La masticación: más que un pasatiempo, un pilar biológico del bienestar canino

Lejos de ser un simple acto mecánico, la masticación define parte del telos del perro: su naturaleza, su equilibrio y su salud integral. Este comportamiento esencial impacta la higiene oral, la digestión, la función cognitiva y la gestión del estrés. Comprenderlo desde la veterinaria clínica es clave para ofrecer a cada perro lo que realmente necesita para vivir, y no solo para sobrevivir.

Estado: Esperando

10/11/2025

La masticación en perros (Canis familiaris) es un comportamiento ubicuo que abarca la adquisición de alimentos, la ingestión, el autocuidado y las interacciones sociales. A pesar de su importancia biológica fundamental, la relevancia total de la masticación para la comodidad, la salud y el telos canino (el conjunto de comportamientos ...

La masticación en perros (Canis familiaris) es un comportamiento ubicuo que abarca la adquisición de alimentos, la ingestión, el autocuidado y las interacciones sociales. A pesar de su importancia biológica fundamental, la relevancia total de la masticación para la comodidad, la salud y el telos canino (el conjunto de comportamientos que definen el bienestar y propósito de ser perro) a menudo no está clara. Para los profesionales veterinarios, comprender el papel multifuncional de la masticación -desde su impacto en la higiene oral hasta la modulación del estrés- es crucial para ofrecer recomendaciones que equilibren los beneficios significativos con los riesgos potenciales de lesiones dentales o gastrointestinales (GIT).

Fundamentos de la masticación

El análisis de la masticación a través del marco etológico de las Cuatro Preguntas de Tinbergen revela por qué este comportamiento es tan profundamente motivado y esencial para la aptitud biológica.

Los perros han evolucionado como omnívoros oportunistas que subsisten en un nicho ambiental antropogénico. Aunque los cánidos han desarrollado la capacidad de metabolizar carbohidratos complejos, su aparato masticatorio está diseñado para la deconstrucción de presas. Poseen caninos y dientes carnassiales fuertes optimizados para morder y desgarrar.

La función primaria de la masticación es el preprocesamiento de alimentos antes de la deglución, permitiendo el acceso a nutrientes complejos como el tuétano de los huesos o las fibras duras.

Los cánidos salvajes y en libertad pasan considerablemente más tiempo alimentándose que sus contrapartes de compañía. Por ejemplo, mientras que los dingos australianos pasan entre 52 y 80 minutos por sesión alimentándose de carcasas de canguro, los perros cautivos alimentados con trozos de carne solo pasan 3,2 minutos. Este marcado contraste sugiere que las dietas comerciales modernas, a menudo homogeneizadas y extruidas, no satisfacen completamente la motivación innata del perro para masticar, una parte integral de su telos.

La oportunidad de interactuar con el entorno a través de la masticación a demanda (ad libitum) proporciona diversidad dietética y enriquecimiento sensorial (impulsado por el olor, el sabor y la sensación en la boca o mouthfeel). El hecho de que un chew sea defendido activamente por el perro (protección de recursos) subraya el extraordinario valor que el perro le otorga a esta actividad, incluso por encima de su vínculo social con congéneres o humanos.

Implicaciones para la seguridad

La masticación implica movimientos mandibulares rítmicos controlados por el tronco encefálico. El movimiento es predominantemente vertical y de tipo tijera (secodonte). La fuerza de mordida es generada por los músculos aductores (masetero, temporal) y varía según la morfología craneal.
• Perros braquicéfalos: tienden a generar la mayor fuerza de mordida relativa a su masa.
• Perros dolicocéfalos: generan la menor fuerza de mordida debido a una palanca mandibular más larga.

Sin embargo, las razas braquicéfalas y las razas pequeñas (particularmente las que pesan menos de 8 kg) presentan un riesgo dental elevado. Esto se debe a una proporción grande entre diente y hueso mandibular, apiñamiento dental, rotaciones dentales y maloclusiones. En estas razas, la biomecánica comprometida aumenta el riesgo de fracturas mandibulares o dentales, incluso con fuerzas menores.

En perros jóvenes, la masticación mejora la fuerza muscular, la resistencia y la destreza del aparato masticatorio. La privación de la masticación en cachorros puede impedir el desarrollo de patrones y la fuerza de la mandíbula. Además, en perros mayores, la función masticatoria adecuada proporciona cierta protección contra el deterioro cognitivo; la pérdida de la capacidad de masticar (debido al dolor o enfermedad periodontal) puede estar asociada con el declive cognitivo.

La literatura subraya que la oportunidad de masticar, o su ausencia, impacta la salud del perro en múltiples sistemas corporales, reflejándose directamente en su estado mental (el Quinto Dominio del Bienestar Animal).

Beneficios físicos: salud dental y digestión

Higiene oral y microbioma

La enfermedad periodontal, que afecta hasta al 89-95 % de los perros de compañía, se ve mitigada por las fuerzas de cizallamiento de la mastica- ción, que eliminan la placa y el cálculo en áreas que son inaccesibles para la lengua, como el PM4 maxilar.

La forma de la dieta es crucial; las dietas blandas (incluso si son nutricionalmente balanceadas) se asocian con una mayor acumulación de placa en caninos. Se ha demostrado que masticar huesos -particularmente el hueso epifisario o esponjoso (SB)- reduce el cálculo dental en casi un 90 % en 13 días, más eficazmente que el hueso cortical (CB). De manera notable, la masticación de hueso esponjoso durante solo 13 días normalizó el microbioma oral de los perros, aumentando las bacterias comensales y reduciendo las patógenas en la saliva y el surco gingival.

Salud digestiva y el eje intestino-cerebro

La masticación es un paso clave en la digestión: aumenta el área de superficie del alimento y facilita la exposición a enzimas digestivas y saliva. La saliva canina posee un pH alto (promedio de 7.7) y contiene iones de bicarbonato y mucinas que amortiguan el ácido gástrico y protegen la mucosa GIT.

La masticación lenta activa el sistema nervioso parasimpático (SNP) peri- y postalimentación, un estimulador esencial de la digestión. Además, los alimentos fibrosos y enteros que requieren masticación promueven un microbioma colónico saludable y optimizan la producción de ácidos grasos de cadena corta (AGCC), los cuales son vitales para la motilidad intestinal y están implicados en la regulación de procesos cognitivos y emocionales a través del eje bidireccional intestino-cerebro.

Beneficios psicológicos: modulación del estrés

La masticación funciona como una estrategia de afrontamiento y enriquecimiento que reduce la estimulación del eje hipotalámico-pituitario-adrenal (HPA) y el Sistema Nervioso Simpático (SNS).
• Afrontamiento y calma. La masticación puede mitigar los estados afectivos negativos, como la frustración, el aburrimiento y la ansiedad por separación. La capacidad de un perro para realizar una tarea cognitiva (memoria espacial) mejoró inmediatamente después de masticar un artículo no comestible, especialmente en perros categorizados como temerosos, sugiriendo que la masticación puede mitigar la temerosidad que de otro modo obstaculizaría la memoria.
• Osteopenia. Incluso en modelos animales, la masticación ha demostrado reducir las concentraciones de cortisol durante el estrés crónico, previniendo condiciones deletéreas como la osteopenia.

La negación de oportunidades adecuadas para masticar puede dejar insatisfecha la motivación apetitiva, lo que puede resultar en frustración, un mayor riesgo de comportamientos destructivos dirigidos a artículos inapropiados (muebles, ropa de cama) y, potencialmente, en estereotipias orales. El comportamiento destructivo es una queja conductual frecuente, siendo más prevalente en perros menores de un año.

Aunque los beneficios de la masticación superan con creces las consecuencias negativas, el riesgo de lesiones no debe ignorarse. Los huesos cocidos y los sustratos duros, lisos o poco disolubles representan un riesgo de obstrucción esofágica o intestinal, especialmente en razas pequeñas (