempeñan su labor idéntica condición sanitaria".

Esta escala regulación, "dispersa, en ocasiones confusa y, para algunos aspectos de la profesión, inexistente", provocan un elevado grado de intrusismo, a la cual no se le da la importancia que se merece. De hecho, para CEVE no quedan claras las atribuciones exclusivas de los profesionales veterinarios, pues la normativa se diferencia por actividades veterinarias, haciéndose difícil unificar conceptos.

En el análisis, CEVE plantea una serie de situaciones en las que cada día es más frecuente este intrusismo:

• Aplicación de microchips, tratamientos antiparasitarios y vacunas por parte de criadores, vendedores, peluqueros caninos y adiestradores.

• Algunos criadores, incluso, suministran sin supervisión veterinaria medicamentos para tatar las enfermedades más corrientes.

• Aplicación de sedación sin control veterinario en peluquerías animales.

• Realización de diagnósticos y tratamientos en patologías de piel y oídos en peluquerías.

• Propietarios de centros veterinarios sin titulación que ejercen como veterinarios.

• Diagnóstico de patologías de comportamiento y aplicación de técnicas de modificación de conducta realizadas por personas sin formación.

• Personas que dan tratamientos, consejos nutricionales o realizan dietas sin control veterinario.

• Con el amparo de `protección animal´, se encuentran campañas de esterilización y vacunación de bajo coste donde la prestación del servicio se lleva a cabo en lugares sin garantía higiénica ni sanitaria. Hay casos incluso en los que las cirugías las llegan a realizar extranjeros sin tener la colegiación obligatoria en España.

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