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Un equipo de la Universidad de Lieja (Bélgica) ha publicado en Frontiers in Veterinary Science una propuesta de protocolos de tratamiento estandarizados para perros con bronquitis crónica que presentan cambios irreversibles en la vía aérea, como bronquiectasia (BE) y broncomalacia (BM), dos alteraciones que complican notablemente el manejo clínico y ...
Un equipo de la Universidad de Lieja (Bélgica) ha publicado en Frontiers in Veterinary Science una propuesta de protocolos de tratamiento estandarizados para perros con bronquitis crónica que presentan cambios irreversibles en la vía aérea, como bronquiectasia (BE) y broncomalacia (BM), dos alteraciones que complican notablemente el manejo clínico y empeoran la calidad de vida de los animales.
La bronquitis crónica canina se caracteriza por inflamación persistente de los bronquios y exceso de moco, y puede evolucionar hacia BE y/o BM. Pese a su frecuencia, hasta ahora no existían guías claras para tratar a los perros que presentan esta combinación de lesiones, ni en medicina veterinaria ni en humana. En la práctica, se recurre a antibióticos, antiinflamatorios, broncodilatadores o antitusígenos, a menudo sin una base sólida de evidencia.
Ante este escenario, Aurélie Lyssens y colaboradores proponen dos algoritmos terapéuticos diferenciados, basados en la presencia o ausencia de infección bacteriana en el lavado broncoalveolar (BALF) o en cepillados bronquiales:
Cuando hay infección demostrada (bacterias intracelulares en citología), recomiendan iniciar de forma empírica doxiciclina oral mientras se esperan los resultados de cultivo y qPCR, ajustando después el tratamiento según el patógeno identificado (por ejemplo, gentamicina inhalada en Bordetella bronchiseptica o Pseudomonas aeruginosa).
Cuando no hay evidencia citológica de infección, aconsejan evitar el uso rutinario de antibióticos y centrarse en el control de la inflamación mediante glucocorticoides inhalados (como fluticasona con cámara espaciadora), ajustando la dosis según la respuesta clínica.
Los autores insisten en la importancia de no confundir colonización con infección, y recuerdan que un cultivo positivo sin signos citológicos de infección no basta para justificar antibióticos. Su propuesta se alinea con los principios de uso racional de antimicrobianos y enfoque One Health, reduciendo terapias innecesarias y el riesgo de resistencias.
Aunque se trata de una propuesta de expertos y no de una guía oficial, y su aplicación depende de disponer de pruebas avanzadas (TC, broncoscopia, BALF con cultivo cuantitativo y qPCR), estos algoritmos ofrecen una hoja de ruta clara para ordenar la toma de decisiones en un cuadro respiratorio complejo y frecuente en la clínica de pequeños animales.
Los autores concluyen que el siguiente paso será validar estos protocolos en estudios prospectivos, evaluando no solo la respuesta clínica, sino también la calidad de vida de los perros afectados.