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Un amplio estudio retrospectivo publicado en Frontiers in Veterinary Science ha identificado importantes riesgos anatómicos asociados a la realización de bloqueos nerviosos en la cavidad oral de perros y gatos, especialmente en animales pequeños y ciertas razas. Según la investigación, el riesgo de causar traumatismos oculares accidentales durante procedimientos dentales ...
Un amplio estudio retrospectivo publicado en Frontiers in Veterinary Science ha identificado importantes riesgos anatómicos asociados a la realización de bloqueos nerviosos en la cavidad oral de perros y gatos, especialmente en animales pequeños y ciertas razas. Según la investigación, el riesgo de causar traumatismos oculares accidentales durante procedimientos dentales es significativamente mayor en gatos y en perros mesocéfalos y dolicocéfalos de menos de 10 kilos.
El trabajo, realizado mediante el análisis de tomografías computarizadas (CT) de 193 perros y 41 gatos, describe con precisión las distancias mínimas entre los ojos y estructuras clave del maxilar y la mandíbula. Estas referencias son fundamentales para la administración segura de anestesia local -como los bloqueos infraorbitarios y maxilares- y para procedimientos quirúrgicos como la extracción de piezas dentales posteriores, mandibulectomías o maxilectomías.
Los resultados revelan cifras preocupantes:
En el 100% de los gatos y los perros dolicocéfalos de menos de 10 kg, es anatómicamente posible perforar el globo ocular durante un bloqueo infraorbitario si la aguja se dirige con una angulación incorrecta.
Entre los perros mesocéfalos de menos de 10 kg, esta posibilidad se mantiene elevada, entre el 81% y el 95%, dependiendo del peso.
En perros braquicéfalos grandes (más de 11 kg), considerados tradicionalmente de alto riesgo, el porcentaje real de posibilidad anatómica cae al 16%, lo que contradice la percepción clínica habitual.
La cercanía extrema entre las raíces dentales y el ojo es uno de los factores determinantes. En algunos gatos, las raíces del cuarto premolar maxilar estaban a apenas 1,6 mm del globo ocular. En perros pequeños, las raíces del primer molar podían situarse a tan solo 2,1 mm.
El estudio concluye que:
No debe usarse el bloqueo maxilar profundo en gatos ni en perros pequeños, debido al riesgo elevado de penetración ocular.
Los bloqueos infraorbitarios deben realizarse con longitudes de inserción extremadamente conservadoras, especialmente en animales de ≤5 kg.
En gatos, la inserción de agujas o catéteres en el canal infraorbitario no debería exceder 1 mm.
En perros braquicéfalos grandes, a pesar del corto tamaño del canal infraorbitario, la posición más rostral del ojo reduce notablemente el riesgo real.
Los autores, Erinn Schellenberg y Candace Lowe, también han elaborado una tabla de longitudes seguras de inserción por tipo de cráneo y peso, con el objetivo de facilitar la práctica clínica y evitar iatrogenias.
Más allá de la anestesia local, los datos aportan referencias anatómicas útiles para:
Planificar caudales mandibulectomías y maxilectomías cuando no se dispone de CT.
Anticipar complicaciones durante extracciones complicadas de molares y premolares.
Reducir hemorragias mediante localización precisa de los forámenes maxilar y mandibular.
Los investigadores advierten de que ciertas raíces dentales -como la del segundo molar en perros- aparecen fusionadas en un elevado porcentaje de casos, lo que puede dificultar la extracción y aumentar el riesgo de desplazamientos bruscos de instrumentos hacia el ojo.
El estudio refuerza la importancia de la técnica: insertar la aguja siempre paralela al paladar y evitar cualquier angulación hacia el globo ocular.
"En animales pequeños, una diferencia de apenas milímetros puede significar una lesión irreversible", señalan las autoras, recordando que la mayoría de las perforaciones oculares acaban en enucleación.
Los autores sugieren validar estas medidas mediante estudios en cadáveres y analizar cómo pequeños cambios en la posición del paciente pueden alterar las mediciones en CT, ya que podrían influir en la práctica clínica real.