El proyecto de este joven veterinario se llama VhQ Veterinario Renedo, y, desde que lo pusiera en marcha hace tres años, no ha hecho más que evolucionar. Con una amplia formación en la gerencia de clínicas, el manejo de urgencias, y más recientemente la cirugía traumatológica y la neurocirugía, entre otras, Julio César Quero desarrolla su labor en Renedo de Piélagos (Cantabria), un pequeño municipio a 20 km de Santander. "Es necesario avanzar al mismo ritmo que lo hace tanto el sector como nuestra profesión. Por eso decidí en 2014 abrir mi propia clínica donde atiendo a mis pacientes como lo haría un médico de familia".

Además de los servicios de atención primaria, VhQ Veterinario Renedo también ofrece otros servicios más especializados, como es el caso de los diagnósticos digitales –con radiografía,  ecografía y laboratorio en la propia clínica–. Todo ello marcado por los cambios evolutivos que ha experimentado la actividad veterinaria, y el impacto causado por las tecnologías digitales y la incorporación de nuevos fármacos y terapias. "Es difícil enumerar las novedades más recientes, porque la medicina en general es algo que está en constante transformación. Los veterinarios tenemos ciertas ventajas, ya que contamos con los avances de la medicina humana, que son aplicables prácticamente en su totalidad a la veterinaria".

Consciente de la repercusión de la práctica veterinaria, Julio César destaca la tarea preventiva y de concienciación que realiza en el día a día. "Mi principal reto es lograr concienciar a los propietarios de la necesidad de mejorar las condiciones de tenencia de mascotas, puesto que son un nuevo pilar dentro del bloque familiar". Además, a través de esta toma de conciencia se logra una mayor educación favorable al mantenimiento del bienestar del animal tanto física como mentalmente.

Esta labor colisiona directamente con la falta de consideración de la profesión a nivel social y la escasa unión que existe entre los profesionales. "Los veterinarios necesitamos urgentemente ser un gremio más unido. Debemos dejar de ser tan competitivos en el ámbito económico para poder apoyarnos y llevar la profesión al lugar que se merece", argumenta Julio César, y concluye: "Somos médicos, y necesitamos que se nos trate como tales".

Precisamente, la guerra de precios y la competencia desleal son dos de las mayores preocupaciones del colectivo. "El cliente siempre tiende a ser volátil. Como cliente tiene que sentirse seguro y tiene que confiar en su veterinario, y esto se consigue explicando de forma clara y sencilla cualquier situación que se nos plantee, no bajando los precios".

El futuro de la profesión implica el establecimiento de un marco legislativo acorde a la realidad de los veterinarios y una mayor unión por parte de los profesionales que sirva para visibilizar el valor añadido que aportan a la sociedad. "Debemos ser capaces de transmitir que la veterinaria está relacionada con la salud de nuestra población, no en vano, todos nuestros alimentos han tenido que pasar controles, detrás de los cuales siempre hay un veterinario. También tienen que mejorar las leyes para que los veterinarios podamos actuar con mayor libertad y desarrollar nuestra actividad dentro de la clínica de mascotas de manera digna y profesional".