"Los problemas de comportamiento son el principal motivo de abandono de los animales de compañía"

Según las estadísticas, aproximadamente ocho de cada 10 perros y gatos presentan problemas de comportamiento, y en los gatos, además, implican mayor peligrosidad. De ahí que, en opinión de Tomàs Camps, veterinario y etólogo en el centro Etovets, sea necesario tomarse la especialidad veterinaria de la Medicina del Comportamiento y Bienestar Animal con más seriedad desde todos los ámbitos.

06/09/2018

Se da la circunstancia de que no en todas las facultades de Veterinaria está recogida esta especialidad en su currículum, y sin embargo, "la realidad del día a día en el trabajo es que los problemas de comportamiento son algo extremadamente común", afirma Tomàs Camps, director del Servicio de Medicina ...

Se da la circunstancia de que no en todas las facultades de Veterinaria está recogida esta especialidad en su currículum, y sin embargo, "la realidad del día a día en el trabajo es que los problemas de comportamiento son algo extremadamente común", afirma Tomàs Camps, director del Servicio de Medicina de Comportamiento y Bienestar Animal en Etovets. Refiere este experto en comportamiento animal que muchas patologías que presentan las mascotas dan la cara a través de un cambio de actitud: "A veces el propietario nota que el animal tiene un cambio en la conducta trófica, o se le ve más decaído o más activo de lo normal…"

Pero la importancia de estos problemas de comportamiento va más allá de la esfera del propio animal y de la de su propietario. En primer lugar, puede suponer un problema de salud pública. Al respecto, manifiesta que "gran cantidad de las visitas que tenemos son debidas a problemas de agresividad, que implican riesgos de mordedura pero también de zoonosis". Además, esa importancia aumenta más si cabe si nos fijamos en el tipo de población más vulnerable, los niños, que tienen entre tres y cinco veces más probabilidades de ser mordidos por un perro que un adulto, según los estudios epidemiológicos realizados al respecto.

Motivo de abandono

En segundo lugar, este tipo de problemas constituyen el principal motivo de abandono e incluso de eutanasia de animales de compañía. "En España el 15% de los animales de compañía que son abandonados es por problemas de comportamiento; le siguen de cerca las camadas indeseadas". En tercer lugar, cualquier problema de comportamiento de un animal conlleva un estrés asociado que, de mantenerse en el tiempo la conducta problemática y no resolverse, lleva a que el estado de estrés se cronifique, afectando al bienestar del animal. Finalmente, Tomàs Camps señala las implicaciones económicas que tienen los problemas de comportamiento en los animales. "El hecho de tener al animal en la perrera, en caso de que el propietario haya tomado la decisión de no tenerlo consigo, conlleva costes, lo mismo que las lesiones de quienes han sido mordidos", explica.

Lo peor, la agresividad

En el caso concreto de los gatos, para Camps, los principales problemas de comportamiento que presentan se relacionan con la agresividad, seguidos de cerca por problemas de eliminación inadecuada en la bandeja (hacer sus necesidades fuera de la bandeja), rascados inadecuados (rascarse las uñas donde no debe), trastornos compulsivos (quitarse todo el pelo, auto- lesionarse) y problemas de miedo. "Normalmente en los centros especializados en comportamiento animal, un 40% de los casos que se atienden son de agresividad, seguidos por problemas de eliminación inadecuada en la bandeja, y al revés en los centros generalistas", comenta. La explicación es que los veterinarios generalistas suelen derivar a los centros especializados más casos de agresividad que de otro tipo debido a las implicaciones de peligrosidad que tiene no dar con la solución correcta.

Historial médico y etológico

A la hora de realizar la evaluación de esos problemas de comportamiento, Tomàs Camps explica que hay que considerar siempre dos aspectos: el estado de salud del animal y el historial etológico. "Muchos problemas de comportamiento se deben a problemas médicos de forma total o parcial, por lo que siempre debe haber una evaluación médica a base de analítica, examen neurológico y físico general", dice. Asegura que se trata de "hacer unas pruebas mínimas que nos certifiquen que el estado de salud del animal es correcto o, en su defecto, que puede tener algún efecto sobre su comportamiento".

Respecto al historial etológico, se deben analizar una serie de indicadores que varían en función de cada problema. Por ejemplo, para problemas de agresividad, hay que estudiar básicamente aspectos como quién es el blanco de la agresividad, la postura que adopta el animal, cómo son los ataques y el contexto. "Con ello ya tendríamos la categoría diagnóstica", recalca el doctor. Pero además subraya que es muy importante evaluar también las condiciones del entorno en el que vive el animal, tanto el físico (si es una casa aislada o es un piso, cuántos recursos hay –bandejas, rascadores…–, dónde se ubican esos recursos, etc.), como el entorno social (si vive con una persona o con más, si algunos son niños pequeños, si vive con otros animales, cómo se relaciona con ellos, si manifiesta agresividad con ellos, etc.). "Hacemos un cribado sobre el animal desde que llega a consulta, y todo ello mediante una entrevista personal al propietario", matiza.

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