Un estudio recientemente publicado demuestra que la combinación de domperidona (Leisguard®) y repelente de flebotomos confiere la mejor protección frente a la leishmaniosis canina

Se compararon las medidas disponibles sen el mercado de España, Portugal e Italia entre los años 2012 y 2016.

18/10/2018

La leishmaniosiscanina es una enfermedad zoonótica transmitida por vectores causada por el protozoo Leishmania infantum. En los últimos años, se han desarrollado nuevas medidas preventivas en Europa para luchar contra ella, incluida su vacunación y el uso de domperidona (Leisguard®). El trabajo Comparación de la eficacia y la seguridad de ...

La leishmaniosiscanina es una enfermedad zoonótica transmitida por vectores causada por el protozoo Leishmania infantum. En los últimos años, se han desarrollado nuevas medidas preventivas en Europa para luchar contra ella, incluida su vacunación y el uso de domperidona (Leisguard®). El trabajo Comparación de la eficacia y la seguridad de las medidas preventivas utilizadas contra la leishmaniosis canina en los países del sur de Europa: estudio longitudinal retrospectivo en 1.647 perros domésticos (2012-2016), recién publicado en Veterinary Parasitology y realizado por Mireia Fernandez, María Dolores Tabar, Antonio Arcas, Cristina Mateu, Josep Homedes y Xavier Roura, es el primer estudio de campo a gran escala que investiga la eficacia y la seguridad de las diferentes medidas preventivas que se utilizan habitualmente contra la leishmaniosis en perros domésticos.

Para ello, los autores analizaron los registros médicos de 52 clínicas veterinarias ubicadas en áreas endémicas de leishmaniosis canina en España, Italia y Portugal entre enero de 2012 y mayo de 2016. Fueron incluidos en el estudio un total de 1.647 perros seronegativos sanos, 838 machos (51,1%) y 800 hembras (48,9%). Para ser incluidos en el estudio, los perros tenían que cumplir los siguientes criterios: ser clínicamente sano y seronegativo en Leishmania, tener resultados serológicos repetidos disponibles al menos seis meses después de la prueba inicial, incluir una temporada de transmisión (que comprende el período entre junio y septiembre) dentro del período de seguimiento, y haber recibido sistemáticamente las mismas medidas preventivas durante el período de seguimiento. La serología sirvió para clasificar a los perros en sanos, infectados o enfermos. Los perros fueron evaluados por sus veterinarios teniendo un alto riesgo de exposición en el 70,8% de los casos y bajo riesgo en el 29,2%.

El uso de medidas preventivas en esta población fue generalizado. La más utilizada fue el uso del repelente únicamente, en el 45,7% de los perros. Le siguieron la combinación de repelente y vacunación, en el 23% de los casos; de repelente y domperidona (Leisguard®), en el 11,3%; sólo vacunación, en un 4,2%; de vacunación y domperidona (Leisguard®), en un 2,7%; domperidona (Leisguard®) sola en 2.3 %; y la combinación de las tres medidas, en el 0,2% de los perros. No se aplicó ninguna medida preventiva en el 10,7%.

El estudio concluye que la mayoría de las estrategias preventivas utilizadas, exceptuando la de la de la mera vacuna, dio como resultado una incidencia significativamente menor de leishmaniasis en comparación con no aplicar ninguna medida. En este estudio de campo, se vio que el uso de repelentes mostró un buen grado de protección en perros que viven en áreas endémicas de leishmaniosis canina. También se comprobó que, aunque se incluyó un menor número de casos, el uso de domperidona (Leisguard®) parece proporcionar una protección adicional. En conjunto, la combinación de repelentes y domperidona (Leisguard®) superó a las otras medidas preventivas con una eficacia calculada del 96%. Por tanto, el uso de repelentes es efectivo y el uso de domperidona (Leisguard®) parece proporcionar un efecto sinérgico en la prevención de la leishmaniosis clínica.

El uso de sólo repelentes fue significativamente mejor que sólo la vacunación, pero fue significativamente menos eficaz que la combinación de repelentes y domperidona (Leisguard®). El uso de la vacunación sola conllevó una mayor incidencia de perros enfermos que cualquier otra medida preventiva sola o en combinación. En general, el grupo que logró estadísticamente mejores resultados fue el de la combinación de repelentes y domperidona (Leisguard®). Según los autores, habría que profundizar en el papel de la vacunación combinada con otras estrategias preventivas en un estudio adicional.

La incidencia de leishmaniosis clínica en el grupo sin tratamiento preventivo aplicado fue del 12,5%. En los grupos donde se aplicó la prevención, la incidencia informada fue la siguiente: 10,1% en el caso de sólo vacunación, 4,5% en el caso de sólo repelentes, 4% en el caso de repelentes + vacunación y 0,5% para repelentes + domperidona (Leisguard®). Ningún perro en los grupos de domperidona (Leisguard®), de vacunación + domperidona (Leisguard®) y de la combinación de las tres medidas se vio afectado por leishmaniosis clínica. Los efectos adversos, leves y autolimitados en la mayoría de los casos, se informaron en el 5,2% de los perros y fueron significativamente más frecuentes en los perros después de la vacunación. Con todo, todas las medidas preventivas analizadas, excepto la de sólo vacunación, fueron efectivas a la hora de disminuir la incidencia del desarrollo de leishmaniosis clínica. Queda claro que, como se puede leer en el estudio, "la profesión debe ser más proactiva en la comunicación de los beneficios y en la importancia de las medidas preventivas para la leishmaniosis canina a los clientes". El hecho de que un alto porcentaje de perros no aplicara medidas preventivas a pesar de vivir en regiones endémicas destaca la importancia de la educación del cliente en la prevención de la leishmaniosis canina.

Para leer el trabajo completo, haz clic en el PDF adjunto

Nuestros Podcasts