Los conejos de orejas caídas presentan el mayor riesgo de enfermedad auditiva oculta, según un nuevo estudio del RVC

Un nuevo estudio dirigido por el Royal Veterinary College (RVC) ha confirmado que los conejos de orejas caídas tienen una mayor predisposición a sufrir enfermedades del oído ocultas y potencialmente dolorosas. Los resultados ayudan a cerrar las lagunas existentes en investigaciones previas y subrayan la importancia de realizar exploraciones otoscópicas veterinarias de rutina para proteger la salud y el bienestar de los conejos domésticos.

Estado: Esperando

05/12/2025

Las enfermedades de oído son bien conocidas en esta especie, pero muchos problemas pasan desapercibidos porque los conejos rara vez muestran signos evidentes de malestar. En particular, situaciones como el exceso de cerumen, el estrechamiento del canal auditivo o las fases iniciales de una infección pueden permanecer completamente ocultas si ...

Las enfermedades de oído son bien conocidas en esta especie, pero muchos problemas pasan desapercibidos porque los conejos rara vez muestran signos evidentes de malestar. En particular, situaciones como el exceso de cerumen, el estrechamiento del canal auditivo o las fases iniciales de una infección pueden permanecer completamente ocultas si no se examina el canal del oído con equipo veterinario.

Aunque investigaciones anteriores habían sugerido que los conejos de orejas caídas podían ser más susceptibles, esos estudios se basaban en muestras pequeñas, historiales clínicos retrospectivos o informes de cuidadores. Este nuevo trabajo, que evalúa de forma amplia y sistemática cómo la forma de las orejas y de la cabeza se relaciona con las anomalías auditivas, ofrece a veterinarios y propietarios una comprensión más sólida y precisa del problema.

Para llevar a cabo el estudio, las asistentes de investigación del área de bienestar del conejo del RVC, Maria Jackson y Michaela Betts, examinaron 435 conejos de raza pura cedidos por criadores del British Rabbit Council (BRC). Entre octubre de 2023 y febrero de 2024, el equipo viajó a exposiciones y criaderos del BRC para registrar el tipo de orejas, morfología de la cabeza, peso corporal estimado en la edad adulta, edad y otras características de cada animal antes de realizar una exploración otoscópica estructurada. Esta evaluación incluyó la oreja externa, una pequeña cavidad interna llamada divertículo, y todo el canal auditivo externo en busca de signos de inflamación, estrechamiento, secreciones o costras. Al combinar estas observaciones detalladas con análisis estadísticos multivariables, el equipo pudo comparar la salud auditiva en 49 razas e identificar qué conformaciones estaban más asociadas a anomalías específicas.

Los resultados muestran que la forma de las orejas desempeña un papel central en la predisposición a la enfermedad auditiva oculta. Los conejos de orejas caídas tuvieron más probabilidades de presentar 9 de las 11 anomalías evaluadas, entre ellas estrechamiento del canal auditivo, coloración anormal, secreción escamosa o húmeda, reactividad comportamental durante la exploración, cambios dermatológicos en el pabellón auricular y costras en el divertículo. Estas alteraciones pueden indicar inflamación dolorosa o infección en el canal auditivo externo, lo que afecta gravemente al bienestar del animal.

La morfología de la cabeza también se relacionó con ciertos tipos de problemas auditivos, aunque no de forma uniforme. Los conejos braquicéfalos, con cráneos cortos y planos, presentaron canales auditivos más estrechos, mientras que los dolicocéfalos, con cráneos más largos, mostraron mayor predisposición a desarrollar costras en el divertículo. El tamaño corporal también influyó: los ejemplares más pesados tuvieron más probabilidades de desarrollar enrojecimiento, estrechamiento, secreciones escamosas y traumatismos en el pabellón auricular, además de mostrar reacciones conductuales más intensas durante la exploración. Otros factores físicos ofrecieron resultados mixtos, lo que demuestra la complejidad de la salud auditiva entre razas.

De forma crucial, el estudio ofrece evidencia sólida de que ciertas conformaciones suponen riesgos ocultos significativos para el bienestar y proporciona una base más firme para la toma de decisiones tanto en la cría como en la práctica clínica. Para los criadores, los hallazgos subrayan la necesidad de evitar reproducir animales con signos de enrojecimiento del canal auditivo, costras, sangrado o estrechamiento temprano, o cuyos progenitores presentaran estas alteraciones. Para veterinarios y propietarios, el estudio refuerza la importancia de realizar exámenes otoscópicos de rutina, ya que la detección precoz puede prevenir inflamaciones crónicas, malestar y autolesiones.

Maria Jackson, enfermera veterinaria titulada, asistente de investigación en bienestar del conejo del RVC y autora principal del estudio, afirmó:

"Una vez más, nuestros hallazgos muestran que los conejos con orejas caídas tienen más probabilidades de desarrollar problemas auditivos -específicamente signos de otitis externa- que los conejos con orejas erguidas. Los propietarios deberían llevar a su conejo a exámenes veterinarios regulares, donde se revisarán las orejas con un otoscopio para detectar signos ocultos de enfermedad. Quienes tengan un conejo de orejas caídas deben estar especialmente atentos a señales sutiles de dolor, como rascarse las orejas, sacudir la cabeza más de lo normal o mostrar apatía o retraimiento."

La Dra. Charlotte Burn, profesora asociada en bienestar animal y ciencia del comportamiento en el RVC y autora sénior del artículo, añadió:

"Este es el primer estudio que examina directamente y de forma sistemática las orejas de conejos fuera de un contexto clínico, y confirma que la forma aparentemente encantadora de las orejas caídas realmente aumenta el riesgo de trastornos auditivos profundos. Además de los cambios físicos observados, registramos comportamientos como evitación, sacudidas de cabeza y rascado de orejas, y encontramos que los conejos de orejas caídas reaccionaban significativamente más al examen que los de orejas erguidas. Para mí, esto indica que sus orejas no solo estaban físicamente afectadas, sino que también les dolían más, lo que subraya la carga de bienestar asociada a este problema oculto."

Julian Kupfer, presidente de la junta de fideicomisarios de la Animal Welfare Foundation de la British Veterinary Association, señaló:

"Este es otro excelente estudio de estas autoras que vuelve a ampliar nuestro conocimiento clínico sobre los conejos y demuestra el valor incalculable de la investigación rigurosa. En consecuencia, los resultados son especialmente relevantes para la profesión veterinaria y para los propietarios en lo que respecta a la salud y el bienestar de los conejos."

Por su parte, Nadja Hale, responsable de recaudación de fondos del Animal Care Trust del RVC, destacó:

"Respaldar investigaciones como esta es fundamental para el trabajo del Animal Care Trust del RVC. Estos hallazgos no solo profundizan en el conocimiento científico de la salud del conejo, sino que también proporcionan a la comunidad veterinaria y a los propietarios información práctica que puede mejorar de manera significativa el bienestar a escala nacional."

Este estudio fue financiado por la Animal Welfare Foundation de la British Veterinary Association y por el Animal Care Trust del Royal Veterinary College.