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Los bulldogs franceses podrían estar viviendo con un problema crónico de la superficie ocular aunque, a simple vista, parezcan tener los ojos sanos. Así lo sugiere un estudio publicado el 10 de diciembre de 2025 en la revista Frontiers in Veterinary Science, que compara de forma sistemática la película lagrimal ...
Los bulldogs franceses podrían estar viviendo con un problema crónico de la superficie ocular aunque, a simple vista, parezcan tener los ojos sanos. Así lo sugiere un estudio publicado el 10 de diciembre de 2025 en la revista Frontiers in Veterinary Science, que compara de forma sistemática la película lagrimal de esta raza con la de perros mesocéfalos y dolicocéfalos.
El trabajo, firmado por Joschka Spornberger y colaboradores, de la Animal Eye Practice de Berlín y la LMU de Múnich, analiza en detalle diversos parámetros de la lágrima y concluye que los bulldogs franceses presentan un patrón compatible con enfermedad de ojo seco evaporativo (EDED), pese a no mostrar signos clínicos evidentes.
Los autores recuerdan que los perros braquicéfalos están sobrerrepresentados en oftalmología veterinaria y que el llamado síndrome ocular braquicéfalo se asocia a úlceras corneales, queratitis y queratoconjuntivitis seca. Dentro de este grupo, el bulldog francés se ha convertido en una de las razas más populares en Europa y Estados Unidos y es un paciente habitual en las clínicas de especialidad.
Estudios previos ya indicaban que hasta un 45 % de los bulldogs franceses puede presentar trastornos de la película lagrimal y más del 70 % algún tipo de queratitis a lo largo de su vida. Sin embargo, hasta ahora no se había realizado un análisis específico y detallado de la película lagrimal en animales considerados clínicamente normales de esta raza.
El estudio es prospectivo e incluye 50 bulldogs franceses (90 ojos) y 30 perros no braquicéfalos (58 ojos) de diferentes razas. Todos los animales pasaron por una exploración oftalmológica completa y solo se incluyeron en el análisis los ojos sin alteraciones clínicas ni tratamientos tópicos recientes.
Los investigadores emplearon el sistema I.C.P. OSA-Vet® para analizar la película lagrimal (interferometría, tiempo de ruptura no invasivo, altura del menisco lagrimal y meibografía), además de pruebas clásicas como el test de Schirmer, tinciones corneales y medición de osmolaridad con el sistema ScoutPro®.
Los resultados dibujan un perfil muy claro:
Los bulldogs franceses tienen valores de Schirmer I más altos que el grupo control (19,05 ± 4,00 frente a 16,88 ± 3,54 mm/min), lo que indica más producción lagrimal global.
Presentan una altura del menisco lagrimal (TMH) significativamente mayor (0,64 ± 0,20 mm frente a 0,31 ± 0,22 mm), es decir, más volumen de lágrima acumulada en el borde palpebral.
Sin embargo, el tiempo de ruptura no invasivo (NIBUT) es claramente más corto (7,39 ± 3,32 s frente a 14,74 ± 5,92 s), lo que refleja una película lagrimal inestable.
La interferometría muestra un grado de lipid layer más bajo, y la meibografía evidencia una pérdida superior de glándulas de Meibomio en los bulldogs franceses.
En cambio, no se observan diferencias significativas en la osmolaridad lagrimal entre ambos grupos, ni en las tinciones con fluoresceína o verde de lisamina, lo que indica que, pese a la mala calidad de la película lagrimal, estos perros aún no muestran daño evidente en la superficie ocular en el momento de la exploración.
En conjunto, esta combinación de mayor volumen de lágrima, menor estabilidad y capa lipídica empobrecida encaja con un cuadro de ojo seco evaporativo más que con un déficit cuantitativo (ADDE).
Para los autores, el hallazgo clave es que todos los bulldogs franceses clínicamente normales del estudio comparten marcadores de enfermedad evaporativa de la película lagrimal. No se trataría, por tanto, de casos aislados, sino de una condición ampliamente extendida en la raza, probablemente ligada a su conformación braquicéfala y a alteraciones de las glándulas de Meibomio.
El trabajo también pone de relieve la importancia de establecer valores de referencia específicos por raza para las pruebas de lágrima, ya que los rangos considerados "normales" en perros no braquicéfalos pueden enmascarar problemas cualitativos en razas como el bulldog francés.