"La mejor manera de actuar como clínicos es la detección precoz, y ello sirve para todas las neoplasias"

La tasa de supervivencia en los tipos de neoplasias es muy variable, en función del tipo de neoplasia, de su naturaleza histológica, maligna o benigna, y del grado de extensión de la enfermedad. Hablamos con la doctora Dolores Pérez sobre la situación actual y los avances en relación a los tumores mamarios y endocrinos. Pérez asegura, también, que es indispensable que el veterinario generalista haga un buen trabajo de detección precoz y refiera al animal a los especialistas oncológicos.

13/02/2018

Licenciada y doctora en veterinaria por la Universidad Complutense de Madrid, Dolores Pérez es, en la actualidad, directora del Hospital Clínico Veterinario Complutense de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y profesora titular de Universidad en la Facultad de Veterinaria de la UCM. Ha completado ...

Licenciada y doctora en veterinaria por la Universidad Complutense de Madrid, Dolores Pérez es, en la actualidad, directora del Hospital Clínico Veterinario Complutense de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y profesora titular de Universidad en la Facultad de Veterinaria de la UCM. Ha completado su  formación en estancias en otras universidades en Utrecht, California- Davis y Florida, y ha centrado su carrera como docente e investigadora en el campo de la medicina interna de pequeños animales, especialmente en las enfermedades endocrinas y de oncología mamaria.

Dolores Pérez señala, sobre la prevalencia que tienen los tumores mamarios y endocrinos en las especies canina y felina, que los mamarios son los más frecuentes en las hembras de la  especie canina, si bien, el 60% son benignos. En la gata, por el contrario, son los terceros en incidencia; si bien, el 70-80% de ellos son malignos. Respecto a los  tumores endocrinos, "las hiperplasias adenomatosas (benignas) de la glándula tiroidea son frecuentes en gatos geriátricos, y provocan hipertiroidismo, de hecho el 10% de los gatos mayores de ocho años presentan hipertiroidismo. En el perro, en general los tumores tiroideos son menos frecuentes, sin embargo, la mayoría de ellos son no funcionales y malignos".

Con respecto a los tumores adrenales, mientras que los tumores/hiperplasias bilaterales de corteza son relativamente frecuentes en el perro; en esta especie provocan hiperadrenocorticismo, (Cushing), una de las enfermedades endocrinas más frecuentes; en el gato también están descritos, pero son menos frecuentes, asegura Pérez. Y, en cuanto a las neoplasias de la médula adrenal, los denominados feocromocitomas, la profesora explica que son menos frecuentes que los de corteza adrenal, "aunque en los últimos años, con el incremento del uso de las técnicas de imagen, se están diagnosticando con mayor frecuencia, especialmente en el perro. Hay otras neoplasias de corteza adrenal como los aldosteronomas, menos frecuentes, pero descritas especialmente en el gato". Otros tumores endocrinos son el de células betas pancreáticas (insulinoma), que provoca una hipoglucemia marcada, que, si bien no es muy frecuente, provoca un cuadro clínico muy característico que no pasa inadvertido y los tumores paratiroideos, que provocan hipercalcemia.

Diagnóstico y prevención de los tumores

La profesional indica que para diagnosticar cualquier neoplasia hay que tener en cuenta una serie de datos: "La reseña, realizar una buena y completa historia clínica, el examen físico, hacer un plan diagnóstico inicial que incluya analítica sanguínea básica (incluyendo electrolitos), urinaria, determinación de presión arterial, radiología torácica y ecografía de abdomen. Tras este plan inicial, se llevarán a cabo las pruebas de función adaptadas a cada caso (función adrenal, tiroidea…)". También tiene lugar la aspiración con aguja fina, en algunos casos y pruebas avanzadas de imagen como resonancia magnética o tomografía axial, para conocer con precisión la extensión tumoral. Hay que tener en cuenta que, en el diagnóstico y tratamiento de los pacientes con tumores endocrinos, debemos atender a dos aspectos: la neoplasia en sí, es decir su naturaleza (benigno/maligno) y extensión (estadio clínico); "Así como la posible hiperfunción o exceso de secreción hormonal, que provoca una enfermedad endocrina: Cushing (exceso de cortisol), hipertiroidismo (exceso de tiroxina), hiperinsulinemia, exceso de catecolaminas, entre otros", señala.

Respecto a la prevención, asegura que, de todas las neoplasias, sólo podemos prevenir las mamarias "porque la castración en edad temprana antes de los dos años de edad reduce drásticamente la aparición estas neoplasias en la edad adulta". Esto es más complicado en el resto de tumores, pues, "no se conoce con seguridad la forma de prevención de las neoplasias endocrinas, ya que la etiología es multifactorial y, en muchos casos estos factores son desconocidos. Únicamente se podía intentar actuar sobre alguno de los factores que inciden en el hipertiroidismo felino, por ejemplo, con una alimentación adecuada", puntualiza Dolores Pérez.

Lo que está claro es que la mejor manera de actuar como clínicos es la detección precoz "y ello sirve para todas las neoplasias porque permite un mejor tratamiento en todos los casos". Actualmente hay una mayor predisposición de los dueños a tratar a sus mascotas cuando descubren que tienen algún tumor, si bien, "depende de donde esté localizado el centro de trabajo. En grandes ciudades, por ejemplo, algunos propietarios demandan terapias incluso difíciles de conseguir en nuestro país, según el área geográfica", explica. Y ratifica que "los veterinarios deben ser conscientes de que como generalistas debemos hacer un trabajo de detección precoz y referir a especialistas oncólogos, que están disponibles en nuestro país, para actuar en casos que son más complicados. Hay que señalar que en la mayoría de los casos con neoplasias endocrinas se requiere de un buen oncólogo, internista, cirujano, anestesista, así como de expertos en cuidados intensivos y de unas instalaciones donde poder atenderles adecuadamente".

Tasa de supervivencia y tratamiento

Según Dolores Pérez, la tasa de supervivencia en los tipos de neoplasias es muy variable, depende del tipo de neoplasia, de su naturaleza histológica, maligna o benigna, y del grado de extensión de la enfermedad. "En general, los carcinomas mamarios de alto grado de malignidad, incluyendo el carcinoma inflamatorio, y otros carcinomas como algunos adrenales y tiroideos, si no son detectados a tiempo para poder ser extirpados, el pronóstico no es bueno. De estas neoplasias, la que peor pronóstico presenta es el carcinoma inflamatorio mamario canino".

A la hora de hablar de tratamientos, el quirúrgico sigue siendo el de elección siempre que el estadio clínico, "es decir, que no exista invasión local amplia ni metástasis a distancia" y la edad y el estado de salud del animal (enfermedades concurrentes) lo permitan. La profesora explica que hay disponibles en España otros tratamientos, que incluyen yodo radiactivo en el caso de neoplasias tiroideas, terapias específicas como mitotano (neoplasias de corteza adrenal), estreptozotocina (neoplasias de células beta), quimioterapia convencional intravenosa o terapia metronómica oral (que puede ser empleada en todas las neoplasias). "Esta última terapia se realiza con medicamentos anticox-2 junto con quimioterápicos a dosis bajas, y se administra por vía oral. En los últimos años, se ha descrito que el uso de medicamentos inhibidores de la tirosin kinasa puede ser eficaz en estas neoplasias, tanto endocrinas como neoplasias mamarias malignas. Otras alternativas son la radioterapia fraccionada, y la ablación por radiofrecuencia, todas ellas disponibles en nuestro país".

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