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Con la llegada del otoño, también se dispara la incidencia de problemas dermatológicos en perros y gatos. Esta es una de las estaciones más críticas para la salud de la piel de las mascotas, y las consultas en veterinaria así lo demuestran. Prurito persistente, dermatitis atópica y pérdida excesiva de ...
Con la llegada del otoño, también se dispara la incidencia de problemas dermatológicos en perros y gatos. Esta es una de las estaciones más críticas para la salud de la piel de las mascotas, y las consultas en veterinaria así lo demuestran. Prurito persistente, dermatitis atópica y pérdida excesiva de pelo encabezan la lista de motivos que llevan a los tutores a pedir cita con un especialista.
Así lo confirma César Yotti Álvarez, referente en dermatología veterinaria y Director Veterinario en Medivet Skinpet, centro de referencia en esta especialidad en la Comunidad de Madrid, que advierte: "Los tutores se preocupan principalmente por el bienestar de su animal, la duración del tratamiento y el pronóstico. En enfermedades crónicas como la dermatitis atópica, que requieren manejo a largo plazo, la incertidumbre y la frustración son frecuentes, sobre todo cuando aparecen recaídas o los tratamientos previos no han dado resultado".
Por qué el otoño dispara los problemas dermatológicos
La llegada del otoño trae consigo humedad, temperaturas suaves y mayor presencia de alérgenos ambientales. Todo ello favorece la reactivación de patologías como la dermatitis atópica, las dermatitis por Malassezia (un hongo habitual en la piel de los animales) y los cuadros de prurito asociados a pulgas.
"En perros, la dermatitis atópica se manifiesta con picor en orejas, axilas, ingles y patas, mientras que en gatos los signos son más variables: desde lamido excesivo hasta alopecias simétricas o lesiones nodulares", explica Yotti.
Los tutores pueden reducir la incidencia de estas patologías con medidas preventivas sencillas:
Señales de alarma: cuándo acudir a consulta
Los motivos más frecuentes que llevan a un tutor a acudir a un dermatólogo veterinario son claros: rascado persistente, lamido o mordisqueo, caída de pelo, mal olor corporal y aparición de lesiones en la piel (costras, eritemas, pústulas). Pero hay señales más sutiles que no deben pasarse por alto.
"Un tutor debe consultar si observa cambios en el comportamiento relacionados con la piel, como sacudidas de cabeza, lamido de patas o la aparición de manchas rojizas. Actuar a tiempo evita que un problema leve termine evolucionando hacia una infección secundaria más grave", señala el director veterinario de Medivet Skinpet.
Avances recientes en dermatología veterinaria
El abordaje de las enfermedades dermatológicas ha evolucionado de forma significativa en los últimos años. El manejo actual es más individualizado y multimodal, combinando fármacos, dietas, tratamientos tópicos y terapias biológicas.
Los avances incluyen:
"Estamos avanzando hacia una dermatología de precisión: diagnósticos más rápidos y terapias dirigidas que actúan únicamente sobre las vías inflamatorias alteradas, lo que mejora la calidad de vida de los animales y facilita el día a día de los tutores", resume Yotti.
El consejo del especialista: prevenir, observar y actuar
De cara al otoño, César Yotti Álvarez insiste en la importancia de la observación: "Ante el primer signo de picor o irritación, hay que consultar con un especialista. No debemos subestimar síntomas leves, porque un diagnóstico precoz puede marcar la diferencia entre un cuadro fácilmente controlable y una enfermedad crónica complicada".
Mantener al día los antiparasitarios, utilizar champús dermatológicos cuando sea necesario y no retrasar la visita al veterinario son, según el director veterinario de Medivet, las tres pautas básicas para mantener la piel y el pelaje de las mascotas en buen estado durante la temporada otoñal.
Comunicación y confianza: claves para el éxito del tratamiento
Uno de los grandes retos en dermatología veterinaria no es únicamente el diagnóstico o la terapia, sino la gestión emocional de los tutores. "La clave está en la comunicación empática y estructurada", explica Yotti. "Cuando el tutor comprende qué le ocurre a su mascota, cuáles son las opciones de tratamiento y qué tiempos de respuesta puede esperar, la confianza aumenta y la adherencia al tratamiento mejora notablemente".
El experto recalca que muchas veces los abandonos o fallos terapéuticos no se deben a la ineficacia del plan, sino a instrucciones mal entendidas. Por ello, recomienda acompañar la consulta de informes escritos, material gráfico o incluso fotografías de seguimiento, para que el tutor se sienta parte activa del proceso.
Además, los planes terapéuticos se diseñan de forma individualizada, valorando la edad, estado general, enfermedades previas y estilo de vida de cada paciente. "Elegimos siempre la opción que combine eficacia y seguridad, y en muchos casos se aplican terapias combinadas que permiten reducir dosis y minimizar efectos secundarios", añade Yotti.