Del cariño al olvido: el abandono animal sigue creciendo en España

Un estudio de la Fundación Affinity alerta sobre el estancamiento, e incluso retroceso, en el avance contra el abandono de animales de compañía en España. Las camadas no deseadas, la falta de identificación y los problemas de comportamiento siguen siendo las principales causas.

Estado: Esperando

09/12/2025

Cada año, miles de animales de compañía son abandonados en Epaña. Y detrás de cada cifra hay una historia de ruptura, de desarraigo, de una promesa no cumplida, por lo que el abandono sigue siendo el principal problema de bienestar animal en España. Durante 2024, se recogieron en refugios y ...

Cada año, miles de animales de compañía son abandonados en Epaña. Y detrás de cada cifra hay una historia de ruptura, de desarraigo, de una promesa no cumplida, por lo que el abandono sigue siendo el principal problema de bienestar animal en España. Durante 2024, se recogieron en refugios y protectoras de toda España un total de 292.018 animales de compañía, de los cuales 173.867 eran perros y 118.151 gatos, según el informe anual Él nunca lo haría, elaborado por la Fundación Affinity. En este sentido, el estudio, que se ha convertido en la referencia para entender el fenómeno del abandono, la pérdida y la adopción de perros y gatos, confirma una preocupante tendencia al alza tras los descensos observados durante la pandemia. Unas cifras que suponen un ligero aumento respecto al año 2023 y consolidan una tendencia estable pero alarmante: cada hora se abandonan 33 animales, lo que equivale a 785 al día y más de 23.000 al mes. Y contrariamente a lo que se piensa, el abandono no se dispara en verano, sino que se trata de un fenómeno que ocurre de forma regular durante todo el año. Por lo que esta estacionalidad plana sugiere que el abandono responde más a factores estructurales que a circunstancias puntuales.

A su vez, en marzo de 2025, el Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030 presentó el primer estudio oficial sobre la gestión de la protección animal en España. Un informe con título Estudio sobre la gestión de la protección animal en España, elaborado por la Dirección General de Derechos de los Animales, que ofrecía, por primera vez, una visión integral, cuantitativa y cualitativa de cómo se organiza, financia y ejecuta la protección de animales en todo el territorio nacional. Y que nació con una doble finalidad: diagnosticar el estado actual de la protección animal en España, y servir de base para el futuro Plan Estatal contra el Abandono Animal, que el Ministerio prevé lanzar en los próximos años. Porque las cifras son alarmantes. A lo largo del año 2024, se calcula que fueron recogidos más de 290.000 animales. Esto supone una tasa de abandono o pérdida de 3,6 perros y 2,4 gatos por cada 1.000 habitantes. En términos relativos, el 2,7 % de los 6,5 millones de perros y el 2,4 % de los cinco millones de gatos que viven en hogares españoles fueron recogidos por entidades de protección animal.

Una evolución que nos abre los ojos ante la realidad: tras una caída significativa en 2020, debido a los confinamientos por la pandemia, las cifras han vuelto a crecer. En el caso de los perros, el número de ingresos en centros de acogida aumentó un 2,2 % respecto a 2023, acumulando un incremento del 7,3 % desde 2020. En gatos también se observó un repunte, aunque sin una tendencia clara a medio plazo. Además, el 75 % de los animales recogidos no tenían microchip, lo que sugiere un incumplimiento de las obligaciones legales y éticas de tenencia responsable. Y si bien el 89 % de los perros y el 51 % de los gatos que viven en hogares están identificados, esta proporción no se refleja en los animales que llegan a los refugios. Una carencia, la del microchip, que dificulta la recuperación de animales perdidos y agrava el problema del abandono. Solo el 27,7 % de los perros y el 4,3 % de los gatos recogidos estaban identificados. Por el contrario, el 63 % de los animales con microchip pudieron ser devueltos a sus familias, frente a apenas un 13,5 % del total general. Esto significa que un animal identificado tiene entre cuatro y cinco veces más probabilidades de volver a casa, lo que evidencia la necesidad de mejorar los sistemas de identificación y registro.

De raza y adultos

El perfil del animal abandonado ha evolucionado y no discrimina. El 26,7 % de los perros recogidos eran de raza (especialmente aquellos adquiridos por impulso o moda), frente al 5 % de los gatos, si bien los mestizos siguen siendo mayoría. En cuanto al tamaño, la proporción de perros de tamaño medio y grande que llegan a un refugio es superior a su presencia en la población general canina, pues predominan los perros medianos (53,1 %) y grandes (26,5 %), lo que podría indicar una mayor vulnerabilidad al abandono en estos grupos, ya que solo un 17,8 % de los que llegan son pequeños. Asimismo, la mayoría de los perros llegan a los refugios en edad adulta (59,8 %), aunque también son recogidos cachorros (23,5 %) y animales de edad avanzada (o sénior) (16,3 %), si bien en 2024, se observó un significativo aumento en el número de animales adultos recogidos, lo que planteó nuevos retos para su adopción.

Mientras que en gatos casi la mitad (49,2 %) eran cachorros, lo que confirma que las camadas no deseadas siguen siendo una fuente importante de abandono, seguidos por animales adulto (42,5 %) y finalmente por los animales de edad avanzada (8,3 %).

La llegada de perros a los refugios se mantiene estable durante todo el año, mientras que en gatos se observa una clara estacionalidad, con picos en primavera y verano, coincidiendo con la temporada reproductiva. Según el estudio de la Fundación Affinity, las camadas no deseadas siguen siendo una de las principales causas de abandono, especialmente en el caso de los gatos. De hecho, el abandono de gatos ha crecido casi un 2 % respecto al año anterior, lo que se atribuye a la falta de esterilización y control de colonias felinas.

Por su parte, el informe también identifica como principales causas del abandono, sobre todo en los perros, los problemas de comportamiento del animal, muchas veces derivados de una falta de educación o socialización; la pérdida de interés o falta de tiempo por parte de los tutores; factores económicos, como el coste de la alimentación, los cuidados veterinarios y otros gastos asociados; cambios en la situación familiar, como mudanzas, separaciones o fallecimientos; o el fin de la temporada de caza, especialmente en el caso de perros utilizados para esta actividad. También suelen darse casos de pérdida accidental, especialmente en animales sin microchip. Toda una serie de motivos que revelan una falta de planificación y compromiso en la tenencia de animales, porque tanto la adopción como la compra impulsiva, sin considerar las responsabilidades que conlleva, sigue siendo una práctica común. El estudio también señala que el 12 % de los abandonos se producen en el primer año de vida del animal, lo que coincide con el periodo de mayor demanda de atención y educación.

En cuanto al estado de salud, hay una mejora general puesto que un mayor número de animales llegan en condiciones físicas aceptables, aunque muchos requieren atención veterinaria inmediata. Otro dato relevante es que el 14 % de los animales recogidos fueron trasladados a otras entidades, lo que refleja la colaboración entre asociaciones, pero también la sobrecarga del sistema. De hecho, las protectoras, muchas de ellas gestionadas por voluntarios, enfrentan una presión constante para atender a los animales sin hogar.

En este sentido, el estudio del Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030 destaca la enorme disparidad territorial en cuanto a infraestructura y recursos destinados a la protección animal. Solo el 21 % de los ayuntamientos cuenta con centros de acogida propios para animales abandonados o maltratados; el 25 % de los municipios no dispone de ningún recurso público ni concertado para atender casos de abandono y el 54 % de los centros de acogida están gestionados por entidades privadas o asociaciones sin ánimo de lucro, muchas veces con financiación limitada y dependientes del voluntariado. Tanto es así que las entidades de protección animal encuestadas tienen de media nueve casas de acogida y más de 22 voluntarios. Asimismo, se indica que estas entidades de protección animal tienen mayor capacidad para perros (de media 80) que para gatos (61) y para otros animales de compañía.

Esta fragmentación genera desigualdad en la atención que reciben los animales según el lugar donde se encuentren. Sobre todo, porque mientras algunas CC. AA. han desarrollado redes sólidas de protección, otras delegan casi por completo en el tercer sector, sin dotarlo de los medios necesarios. Más de cuatro de cada 10 ayuntamientos han señalado tener contratado un servicio externo para realizar la recogida de animales y un 2 5% indica que no tienen medios. Por otra parte, un 16 % afirma realizar esta labor con ayuda de otra entidad local supramunicipal y un 9 % mancomunado con otros municipios.

Identificación y responsabilidad

Si ahondamos en los motivos más comunes de la llegada de perros y gatos a centros de acogida de animales de compañía, según el informe de la Fundación Affinity, el 48,4 % de los animales fueron encontrados en la vía pública. Un 15,3 % fue trasladado al refugio por la policía, tras haberlo encontrado en la vía pública; un 2,7 % fue llevado por la policía en intervenciones por casos de maltrato animal o de síndrome de acumulación disfuncional de animales (también conocido como Síndrome de Noé). A su vez, el 2,3 % de los animales acogidos llegó como consecuencia de un desahucio o por intervención de los servicios sociales de la zona, mientras que el 20,5% de los animales fue llevado a los centros por particulares que los había encontrado. Sólo el 10,7 % de los animales fue llevado al refugio por la familia con quien convivía el animal hasta ese momento. Desde el Estudio sobre la gestión de la protección animal en España se calcula que solo 13 millones de los 25 millones de animales de compañía en España están identificados oficialmente, lo que dificulta la recuperación en caso de pérdida y agrava el abandono.

Este estudio institucional también analiza el funcionamiento interno de las administraciones responsables de la protección animal y los problemas a los que se enfrentan. Así, cabe destacar la falta de coordinación entre administraciones locales, autonómicas y estatales, lo que genera duplicidades, vacíos legales y dificultades en la gestión de casos complejos. La ausencia de protocolos unificados para la recogida, atención y adopción de animales; la escasa formación del personal municipal, especialmente en ayuntamientos pequeños, donde la protección animal suele recaer en servicios no especializados. De hecho, solo el 18 % de los municipios encuestados cuenta con personal específicamente formado en bienestar animal y, en la mayoría de los casos, las competencias recaen en la policía local, servicios de limpieza o personal administrativo sin formación específica.

Problema estructural

Frente a todo este contexto, la Fundación Affinity insiste en que el abandono de animales de compañía es un problema estructural en España y concluye que no se trata de casos aislados, sino de una realidad que afecta a miles de seres vivos cada año. Además, las protectoras están saturadas, con recursos limitados y personal voluntario que no siempre puede atender la demanda creciente. Aquí es donde las entidades de protección animal desempeñan un papel crucial en la atención directa a los animales, aunque se encuentran en su labor con muchas trabas. Según el Estudio sobre la gestión de la protección animal en España, el 68 % de estas entidades no recibe financiación pública estable; el 82% depende del voluntariado para cubrir sus necesidades operativas y el 47 % no cuenta con personal veterinario propio, lo que limita su capacidad de atención sanitaria. A pesar de estas limitaciones, el tercer sector es responsable de más del 60 % de las adopciones que se producen en España. Pero muchas de estas entidades denuncian falta de colaboración por parte de las administraciones, así como trabas burocráticas para acceder a subvenciones o firmar convenios de colaboración.

El 60 % de los animales recogidos permanecen más de tres meses en los centros de acogida, lo que genera un impacto emocional y físico en ellos, sobre todo, porque la falta de adopciones rápidas y la escasa rotación en los refugios agravan el problema. En este sentido, cobra especial relevancia la necesidad de tener a los animales de compañía totalmente identificados. Además, la ausencia de una legislación homogénea y de campañas institucionales sostenidas dificulta la prevención, mientras que la persistencia de camadas no deseadas y los problemas de comportamiento no abordados siguen siendo los principales desafíos para luchar contra esta lacra.

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