
Estado: Esperando
Cada vez más, los animales de compañía son considerados como un miembro más de la familia. De hecho, en la actualidad, la mitad de los hogares europeos conviven con uno o más de los 352 millones de animales de compañía del continente. Una transformación en la percepción que se tiene ...
Cada vez más, los animales de compañía son considerados como un miembro más de la familia. De hecho, en la actualidad, la mitad de los hogares europeos conviven con uno o más de los 352 millones de animales de compañía del continente. Una transformación en la percepción que se tiene de los animales de compañía que ha elevado, significativamente, las expectativas sobre la atención veterinaria y está redefiniendo el mercado de servicios para animales de compañía.
En este sentido, el informe titulado ¿Está el corporativismo transformando la atención veterinaria en Europa? trata de poner el acento en si este crecimiento ha ido acompañado de un fenómeno cada vez más visible: el corporativismo de las clínicas veterinarias, especialmente en áreas urbanas y en determinados países, y la transformación de la profesión veterinaria.
Tradicionalmente, las clínicas veterinarias funcionaban como negocios individuales, en los que un veterinario o pequeños grupos de profesionales gestionaban sus propias consultas y asumían personalmente las deudas y responsabilidades legales asociadas a su actividad. Con el paso del tiempo, este modelo ha ido evolucionando hacia diferentes formas organizativas, que incluyen sociedades de responsabilidad limitada, asociaciones, empresas conjuntas, grupos de compra y propiedad corporativa. En este sentido, las clínicas veterinarias corporativas suelen estar gestionadas por entidades empresariales y no por profesionales individuales o asociaciones de veterinarios. Por lo que uno de los aspectos más significativos de esta evolución es el auge de la denominada "propiedad no veterinaria", es decir, clínicas dirigidas por personas o entidades ajenas a la profesión. El origen de esta transformación se remonta al año 1955, en Estados Unidos, donde se fundó Banfield Pet Hospital, pionero en introducir un modelo de atención veterinaria corporativa. En Europa, la tendencia empezó a consolidarse hace aproximadamente tres décadas, especialmente en el Reino Unido, gracias a cambios legislativos que permitieron la titularidad de clínicas por parte de no veterinarios. El fenómeno cobró mayor impulso a partir de 2012.
¿Clínicas corporativas o independientes?
Para conocer la situación actual, en 2022 la Federación de Veterinarios de Europa (FVE) llevó a cabo una encuesta que envió a las 38 asociaciones veterinarias nacionales que forman parte de la FVE. La encuesta recogió datos sobre demografía, características de las clínicas veterinarias (incluyendo cuestiones de propiedad), demanda de servicios, perspectivas de futuro de la profesión y aspectos relacionados con el bienestar y el estrés de los profesionales, entre otros aspectos, y fue contestada por cerca de 12.400 veterinarios de 37 países europeos, durante 2022 y 2023.
Atendiendo a los datos obtenidos en el VetSurvey, cabe señalar que, aproximadamente el 16 % de los veterinarios encuestados trabajaba en clínicas corporativas en Europa, frente al 51 % que lo hace en clínicas independientes y un 33 % en otras formas de propiedad. Entre los países con mayor proporción de veterinarios trabajando en clínicas corporativas se encuentran Reino Unido (44 %), Suecia (34 %), Noruega (27 %), Lituania (26 %), Portugal (21 %) y Finlandia (20 %). En el año 2015, el 25 % de los veterinarios europeos en ejercicio eran asalariados, una cifra que aumentó al 36 % en 2023. En Croacia, el porcentaje de clínicas veterinarias para animales de compañía gestionadas por corporaciones pasó del 7 % (en 2019) al 15 % (en 2024), mientras que, en el Reino Unido, el crecimiento fue aún más pronunciado: del 10 % en 2013 al 60 % en 2024. En este año, solo unos pocos países miembros de la FVE informaron no tener presencia de corporaciones veterinarias en su territorio, entre ellos, Albania, Bosnia y Herzegovina, Hungría e Islandia. Paralelamente a estos datos, la proporción de veterinarios propietarios de sus clínicas descendió del 35% al 2 7%. Por lo que respecta a las edades, las clínicas corporativas emplean una alta proporción de profesionales jóvenes: de hecho, el 43% de los veterinarios tenía menos de 35 años y el 57 % menos de 40. Destacar, asimismo, que la profesión veterinaria, al igual que otros sectores sanitarios, ha experimentado una transformación significativa debido a la tendencia de integración corporativa. Lo cual ha generado preocupación sobre la independencia profesional, los conflictos de interés y el acceso a los servicios veterinarios.
Importantes transformaciones
Durante los últimos años, la profesión veterinaria ha atravesado transformaciones significativas, una de las cuales ha sido la integración corporativa de la que estamos hablando, con sus respectivas oportunidades y desafíos. Porque el creciente número de animales de compañía y las mayores expectativas sobre la calidad de los cuidados que reciben han despertado un gran interés por parte de las grandes empresas en este mercado. Aunque el corporativismo del sector veterinario lleva varias décadas en crecimiento sostenido en los países anglosajones, su expansión en Europa se ha acelerado de forma exponencial durante la última década. En este sentido, cabe señalar que las entidades corporativas del ámbito veterinario varían de negocios familiares o empresas cotizadas en bolsa, a grandes grupos internacionales de inversión, muchos de ellos financiados a través de capital privado. Eso sí, el objetivo a largo plazo de estas 31 compañías, sobre todo las controladas por inversores privados, incluyen la reinversión enfocada al crecimiento, la generación de ingresos, la diversificación de carteras, la consolidación del mercado y, en última instancia, la salida mediante fusiones, adquisiciones u ofertas públicas de acciones. Asimismo, muchas de estas corporaciones no solo operan en el ámbito de los servicios médicos veterinarios.
Entre los años 2018 y 2023, el porcentaje de veterinarios dedicados a los animales de compañía aumentó del 67 % al 71% , mientras que los que se dedicaban al ganado disminuyeron: bovino (del 26 % al 23 %), pequeños rumiantes (del 21 % al 18 %) y porcino (del 14 % al 13 %). Por su parte, la Asociación Americana de Medicina Veterinaria (AVMA) destacó que, en 2021, solo el 1 % de los veterinarios trabajaba, exclusivamente, con animales destinados a la producción de alimentos, frente al 72 % que se dedicaba únicamente a los animales de compañía.
Numerosas alianzas entre clínicas y grupos veterinarios han llevado a los expertos a analizar temas relacionados con la competencia y los riesgos de monopolio. En este sentido, un análisis empírico realizado en Estados Unidos mostró que las clínicas veterinarias independientes tenían un 1,9 % más de probabilidades de cerrar tras la entrada de empresas corporativas en el mercado. Lo cual puede significar que la presencia de competidores corporativos lleve a aumentar la presión competitiva sobre las clínicas independientes, e incluso provocar un mayor riesgo de cierre.
Oportunidades y desafíos
Una evolución en la forma de proceder y actuar de las clínicas veterinarias que también está repercutiendo en los profesionales que trabajan en ellas. De hecho, el relevo generacional está impulsando el crecimiento de las clínicas veterinarias corporativas. Las generaciones anteriores de veterinarios solían ser los dueños de sus propias clínicas, ya que trabajar en grandes corporaciones no era una opción real, pero ahora, a medida que estos profesionales se acercan a la jubilación, vender su clínica se ha vuelto un paso crucial. A ello se la suma la disminución del número de veterinarios jóvenes interesados en ser propietarios, lo que refuerza la integración empresarial como una vía de salida para quienes se jubilan. Los millennials, cada vez más presentes en el mercado laboral, valoran el equilibrio entre vida personal y vida laboral, así como la posibilidad de una mayor especialización profesional, por lo que suelen ver con mejores ojos el modelo corporativo frente al modelo tradicional de propiedad independiente. Un cambio generacional que, además, se ve acentuado por el aumento de las exigencias legales y administrativas a las que se enfrentan las clínicas independientes, algo que puede resultar abrumador para quienes se incorporan por primera vez al mundo laboral.
El aumento de la propiedad corporativa ha traído consigo tanto oportunidades como desafíos. Por un lado, ha permitido la aparición de clínicas más grandes y especializadas, principalmente en zonas urbanas, y a opciones diagnósticas y terapéuticas más avanzadas. Sin embargo, este fenómeno ha generado un intenso debate dentro y fuera del ámbito veterinario europeo, poniendo el foco en los beneficios y las preocupaciones que se atribuyen a los grandes grupos corporativos. Los resultados del este informe de VetSurvey muestran que los principales retos a los que se enfrentan los veterinarios europeos varían según el tipo de práctica: en las clínicas corporativas, los tres desafíos más señalados fueron la escasez de personal (69 %), la sobrecarga de trabajo (47 %) y la dificultad de los clientes para pagar los servicios (27 %). En cambio, en las clínicas independientes, los principales problemas fueron la sobrecarga de trabajo (65 %), la escasez de personal (46 %) y el aumento del coste de productos y medicamentos (27 %). Asimismo, se ha puesto el foco en la preocupación por el hecho de que las empresas corporativas se centren, únicamente, en las clínicas más rentables, seleccionando estratégicamente el mercado, basándose únicamente en criterios económicos, (el fenómeno conocido como cherry-picking), lo cual deja a un lado las clínicas pequeñas, las ubicadas en zonas rurales o remotas, las que cuentan con baja densidad de población o aquellas otras que atienden a especies menos rentables, como el ganado. Por todo ello, se aboga por garantizar una red veterinaria sólida y bien distribuida en toda Europa, lo cual supondrá la estrecha colaboración entre las autoridades competentes, la profesión veterinaria y otros profesionales del sector.