La sanidad veterinaria es un pilar fundamental en la sanidad humana. Así lo entiende este experimentado veterinario que lleva ya casi 30 años dedicándose a la profesión. Francisco Cordobés comienza la entrevista con cierta nostalgia. "Parece que últimamente algunas administraciones se han olvidado de que la veterinaria es esencial en la salud de la población. Ya en 1922 se adoptó por parte la Asociación Nacional de Veterinaria Española el lema de las facultades de veterinaria `La higiene del ganado, la salud del pueblo´ ".

Licenciado en 1992 fundó junto a otro compañero el Servicio Veterinario Extremeño en Badajoz. Desde entonces no ha dejado de formarse y adquirir conocimientos nuevos. "La formación es fundamental para nuestra profesión. Tengo el título propio de especialista en traumatología y cirugía ortopédica de la UCM, y en estos momentos cursando y acabando el postgrado en cirugía y anestesia de pequeños animales de la UAB".

Todo un ejemplo de actualización y adquisición de habilidades que Francisco ha llevado a su clínica. "Los avances más significativos dentro de mi especialidad se han producido en la cirugía ortopédica, ya que continuamente están apareciendo nuevas técnicas y nuevos implantes, tanto desarrollados para veterinaria como trasladados desde medicina humana".

Se define como un profesional activo que reivindica mayor implicación de las autoridades y de la sociedad en general para poner en valor la actividad que desarrolla a diario. Presidente del Comité de Clínicas Veterinarias de Badajoz, su respuesta es clara cuando le preguntamos qué aporta su trabajo a la labor diaria de los veterinarios: "Mi profesión es la medicina veterinaria, no el amor por los animales", y continúa: "Sinceramente, veo malos tiempos para las clínicas, debe haber una corrección. Sobrevivirán aquellas que se unan al trabajo a volumen, es decir, muchos animales y precios bajos; y aquellas que estén especializadas, donde se presten servicios que no puedan dar otras".

Francisco nos ofrece así una radiografía de un entorno cambiante, afectado por factores como el exceso de profesionales, las clínicas low cost o la entrada de grandes capitales de Europa en el sector –todo lo cual exige una mayor regulación–, pero ante el cual se muestra positivo: "Somos los mayores expertos en la salud del animal. Por eso, el veterinario es el encargado de mejorar su profesión, hay que ser profesional, y para ello es necesario especializarse".

Y aquí entra a formar parte la cultura social que hay en torno a la veterinaria. "Hemos de cambiar la percepción general de la actividad veterinaria, que es puramente vocacional. Parece que el estudiante de veterinaria es el único que hace una carrera para prestar un servicio y no ganar dinero", reclama.

Y en cuanto a cómo conjugar la rentabilidad de un negocio con la necesidad de fidelizar clientes, "personalmente creo que hay que dar todo el valor añadido posible a nuestros servicios. No cobramos vacunas, cobramos una consulta, una exploración, un diagnóstico, unos consejos, y, de paso, vacunamos al animal si todo es correcto".

Claro y conciso, Francisco nos detalla los retos de futuro. "Debemos tener muy claro lo que debemos hacer si queremos dar respuesta a los cambios que se avecinan: unificación, homologación, profesionalización y, sobre todo, mayor corporativismo".