Juan Sirvent tiene claro que la profesionalización de la veterinaria pasa por la formación excelente, la gestión eficaz y el compromiso con las sociedades científicas. Prueba de ello es su propio testimonio: licenciado por la Universidad de Zaragoza en 1988, actualmente es el gerente de Aitana Clínica Veterinaria, centro que, por cierto, fundó junto con otros compañeros y que por aquel entonces ya fue pionero en aparatología con el primer aparato de RX, y el primer equipo de anestesia inhalatoria. "A los pocos meses de obtener mi título, me asocié para montar mi primera clínica de pequeños animales que, hoy por hoy, funciona como centro de referencia en la región. Actualmente somos un centro con tres veterinarios en el que prima una actualización continua de los conocimientos y un muy buen equipamiento".

En esta profesión los conocimientos clínicos son importantes, sí, pero no lo es menos la inquietud por mejorar y seguir avanzando. "Considero que para alcanzar el prestigio que muchas veces se nos niega es necesario involucrarse en esa parte no clínica. En mi caso, soy miembro de la junta de AEVA y participo activamente en la negociación de nuestro Convenio Colectivo".

Especialista en Cirugía, siempre ha considerado la importancia de ofrecer servicios especializados para atender de forma integral al paciente. "Desde hace unos años, con el incremento de la esperanza de vida de las mascotas toda la cirugía relacionada con animales geriátricos –especialmente la oncológica de tejidos blandos– supone un reto importante".

Aitana Clínica Veterinaria es una clínica generalista, pero con la particularidad de actuar en muchas ocasiones como un centro de segunda opinión, lo que conlleva que muchos de los casos presenten una dificultad añadida. "Los casi treinta años de experiencia me demuestran que la formación tiene que ser una tarea continua, así como la renovación de nuestro equipamiento, si queremos mejorar diagnósticos e implementar nuevas técnicas y protocolos".

Aunque también la gestión es relevante, el mercado cada vez exige más conocimientos sobre marketing y comunicación. "Considero muy interesante toda la formación en  marketing y gestión empresarial que se ha desarrollado en los últimos años, y que hemos implementado en nuestro centro. Aun así, un porcentaje muy elevado de clientes acuden a la clínica por la proximidad a su domicilio, lo que dificulta la fidelización, a pesar de realizar un marketing adecuado".

Y en este sentido es fundamental establecer una comunicación permanente con el cliente. "Siempre he trasladado a mi equipo la necesidad de informar al cliente absolutamente de todo lo referente a las consultas, incluso si no preguntan. Hay que explicar el porqué de las pruebas, los diagnósticos presuntivos o definitivos. Eso crea mayor complicidad con él y mejora su satisfacción".

Muchos clientes se deciden por una u otra clínica en función de las tarifas. "El precio de los servicios en medicina preventiva parece un factor importante, sin embargo, no ocurre lo mismo en la medicina especializada, donde prima la calidad del servicio y los resultados obtenidos. Hay que saber vender nuestro plus de calidad para justificar nuestros precios".

Todo ello teniendo en cuenta los problemas que acucian al sector en España. "El más importante es el pequeño tamaño de las empresas veterinarias. La atomización del sector crea una oferta excesiva que distorsiona la realidad de nuestra labor. Profesionales muy bien formados, centros muy bien equipados, sin nada que envidiar a otras profesiones sanitarias y, sin embargo, sin rendimientos económicos equivalentes a éstas. Por eso creo firmemente en la regulación del sector, y en el futuro de nuestra profesión".