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En el universo de los pet shops, hay un segmento que, aunque a veces se mantiene en segundo plano frente al protagonismo de la alimentación, sostiene gran parte de la estructura económica del negocio: los accesorios y los productos de higiene. Este conjunto de artículos no solo complementa la oferta, ...
En el universo de los pet shops, hay un segmento que, aunque a veces se mantiene en segundo plano frente al protagonismo de la alimentación, sostiene gran parte de la estructura económica del negocio: los accesorios y los productos de higiene. Este conjunto de artículos no solo complementa la oferta, sino que impulsa el margen de beneficio, fideliza al cliente y mantiene una facturación constante incluso en épocas de inestabilidad.
Hablamos de un mercado que abarca todos los productos no alimentarios esenciales para el bienestar animal: desde juguetes y collares hasta champús y cepillos. Son artículos que no solo aportan confort, sino que también se han convertido en un reflejo del vínculo emocional entre las personas y sus mascotas. Y ahí está la clave de su fortaleza: este segmento se alimenta del cariño, de la rutina y de la búsqueda constante de mejorar la vida del animal de compañía.
El corazón del bienestar animal... y del negocio
Para un pet shop, identificar correctamente qué productos forman parte de este mercado es crucial. Dentro de él encontramos, en primer lugar, los juguetes para mascotas, una categoría que se ha diversificado enormemente en los últimos años y que hoy incluye desde pelotas de caucho clásico hasta complejos sistemas interactivos de enriquecimiento ambiental.
A su lado, los accesorios cotidianos (collares, correas, arneses, camas, comederos) conforman la columna vertebral del surtido. Son productos que combinan funcionalidad y diseño, y que el cliente compra de forma recurrente o incluso por impulso. Finalmente, los productos de higiene y aseo completan el cuadro: champús, sprays, toallitas, cepillos, cortaúñas o arenas sanitarias. Todos ellos, juntos, forman una categoría imprescindible para la rentabilidad del punto de venta.
Además, este mercado se dirige a un abanico amplio de especies: perros y gatos, por supuesto, pero también aves, roedores, reptiles y peces. Para el pet shop moderno, esto representa una oportunidad de diversificación que puede traducirse en un flujo de ingresos más equilibrado y estable a lo largo del año.
Un mercado resiliente incluso en tiempos inciertos
Los datos lo confirman: el mercado español de accesorios y productos de higiene para mascotas ha demostrado una notable capacidad de resistencia frente a las turbulencias económicas. En 2018, los ingresos alcanzaron los 519,10 millones de euros. Un año después, el crecimiento fue sólido, del 7,8%, confirmando el interés sostenido de los consumidores por invertir en el bienestar de sus animales.
En 2020, cuando la economía global se ralentizó, el segmento apenas se resintió: el crecimiento se redujo al 1,2%, pero los ingresos siguieron en ascenso hasta los 566,1 millones de euros. Este comportamiento no es casual. En momentos de incertidumbre, las familias tienden a mantener o incluso aumentar el gasto en sus mascotas, que funcionan como un elemento de estabilidad emocional.
La recuperación no tardó en llegar. En 2021 el crecimiento repuntó al 4,4%, y en 2022 el mercado vivió su mejor año reciente, con un impresionante aumento del 10,9% que elevó los ingresos a 655,86 millones de euros. La explicación es clara: la pandemia cambió hábitos, y muchas personas empezaron a cuidar más que nunca a sus mascotas, invirtiendo en confort, limpieza y entretenimiento.
El año 2023 trajo una leve corrección, con una caída del -1,6% que situó la facturación en 645,34 millones de euros. Pero lejos de ser un signo de debilidad, este descenso refleja un reajuste natural tras un boom excepcional. El mercado español no se contrajo, simplemente se estabilizó.

La madurez de un mercado que sigue creciendo
Lo que se observa ahora es un proceso de maduración. Tras el impulso extraordinario de 2022, el mercado tiende a un crecimiento más estable, sostenido y predecible. Para 2024 se espera una recuperación del 3,9%, con ingresos que alcanzarán los 670,56 millones de euros. En 2025, la proyección es de 682,45 millones, con una tasa del 1,8%.
A partir de ahí, se anticipa una senda de crecimiento suave pero constante, con incrementos que oscilarán entre el 1,3% y el 1,9% anual hasta 2030. Si las previsiones se cumplen, los ingresos totales del segmento ascenderán a 740,54 millones de euros al final de la década.
Para los pet shops, esto significa una cosa: estabilidad. No se trata de un mercado de grandes explosiones, sino de una fuente sólida de ingresos recurrentes. Un espacio donde las ventas no dependen de modas pasajeras, sino de hábitos de consumo arraigados y de una relación emocional que el cliente mantiene con su mascota.
El consumidor gasta más, y lo hace mejor
Si hay un dato que debería hacer reflexionar a cualquier propietario de un pet shop, es el incremento constante del gasto per cápita. En 2018, el gasto medio por persona era de 11,09 euros. En 2022, había subido a 13,79 euros, y aunque en 2023 hubo una ligera caída a 13,58 euros, la tendencia a medio y largo plazo sigue al alza.
Para 2024 se espera que alcance los 14,13 euros y, según las proyecciones, en 2030 llegará a 15,73 euros por individuo. Puede parecer un incremento moderado, pero en un mercado de alta rotación y fidelidad, supone un aumento importante del valor total generado por cada cliente.
Este dato encierra un mensaje estratégico claro: los consumidores no solo compran más, sino que están dispuestos a pagar más por productos de mejor calidad. Ya no buscan únicamente lo básico, sino lo que les aporte valor añadido: un champú con ingredientes naturales, una correa ergonómica, un juguete resistente o un comedero con diseño funcional.
El consumidor español se ha sofisticado. Y en la medida en que los pet shops sean capaces de ofrecerle una experiencia de compra cuidada, asesoramiento especializado y una gama de productos que combinen utilidad y bienestar, podrán capitalizar esa disposición al gasto.
Competencia global, oportunidades locales
España no juega sola en este tablero. A nivel mundial, el mercado de accesorios y productos de higiene está dominado por potencias económicas mucho mayores. Estados Unidos encabeza la lista con unos ingresos proyectados de 18.236 millones de euros en 2024, seguido en Europa por el Reino Unido (1.602 millones), Francia (1.398 millones), Alemania (1.092 millones) e Italia (770 millones).
España, con 671 millones de euros previstos para ese mismo año, se sitúa en un segundo grupo, pero con una posición más que sólida dentro del sur de Europa. Muy por delante de Portugal (187 millones) o Polonia (375 millones), el mercado español destaca por su tamaño, su estabilidad y su potencial de crecimiento sostenido.
Esto coloca a los pet shops españoles en una situación estratégica interesante. En un entorno donde los consumidores valoran cada vez más el bienestar animal, la sostenibilidad y la diferenciación, la capacidad de ofrecer una gama de accesorios y productos de higiene innovadores y de alta calidad puede marcar la diferencia entre un negocio que simplemente sobrevive y uno que crece.
Más allá del lineal: omnicanalidad y experiencia
El mercado actual no entiende de fronteras entre el mundo físico y el digital. Los ingresos del segmento proceden tanto de las tiendas físicas como del canal online, lo que obliga a los pet shops a adoptar una estrategia verdaderamente omnicanal.
Ya no basta con tener un catálogo bien surtido: hay que estar presente donde el cliente busca, compara y decide. El consumidor puede informarse en redes sociales, comprar desde su móvil y recoger en tienda, o bien acudir al establecimiento para dejarse asesorar y probar productos. Integrar estas experiencias es clave para capturar el gasto completo del consumidor moderno.
La tienda física, lejos de perder relevancia, se convierte en el centro de la experiencia emocional. Es el lugar donde el cliente ve, toca y siente los productos, donde percibe la calidad y donde se construye la relación de confianza. Pero el canal online amplía el alcance, facilita la recompra y permite ofrecer promociones personalizadas. La combinación de ambos mundos es, hoy, la fórmula del éxito.
Un mercado que evoluciona con la tendencia del cuidado
Más allá de las cifras, el mercado de accesorios y productos de higiene refleja una transformación cultural profunda: las mascotas se han integrado plenamente en la vida familiar, y su cuidado se asocia con el bienestar general del hogar.
Las tendencias actuales apuntan hacia productos que promuevan la salud y la sostenibilidad. Los consumidores buscan materiales más duraderos, ingredientes naturales, soluciones ecológicas para la limpieza o accesorios fabricados con tejidos reciclados. Los juguetes inteligentes, los dispensadores automáticos o los artículos de diseño personalizado también ganan espacio, especialmente entre los dueños más jóvenes.
Para los pet shops, este contexto abre un abanico de oportunidades: renovar la oferta, diferenciarse por calidad y apostar por marcas que comuniquen valores alineados con el consumidor actual. En este segmento, la innovación no siempre requiere grandes inversiones tecnológicas; a veces, basta con seleccionar bien, presentar mejor y asesorar con conocimiento.
Mirando al futuro: estabilidad, valor y cercanía
El panorama que se dibuja para los próximos años es alentador. El mercado crecerá de forma sostenida hasta alcanzar los 740,5 millones de euros en 2030, impulsado por un gasto individual que seguirá aumentando. No habrá saltos espectaculares, pero sí una tendencia sólida que asegura un flujo constante de ingresos.
En este contexto, los pet shops que sepan adaptarse y fortalecer su propuesta de valor podrán mantener su competitividad sin depender de la volatilidad de otros segmentos. La clave estará en cuidar tres pilares: surtido, omnicanalidad y experiencia.
Un surtido profundo y equilibrado, centrado en los productos esenciales (juguetes, collares, correas, comederos y champús), garantizará la respuesta a las necesidades básicas de todo tipo de clientes. La omnicanalidad permitirá estar donde el cliente compra, y la experiencia en tienda será el factor que convierta una transacción en una relación duradera.
En definitiva, el mercado de accesorios y productos de higiene no es solo una categoría más dentro del catálogo del pet shop. Es su motor silencioso, su fuente de estabilidad y su puerta a la fidelización. En un sector que se mueve al ritmo del afecto y del cuidado, invertir en este segmento es invertir en el corazón del negocio.