El Hospital Veterinario Tomás Bustamante abrió sus puertas en 1980 en Torrelavega (Cantabria). "Lleva 38 años y yo me incorporé en 2007, soy segunda generación de veterinarios", dice Tomás Bustamante, especialista además en Endoscopia y Cirugía Mínimamente Invasiva que también preside el Grupo de Endoscopia de la Asociación de Veterinarios Españoles Especialistas en Pequeños Animales (Avepa). "Puse en marcha el servicio de endoscopia y laparoscopia, además del escáner, el TAC", añade, explicando que este hospital veterinario, "pese a estar dentro de una comunidad como Cantabria que tiene 600.000 habitantes y ser Torrelavega una ciudad de 52.000 habitantes", es un pequeño gran centro de especialidades.

Entre otras, además de endoscopia, neurología, cardiología, oncología o animales exóticos. "Tratamos todos los temas. No nos da miedo trabajar además con ambulantes, sobre todo en los casos de traumatología, neurocirugía y oftalmología", indica. El hospital además tiene la certificación oro de clínica amable felina, que concede la Sociedad Internacional de Medicina Felina, cuyas siglas son ISFM (International Society of Feline Medicine).

Invertir en tecnología

Bustamante explica que la filosofía del centro se basa en tres pilares. "Uno es la inversión en tecnología, porque creemos que es importantísimo", asegura, mencionando por ejemplo las inversiones realizadas en el TAC, el aparato de laparoscopia, el equipamiento completo del quirófano o la renovación de los aparatos "para estar siempre a la última". En segundo lugar, en este centro cántabro se otorga una gran importancia también a la formación continuada de todos los veterinarios y auxiliares de veterinaria. "Es importante que todos sepamos hacer de todo, pero también que cada uno, dentro de su especialidad, vaya avanzando y vaya actualizándose", explica el veterinario.

Y, en tercer lugar, Bustamante destaca el servicio al propietario. "Nosotros abrimos de lunes a domingo de 9 de la mañana a 9 de la noche, con tarifas de horario laboral", pone como ejemplo. El paso a las 24 horas del día abierto aún no lo han dado y, pese a que en Cantabria no existe ningún centro que abra la jornada completa, siguen dándole vueltas. "Llevamos un par de años valorándolo y no terminamos de dar el paso, pero quizá en dos o tres meses lo demos definitivamente", dice.

Diagnósticos precisos

Lo que ya les diferencia del resto de centros y clínicas veterinarias de la comunidad es el completo e innovador equipamiento del que disponen: "En este hospital lo más importante sobre todo son los medios. Contamos con medios que en muchas otras clínicas no tienen. La especialidad, la formación y la evolución de los veterinarios pueden ser parecidas en todos, pero al final son los medios los que nos ayudan a diagnosticar. A que los diagnósticos sean mucho más precisos. Además, estamos trabajando con otras clínicas, con perros remitidos, y creo que es bueno para todas las clínicas de Cantabria que se puedan beneficiar sobre todo de los servicios de TAC, endoscopia y laparoscopia".

Hace años, la estadística de pacientes era en un 90% de perros y, el 10% restante, de gatos. "O incluso 9% de gatos y un 1% de exóticos. Ahora son en un 60% perros, en un 35% gatos y en un 5% exóticos. La mascota felina ha aumentado muchísimo y, aunque se nota lógicamente al tener el certificado de clínica amable, creo que el aumento sobre todo es también por el cambio de hábitos de las personas. Es mucho más cómodo tener un gato que un perro", dice.

Sea como fuere, las principales dolencias que presentan los pacientes del hospital tienen que ver con garrapatas, pulgas y lombrices. "En Cantabria existe muchísimo parásito tanto externo como interno y nosotros estamos a la última. También intentamos hacer cada vez más medicina preventiva. Nosotros siempre decimos que es mucho mejor para el animal y mucho más barato para el bolsillo del propietario", asegura, explicando que también son frecuentes los casos complejos.

Casos complicados

"Tenemos una casuística de casos complicados y bastantes clientes que reconocen que acuden a nuestro centro para tratarlos mientras que para las consultas, las vacunas o las revisiones generales siguen yendo a los que tienen cerca de casa", explica Bustamante, que pone como ejemplos de esos casos las torsiones de estómago, cesáreas, uroliciasis o hernias. "Puede tratarse de cualquier cosa. También atendemos casos cardiacos avanzados y lógicamente mucho relacionado con neurología. No todos necesitan TAC, pero sí ha aumentado mucho la casuística de paresias, tetraparesias o meningitis, de las que últimamente estamos viendo demasiadas".

En cuanto a la medicina preventiva, Bustamante es muy tajante al asegurar que "la prevención por antonomasia son las esterilizaciones preventivas tanto de machos como de hembras". En el hospital también hacen hincapié, por ejemplo, en la valoración de la proteinuria en gatos para evitar que deriven en casos de insuficiencias renales.

"En cardiología funcionamos también bastante con las revisiones de ecocardiografía para estar pendientes de los casos congestivos, para que la patología cardiaca no llegue a formar el proceso congestivo", explica Bustamante. Su consejo para los propietarios de mascotas es que los tengan bien controlados y les realicen revisiones periódicas en las enfermedades crónicas como pueden ser las patologías cardíacas, perros con cuadros convulsivos o gatos con insuficiencias renales crónicas.

Razas puras

"En el laboratorio nos dan valores para hacer diagnósticos más precoces como en el caso del SDMA, la proteinuria en la orina y todo tipo de patologías. Dependiendo de la clase de animal, o de las razas, tenemos que irnos hacia determinadas enfermedades", indica, explicando que también están trabajando más con pruebas genéticas, como en el caso de los Border Collie "que ahora se han puesto tan de moda" o los gatos persas, "en los que de vez en cuando hacemos alguna campaña para controlar la enfermedad de los riñones poliquísticos".

En este sentido, explica que en las razas puras o medianamente puras aprecian, "aunque cada vez menos", que los propietarios escogen una u otra sin tener conocimiento sobre las problemáticas que una raza concreta puede llegar a tener "con lo cual no pueden estar pendientes de si algo está yendo mal".

Por ello, recuerda que la sintomatología más clara de que un animal necesita los cuidados de un veterinario es "lógicamente que cambie sus hábitos, que un gato o un perro no coman, o no tengan ganas de moverse y estén postrados. Al final, es el propietario quien más tiempo pasa con el animal y sabrá distinguir comportamientos anómalos, fuera de lo común, que lo que tendrían que hacer pensar es que debes acudir al veterinario".

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