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Diversas organizaciones internacionales han advertido que el bienestar mental y emocional de los veterinarios atraviesa una situación crítica. Aunque se trata de una profesión vocacional, los datos muestran que la presión emocional, los dilemas éticos, la sobrecarga laboral y la precariedad económica están generando altos niveles de agotamiento y malestar ...
Diversas organizaciones internacionales han advertido que el bienestar mental y emocional de los veterinarios atraviesa una situación crítica. Aunque se trata de una profesión vocacional, los datos muestran que la presión emocional, los dilemas éticos, la sobrecarga laboral y la precariedad económica están generando altos niveles de agotamiento y malestar psicológico entre los profesionales del sector.
Bienestar integral en veterinaria
Según las directrices más recientes del Professional Wellness Group (PWG) de la World Small Animal Veterinary Association (WSAVA), el objetivo global debe centrarse en promover un enfoque preventivo y colaborativo que priorice el bienestar integral de los veterinarios. Este concepto no se limita a la salud física o mental, sino que abarca también las dimensiones emocional, social, espiritual, intelectual y vocacional, buscando un equilibrio sostenido entre la vida profesional y personal.
Organizaciones como Vetlife en Reino Unido, AVMA en Estados Unidos y AVA Healthy en Australia han desarrollado programas de apoyo para atender estas necesidades. Según la WSAVA, los recursos son todavía insuficientes en muchas regiones con menos medios. Esto evidencia una desigualdad global en la disponibilidad de herramientas de prevención y cuidado psicológico, a pesar de que la profesión veterinaria enfrenta demandas similares en todo el mundo.
Resiliencia del sector
La WSAVA define el bienestar como un estado de salud física, mental, emocional y social vinculado con la felicidad, la prosperidad y el sentido de propósito en la vida. Sin embargo, enfatiza que el bienestar integral va más allá: implica un proceso activo y consciente de mantener y mejorar la salud en múltiples dimensiones, incluyendo la física, emocional, social, espiritual, intelectual, vocacional, financiera y ambiental.
Según estas directrices, prácticas como la buena alimentación, el descanso adecuado, la actividad física, la meditación y el equilibrio entre vida laboral y personal son esenciales para prevenir el agotamiento.
El modelo PERMA, desarrollado por Martin Seligman, se propone como una guía práctica para fortalecer la resiliencia: emoción positiva, compromiso, relaciones, significado y logro. Integrar estos elementos en la vida profesional ayuda a los veterinarios a afrontar las demandas emocionales y físicas de la profesión.
Incremento del 'burnout'
El estrés, entendido como la respuesta física y psicológica a las demandas del entorno, puede ser positivo (eustrés) o negativo (distrés). No obstante, cuando se mantiene de forma crónica, el estrés negativo puede derivar en ansiedad, depresión, agotamiento y trastornos físicos.
Entre los factores estresantes más comunes en veterinaria, destacan la alta carga laboral, las largas jornadas -con frecuencia superiores a 46 horas semanales-, los conflictos con clientes, los dilemas éticos relacionados con eutanasias y limitaciones financieras, así como la presión económica y el aislamiento profesional.
Por lo tanto, el burnout se ha convertido en un problema serio en clínicas veterinarias. Según estudios en Estados Unidos presentados por la WSAVA, el 86 % de los veterinarios manifiestan niveles moderados o altos de agotamiento, y dos tercios reportan depresión o ansiedad. Las mujeres y profesionales menores de 45 años son los más afectados.
Vocación VS Vulnerabilidad
El Dr. Ricky Walther, en su artículo para The White Coat Investor, describe cómo la pasión por los animales puede transformarse en una fuente de presión emocional y física. Según el especialista, la vocación por cuidar animales genera empatía, pero también vulnerabilidad, especialmente cuando la realidad de la práctica clínica choca con las expectativas idealizadas adquiridas durante la formación profesional. Durante la pandemia, estos desafíos se intensificaron, dificultando la relación con los clientes y aumentando la carga emocional y el riesgo de burnout.
A su vez, el bienestar veterinario está determinado por la interacción de factores genéticos, biológicos, psicológicos y ambientales, según el modelo biopsicosocial de Engel. La predisposición genética a la depresión, la ansiedad o el TDAH, así como enfermedades crónicas o diferencias físicas, pueden aumentar la vulnerabilidad. Rasgos psicológicos como el perfeccionismo o la alta sensibilidad incrementan el riesgo de burnout, mientras que el optimismo y la autoestima funcionan como factores protectores.
Impacto económico y organizacional
El burnout no solo afecta a los profesionales de manera individual, sino que también genera repercusiones económicas y organizacionales. Los estudios más recientes estiman que las pérdidas asociadas a bajas laborales y renuncias representan entre dos tercios y tres cuartas partes del salario anual del profesional afectado.
Asimismo, la rotación constante de personal reduce la experiencia acumulada y debilita el liderazgo dentro de los equipos. Al tener mayor control sobre su tiempo y decisiones, los propietarios de clínicas presentan menor riesgo de agotamiento, aunque deben enfrentar una carga administrativa y financiera considerable.
Por otro lado, las mujeres constituyen hoy la mayoría de la profesión veterinaria, pero enfrentan discriminación salarial, menor acceso a puestos directivos y dificultades para conciliar vida laboral y familiar.
Los expertos recomiendan adaptar los espacios de trabajo a sus necesidades, incluyendo guarderías, salas de lactancia, horarios flexibles y oportunidades de desarrollo profesional. Estas medidas previenen la pérdida de talento y fomentan un entorno de trabajo más equitativo y sostenible.
Estrategias de prevención y apoyo
Diversas iniciativas destacan la importancia de integrar estrategias de bienestar desde la formación profesional hasta la práctica clínica. Escuelas veterinarias como las de las universidades de Murdoch, Florida, James Cook o Washington State incorporan cursos de autoconciencia, comunicación y psicología. A nivel profesional, programas de mentoría, recursos de apoyo psicológico y formación en primeros auxilios emocionales permiten a los veterinarios afrontar la presión laboral y los dilemas éticos de manera más efectiva.
En el ámbito organizacional, la implementación de programas de Healthy Workplaces (Lugares de trabajo saludables) ha mostrado resultados positivos. Estas medidas incluyen evaluación de la carga laboral, horarios razonables, mentorías, desarrollo profesional, sistemas de comunicación abierta, reconocimiento del desempeño y promoción de una cultura inclusiva y segura.
A su vez, se destacan actividades de bienestar dentro de las clínicas, como pausas activas, espacios de relajación, prácticas de meditación, yoga y la posibilidad de tener mascotas en el lugar de trabajo, que contribuyen a disminuir la tensión emocional.
Lejos de buscar un equilibrio perfecto entre trabajo y vida personal, se propone una integración realista, que armonice obligaciones profesionales, hogar, comunidad y cuidado personal. Establecer límites claros, evitar llevar trabajo a casa, delegar responsabilidades y reconocer la necesidad de ayuda profesional son estrategias clave. La terapia, el apoyo comunitario y la mentoría son herramientas fundamentales para la prevención del burnout y la promoción de la salud mental.
Promover el autocuidado
La iniciativa HappyVetProject, creada por la compañía farmacéutica Livisto, es una plataforma especializada de autocuidado dirigida al colectivo veterinario clínico y al personal auxiliar. Su objetivo principal es proporcionar recursos, herramientas y contenido adaptado a la realidad de una profesión sometida a múltiples tensiones: largas jornadas, dilemas éticos, presión económica y emocional, y falta de conciliación, entre otros. El proyecto nació a comienzos de 2022 como respuesta a la necesidad de autogestión proactiva de la salud mental del colectivo clínico veterinario. Aunque la vocación anima a muchos a dedicarse al cuidado de los animales, la realidad diaria de la práctica clínica puede generar un desgaste físico, emocional y psicológico significativo.
HappyVetProject ofrece cursos y e-learning gratuitos, centrados en comunicación, gestión del estrés, inteligencia emocional y otros ámbitos que tradicionalmente no se han incluido en la formación veterinaria. Adicionalmente, contiene secciones complementarias que abordan distintas dimensiones del bienestar profesional.
La sección Mental/Vet Voices es un espacio de entrevistas y testimonios de profesionales veterinarios que comparten sus experiencias sobre el burnout, la fatiga por compasión, la reorientación de sus carreras, la conciliación o el abandono clínico.