Primeros logros de "Un perro, un niño feliz", que ayuda a niños con enfermedades complejas

Después de seis meses desde que la Fundación Ana Carolina Díez Mahou pusiera en marcha este proyecto pionero de terapia asistida con perros para niños con enfermedades neuromusculares y mitocondriales, se ha constatado en los menores una notable evolución en sus capacidades individuales y sociales y en la mejora de su calidad de vida.

12/07/2018

Avances en las habilidades individuales y en la interacción de grupo, mejora en los movimientos y en la capacidad de atención, reducción de movimientos repetitivos, mayor autonomía motriz y personal y reducción del nivel de frustración en el desarrollo de los ejercicios son algunos de los principales progresos que, al ...

Avances en las habilidades individuales y en la interacción de grupo, mejora en los movimientos y en la capacidad de atención, reducción de movimientos repetitivos, mayor autonomía motriz y personal y reducción del nivel de frustración en el desarrollo de los ejercicios son algunos de los principales progresos que, al término de la primera fase del proyecto "Un perro, un niño feliz", han manifestado los niños que han participado en él.

Puesto en marcha en enero de 2018 por la Fundación Ana Carolina Díez Mahou, bajo la coordinación de la Oficina de Intervención Asistida con Animales de la Universidad Rey Juan Carlos y el patrocinio de Dingonatura, el proyecto ha permitido que en estos seis meses ocho menores de entre 3 y 7 años y con enfermedades neuromusculares y mitocondriales hayan formado parte de un programa de terapia asistida con perros adiestrados, donde el objetivo principal era mejorar su calidad de vida, así como potenciar su desarrollo motor y su independencia. Todo ello, en un ambiente lúdico y lleno de estímulos para ayudarles a descubrir el mundo que les rodea.

A pesar de que seis meses en la vida de estos menores es un periodo relativamente corto para establecer conclusiones definitivas dadas sus complejas necesidades, la evaluación realizada por el equipo de terapeutas participantes en el proyecto arroja datos muy positivos respecto de la evolución de los niños. La guía de estos profesionales, junto con la interacción con los perros, ha contribuido a facilitar la creación de lazos emocionales que han mejorado su autoestima y sus capacidades individuales.

Javier Pérez-Mínguez Caneda, director de la Fundación Ana Carolina Díez Mahou, ha destacado en rueda de prensa no sólo los "avances cuantitativos y cualitativos" logrados con las sesiones de terapia con perros, sino también "todos los pequeños hitos diarios que permiten que no existan tantas barreras físicas ni psíquicas en estos 8 niños y niñas y que para las familias son tan importantes". También ha aplaudido el "gran trabajo conseguido entre todos", y ha indicado que, "seguiremos trabajando para mejorar la calidad de vida de los niños que lo necesitan".

La Fundación pretende dar continuidad al programa y ampliar el número de niños que asistan a las terapias en una próxima fase. Al respecto ha adelantado que "en septiembre de este año se pondrá de nuevo en marcha el proyecto, con 16 niños. Incluso estamos pensando en crear un grupo especial con psicólogos para padres". Por su parte, David Ortega, vicerrector de la Universidad Rey Juan Carlos, ha subrayado la importancia de fomentar este tipo de proyectos desde el ámbito universitario, ya que "no existe ni en España ni en Europa algo parecido". Considera que tampoco es normal que una Universidad tenga una Unidad de Intervención Asistida con Animales, pero "es importante devolver los recursos materiales y humanos de los que disponemos a la sociedad, y con qué mejor que con iniciativas como ésta".

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