"Muchos veterinarios atendemos a los gatos con un protocolo sistemático para minimizar el estrés"

La medicina felina y sus usos y tratamientos están en constante evolución y estudio. Los científicos y veterinarios son conscientes de que cada vez hay más investigaciones sobre el tema. En esta entrevista hablamos de ello con Albert Lloret.

02/10/2018

Albert Lloret, veterinario del Hospital Clínic Veterinari de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), junto a sus compañeros, trabaja en esta línea, ofreciendo una función asistencial atendiendo a perros y gatos con enfermedades internas, principalmente enfermedades infecciosas, renales, endocrinas, respiratorias, digestivas y oncológicas. "Esta función asistencial se lleva a cabo ...

Albert Lloret, veterinario del Hospital Clínic Veterinari de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), junto a sus compañeros, trabaja en esta línea, ofreciendo una función asistencial atendiendo a perros y gatos con enfermedades internas, principalmente enfermedades infecciosas, renales, endocrinas, respiratorias, digestivas y oncológicas. "Esta función asistencial se lleva a cabo siempre realizando docencia clínica a los alumnos de últimos cursos así como veterinarios internos, residentes y visitantes, presentes en el hospital de forma continua. También participamos y colaboramos en la realización de estudios epidemiológicos o clínicos que pueden estar en marcha", detalla Lloret, quien posee la acreditación internacional MANZCVS (Feline Medicine) y está acreditado por AVEPA en medicina felina. También es miembro del comité veterinario de la ISFM y del comité asesor europeo ABCD (Advisory Board on Cat Diseases).

Los gatos que salen al exterior o gatos jóvenes que vienen de la calle o protectoras son más susceptibles a las enfermedades infecciosas, principalmente víricas, y a los accidentes y heridas por peleas con otros gatos. Mientras que, según el veterinario, los gatos de vida interior y sedentaria son más susceptibles a enfermedades como la obesidad, la diabetes mellitus, el asma, enfermedades urinarias de vías inferiores (cistitis idiopática, urolitiasis) y enfermedades inflamatorias del sistema digestivo (enfermedad inflamatoria intestinal, colangitis, pancreatitis).

Por su parte, los gatos geriátricos son muy susceptibles a la enfermedad renal crónica, hipertiroidismo e hipertensión, y también a diversos tipos de tumores o enfermedades neoplásicas (linfoma, tumores de mama, meningiomas). "Algunas razas son susceptibles a enfermedades de base genética y hereditaria como pueden ser algunas formas de cardimiopatías y la poliquistosis renal, entre otras", detalla Lloret.

Incremento de gatos en la población

Los gatos han ido aumentando progresivamente en las dos últimas décadas como animal de compañía, especialmente en las ciudades y en familias en las que tienen menos tiempo libre del que se necesita para tener en condiciones a un perro. "Depende de la situación de la clínica si es en zona urbana, semiurbana o rural que se tiene más o menos gatos y qué estilo de vida tienen estos gatos. Algunas clínicas de ciudad empiezan a tener más gatos que perros como pacientes y en algunas grandes ciudades existen clínicas felinas", explica Albert Lloret. No obstante, se ha en zonas menos urbanas sigue predominando el perro como animal de compañía y por tanto como paciente en las clínicas. En los países en los que la medicina veterinaria está más avanzada (EUA, Reino Unido) el gato iguala o supera ya al perro como animal de compañía.

El gato en la clínica

El trato del gato en la clínica es diferente respecto al perro. "Y este es un aspecto fundamental y que supone uno de los grandes avances en la medicina felina. Hace ya algunos años muchos veterinarios nos dimos cuenta de que en la medicina felina no solamente era útil saber las peculiaridades y especificidades en las enfermedades, sino que además teníamos que preocuparnos y abordar el tema del estrés del gato y su bienestar durante la consulta clínica y hospitalización", apunta el profesional.

Muchos gatos son muy sensibles al estrés que supone salir de casa y ser atendidos en una clínica y ser sometidos a procedimientos que en la mayoría de perros no suponen un problema, como puede ser una extracción de sangre o inyectar un medicamento o vacuna. De esta manera, "un buen manejo ("cat friendly") adaptado a las necesidades del gato, ya desde pequeños, es esencial para que el gato y el propietario no tengan una mala experiencia cada vez que tiene que ir al veterinario". Lloret explica que si las experiencias son buenas se puede realizar una mejor medicina preventiva y, en caso de enfermedad, es más fácil llegar al diagnóstico y poder aplicar el tratamiento. "Muchos veterinarios actualmente atienden y manejan a los gatos de forma distinta que a los perros y con un protocolo sistemático para minimizar el estrés y así conseguir que la experiencia para gato y propietario sea favorable".

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