Un enfoque integral mejora el diagnóstico de la cardiomiopatía hipertrófica felina

La cardiomiopatía hipertrófica es la enfermedad cardíaca más frecuente en gatos y uno de los mayores retos diagnósticos en veterinaria; un nuevo estudio publicado en Frontiers in Veterinary Science destaca que solo un enfoque integrado, que combine evaluación clínica, pruebas de laboratorio e imagen avanzada, permite mejorar la precisión diagnóstica y el manejo de esta patología compleja.

Estado: Esperando

18/12/2025

La cardiomiopatía hipertrófica (HCM, por sus siglas en inglés) sigue siendo la enfermedad cardíaca más frecuente en gatos y uno de los grandes retos diagnósticos en la medicina veterinaria. Un nuevo artículo publicado en Frontiers in Veterinary Science subraya la importancia de combinar la evaluación clínica con pruebas de laboratorio ...

La cardiomiopatía hipertrófica (HCM, por sus siglas en inglés) sigue siendo la enfermedad cardíaca más frecuente en gatos y uno de los grandes retos diagnósticos en la medicina veterinaria. Un nuevo artículo publicado en Frontiers in Veterinary Science subraya la importancia de combinar la evaluación clínica con pruebas de laboratorio e imagen para lograr un diagnóstico más preciso y mejorar el manejo de esta patología compleja y heterogénea.

El trabajo, liderado por investigadores de la Universidad Federal de Minas Gerais y otros centros brasileños, revisa de forma exhaustiva cómo la integración de distintos métodos diagnósticos permite caracterizar mejor el fenotipo de la HCM felina, una enfermedad que puede permanecer asintomática durante años o evolucionar hacia insuficiencia cardíaca congestiva y tromboembolismos potencialmente mortales.

La HCM se caracteriza por un engrosamiento concéntrico del ventrículo izquierdo, principalmente de la pared libre y el septo interventricular, sin que exista una causa sistémica que lo justifique. Esta alteración estructural compromete la relajación del corazón durante la diástole y puede provocar dilatación de la aurícula izquierda, aumento de presiones intracardíacas y activación de mecanismos compensatorios que agravan la enfermedad con el tiempo.

Uno de los principales problemas asociados a la HCM felina es su presentación clínica variable. Muchos gatos no muestran síntomas evidentes hasta fases avanzadas, mientras que otros debutan de forma brusca con dificultad respiratoria o tromboembolismo arterial, una complicación grave que suele manifestarse como parálisis y dolor intenso en las extremidades posteriores. Esta variabilidad hace que el diagnóstico precoz sea especialmente complicado.

Según destacan los autores, la evaluación clínica sigue siendo el primer paso esencial. Una anamnesis detallada y una exploración física cuidadosa permiten identificar signos de alerta como taquicardia, soplos, ritmo de galope o alteraciones respiratorias. Sin embargo, estas señales no son específicas y pueden estar ausentes incluso en gatos con enfermedad avanzada.

Las pruebas de laboratorio aportan información complementaria, aunque actualmente no existe un biomarcador específico para la HCM. Péptidos natriuréticos como el NT-proBNP ayudan a diferenciar causas cardíacas y respiratorias de la disnea y pueden aportar valor pronóstico, mientras que la troponina I cardíaca (cTnI) es útil para detectar daño miocárdico. No obstante, los investigadores insisten en que estos marcadores deben interpretarse con cautela y nunca de forma aislada.

La ecocardiografía transtorácica se mantiene como la prueba diagnóstica de referencia. Esta técnica permite confirmar el engrosamiento del miocardio, evaluar la función diastólica, detectar obstrucción del tracto de salida del ventrículo izquierdo y valorar el tamaño y la función de la aurícula izquierda. Además, resulta clave para clasificar la enfermedad, estimar el riesgo de insuficiencia cardíaca o tromboembolismo y guiar las decisiones terapéuticas.

El artículo también recuerda la importancia de descartar causas secundarias de hipertrofia cardíaca, como el hipertiroidismo o la hipertensión sistémica, así como la existencia de un fenómeno conocido como engrosamiento miocárdico transitorio, que puede simular una HCM pero se resuelve con el tiempo.

En conjunto, los autores concluyen que el diagnóstico de la cardiomiopatía hipertrófica felina debe basarse en un enfoque multidimensional. La combinación de evaluación clínica, pruebas de laboratorio y técnicas de imagen no solo mejora la precisión diagnóstica, sino que permite un seguimiento más ajustado de la enfermedad y una planificación terapéutica individualizada.

Este enfoque integrado resulta clave para mejorar el pronóstico y la calidad de vida de los gatos afectados, reforzando el papel central del veterinario en la detección precoz y el manejo de una de las enfermedades cardíacas más relevantes en la clínica felina.