La especialización como futuro de la profesión es por lo que apuesta Mª Isabel Fernández desde Clínica Veterinaria Selva en Plasencia. Desde que en el año 1995 decidiera abrir su propio centro dedicado al cuidado de los pequeños animales ha visto evolucionar la profesión. "Los cambios han sido en su mayoría positivos. En traumatología hemos vivido una transformación espectacular en cuanto a las oportunidades de formación, así como en las nuevas opciones de material quirúrgico para la resolución de fracturas y problemas ortopédicos", asegura Mª Isabel y nos cita como ejemplo los nuevos sistemas de placas bloqueadas a implantes de titanio, prótesis de cadera y rodilla o la posibilidad de realizar TAC Y RM en centros de referencia. "Esto hace unas décadas era impensable".

Esta extremeña tiene claro que la formación representa una cuestión esencial para lograr la excelencia. "Debemos invertir en nuestra preparación y en centros dotados de nuevas tecnologías para poder competir. Asimismo, se necesita un sistema de Seguros para mascotas que haga más fácil la aplicación de ciertos tratamientos que por su coste elevado no pueden aplicarse a todos nuestros pacientes".

Su objetivo: contribuir a mejorar la calidad de vida de sus pacientes. "Hay una cosa que tengo muy clara, siempre espero que mi trabajo como veterinaria ayude al bienestar de los animales, a que tengan una buena salud y calidad de vida", asegura de manera convincente, y añade una demanda común al sector: "necesitamos que la administración pública y las autoridades sanitarias tomen conciencia de la labor que realizamos los veterinarios que nos dedicamos a la salud de los animales. Lo importante que es esta labor en cuanto a la prevención de numerosas zoonosis".

Esto es, poner a la práctica veterinaria en su sitio. Mª Isabel lleva años reclamándolo, del mismo modo que confía en la calidad como el mejor aliado de una clínica veterinaria. "La forma de fidelizar al cliente es la oferta de un servicio de calidad donde el veterinario sea un profesional bien formado. Que el cliente sea consciente que se le ofrece la mejor opción y el mejor tratamiento para su mascota".

Efectivamente, el colectivo demanda más seriedad y profesionalidad ante las posibles amenazas y retos del futuro, entre las que se encuentran el elevado número de facultades de veterinaria que hay en España, y la falta de corporativismo en un sector con una fuerte competencia. "Si queremos sobrevivir y seguir siendo imprescindibles es necesario, entre otras cosas, controlar los licenciados que salen al mercado al año y apostar por un mayor apoyo a los numerosos veterinarios que son autónomos o propietarios de pequeñas clínicas que estamos soportando un presión fiscal y un incremento del IVA preocupante".

Todos ellos, elementos esenciales si se quiere mantener un sistema al que afecta el problema de la sostenibilidad. "Sería interesante acabar con la atomización del sector. Apostar por la creación de hospitales veterinarios que tengan una mayor oferta de servicios, mayor especialización y mejores condiciones laborales para los trabajadores".

Nuestra entrevista llega ya a su fin y Mª Isabel se despide no sin antes recordar una máxima para ella y para la labor que desempeña día a día. "Somos nosotros los primeros que debemos recordar la trascendencia de la labor sanitaria del veterinario en la clínica privada, sobre todo, en cuanto al control de enfermedades transmisibles a los humanos. Debe existir una estrecha colaboración entre la sanidad pública y privada".