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La Asociación de Veterinarios Especialistas Diplomados de España (AVEDE) organizó este miércoles, en el Colegio de Veterinarios de Madrid (COLVEMA), una jornada bajo el título Una ventana al mundo de los diplomados: historias reales, oportunidades compartidas, lo que podemos ofrecerte y lo que esperas de nosotros". El objetivo del encuentro, que ...
La Asociación de Veterinarios Especialistas Diplomados de España (AVEDE) organizó este miércoles, en el Colegio de Veterinarios de Madrid (COLVEMA), una jornada bajo el título Una ventana al mundo de los diplomados: historias reales, oportunidades compartidas, lo que podemos ofrecerte y lo que esperas de nosotros".
El objetivo del encuentro, que contó con el patrocinio de MSD Animal Health, fue dar a conocer qué significa ser diplomado veterinario y cómo el conocimiento de esta figura puede ayudar a la profesión veterinaria en su conjunto a comprender la importancia de colaborar entre los distintos ámbitos y perfiles profesionales. La excelencia en el ejercicio veterinario depende del trabajo conjunto, el respeto mutuo y el intercambio de conocimiento entre todos los que formamos parte de esta profesión diversa y comprometida.
Ana Pérez Fuentes, vicepresidenta del COLVEMA, dio la bienvenida y abrió la ventana al mundo de los diplomados, para los veterinarios recién diplomados. "Es una visión completa, porque no todo el mundo se dedica a la misma especialidad", afirmó. Deseó que se cumplieran las expectativas y subrayó que esta jornada era "una oportunidad de progreso".
La introducción sobre qué es ser diplomado, las claves del sistema de especialización veterinaria en Europa y su encaje en la profesión la dio la Dra. Carmen Lorente Méndez, Dipl. ECVD (Dermatología, presidenta de AVEDE). Aseguró que "la especialización en veterinaria no es una idea utópica, sino una realidad europea y a nivel internacional". Se remontó a Estados Unidos, a los años 50, a los orígenes de la especialización veterinaria. En 1959, se creó un comité asesor creado por la AVMA. Pero, no fue hasta 1965 cuando surgió el modelo moderno de cirugía veterinaria con examen oficial. En 1989, hubo un debate el marco europeo de especialización y en los inicios de los 90 se generó un comité de enlace. En 1992 se fundó el primer colegio europeo en cirugía. Actualmente, hay 27 colegios reconocidos por el European Board of Veterinary Specialisation (EBVS) que alberga 38 especialidades. Hay 5.000 diplomados en Europa, y 17.000 en Estados Unidos. Hay 329 españoles diplomados por EBVS, que se convierte en 400, si se suma los diplomados en Estados Unidos, pero solo la mitad ejerce en nuestro país.
Contó que "empezar este camino es una decisión de vida". La residencia es un programa de tres a cuatro años, con formación práctica, investigación y evaluación internacional. De esta manera, según expuso la Dra, Lorente Méndez, las residencias veterinarias representan el máximo nivel de especialización en el ámbito clínico y científico de la profesión. El acceso a estos programas requiere experiencia clínica previa, ya sea a través de un año de internship rotatorio o de dos o más años de práctica clínica supervisada. Además, los especialistas deben someterse a una reacreditación cada cinco años, lo que garantiza la actualización constante de sus competencias. La supervisión es continua, porque hay un mentor que acompaña al residente mano a mano.
Durante la residencia, los veterinarios adquieren una formación práctica rigurosa, orientada a la resolución de casos clínicos complejos, e integran la investigación científica como parte esencial de su aprendizaje. Todo el proceso está supervisado de forma continua y sometido a auditorías periódicas para asegurar la calidad educativa y clínica. Al finalizar, los residentes deben superar un examen internacional que certifica oficialmente su competencia especializada.
Estos programas están diseñados para formar especialistas con una visión clínica, científica y estratégica, capaces de liderar proyectos de asistencia, asesoramiento e innovación. En definitiva, se trata de una formación orientada a desarrollar profesionales altamente cualificados, preparados para afrontar los retos del manejo avanzado de los pacientes, la investigación y la docencia.
El proceso de especialización veterinaria se puede llevar a cabo a través de distintos tipos de residencia, adaptados a los diferentes perfiles y trayectorias profesionales. La residencia estándar o formal constituye la ruta más habitual. Es un programa completo y estructurado de tres a cuatro años, aprobado por el College correspondiente y el EBVS, que se realiza a tiempo completo en centros acreditados y bajo la supervisión directa de diplomados. Incluye práctica clínica, docencia, publicaciones y un examen final. Está especialmente dirigida a jóvenes clínicos o recién graduados tras un internship rotatorio.
La residencia alternativa está diseñada para veterinarios con amplia experiencia clínica, de al menos cinco a diez años en el área, que no pueden seguir una residencia formal. Estos profesionales deben documentar casos clínicos, formación continua y publicaciones científicas, trabajando bajo una supervisión parcial.
Finalmente, la residencia flexible o modular, introducida por el EBVS para hacer la especialización más accesible sin reducir los estándares de calidad, permite combinar periodos de práctica, docencia o investigación con un margen temporal mayor (hasta ocho años). Está dirigida a veterinarios con empleo estable o responsabilidades personales o familiares que buscan una acreditación formal en su campo de práctica. Este modelo ha sido adoptado por varios Colleges desde 2023.
El título de European Specialist in Veterinary, otorgado por el EBVS, goza de reconocimiento a nivel internacional, aunque con diferentes grados de validez según el país europeo. En naciones como Suecia, Dinamarca, Finlandia, Irlanda, Alemania, Austria, Bélgica, Italia, Portugal, República Checa, Reino Unido, Suiza, Polonia, Eslovenia y Rumanía, el reconocimiento es legal y con registro oficial, lo que otorga plena validez administrativa al título. En España, el título de especialista europeo cuenta con un registro oficial otorgado por la Organización Colegial Veterinaria (OCV), pero no dispone de reconocimiento legal estatal, por lo que no tiene efectos administrativos plenos.
El año 2024 marcó un hito en el reconocimiento oficial de la especialización veterinaria en España. La OCV dio un paso clave al reconocer oficialmente el nivel de Diplomado OCV, considerado el máximo nivel formativo en veterinaria dentro del país. Este avance supone un respaldo institucional a la figura del especialista veterinario, legitimando su papel y reforzando su valor profesional en el conjunto del sector. Acerca a España al modelo europeo de especialización.
Sin embargo, todavía no existe un reconocimiento legal estatal del título como "especialista" a efectos administrativos, y el título EBVS no figura en los baremos universitarios para la carrera docente o los procesos de acreditación. La Dra. Lorente Méndez insistió en que más de la mitad de los diplomados españoles ejercen fuera del país, una situación que pone de manifiesto "la fuga de talento y la necesidad de consolidar un marco legal que reconozca plenamente esta formación avanzada".
El reconocimiento del diplomado OCV representa, así, un paso esencial hacia la legitimación de la especialización veterinaria en España y un impulso necesario para avanzar hacia su aceptación estatal y homologación internacional.
Apuntó que "uno de los grandes desafíos que afronta la profesión veterinaria en España es la falta de regulación clara del término 'especialista', una situación que genera confusión tanto entre los propios profesionales como entre los propietarios de animales". Actualmente, el uso indiscriminado de la denominación "especialista" sin respaldo oficial dificulta distinguir entre los diplomados acreditados por el EBVS y los veterinarios con formación específica no reglada, lo que repercute en la percepción de la competencia profesional.
Alegó que los expertos coinciden en que el término "especialista" debería ser un concepto protegido y bien definido, en beneficio de toda la profesión y para reforzar la confianza de la sociedad en el colectivo veterinario. Desde distintas instituciones se aboga por reconocer los distintos niveles formativos y funciones complementarias dentro de la profesión, garantizando una coexistencia coherente entre los modelos avanzados de especialización y la práctica clínica generalista. Concluyó que la excelencia está en el trabajo con rigor, se sea veterinario generalista, avanzado o especialista.

Después, varios diplomados proporcionaron su experiencia. El Javier López San Román, Dipl ECVS y ECVSMR (residencia alternativa con familia), señaló que él tenía el "run run" de la diplomatura. Debido a su situación personal, no podía irse a una residencia por no dejar su trabajo (llevaba 15 años trabajando) y mover a su familia, por lo que optó a una residencia alternativa. Eligió un método alternativo. Fue tres años al examen, Primero al case-based, luego al practical exam y por último al multiple choice. Ahora está supervisando a un residente. Es especialista en cirugía de grandes animales. También es diplomado de facto en medicina deportiva y rehabilitación.
La Dra. Marina Domínguez Ruiz, Dipl. ECVIM-CA (Medicina interna), que es secretaria de AVEDE, se licenció en la Universidad de Córdoba. Luego, se marchó a París para continuar su formación. Allí decidió que quería hacer la diplomatura. "La competencia era muy alta", dijo. Hizo varios internados en diferentes ciudades. Admitió que no le gustaría la cirugía, pero estuvo dos meses de generalistas. Finalmente hizo la residencia en el hospital CHV Frégis. Le costó diez años conseguir la diplomatura, más los cinco anteriores de la licenciatura. Incidió en que, al hacer la diplomatura, es un período supervisado. Aseveró que la diplomatura representa "el máximo nivel formativo" y responde a la necesidad de "dotar de coherencia y estructura al desarrollo profesional veterinario", reforzando el valor de la especialización y su reconocimiento tanto dentro del sector como ante la sociedad. Sus mensajes para llevar a casa fueron: "La diplomatura es el máximo nivel de especialización, reconocido por la OCV. Es un camino largo y duro, pero permite enriquecerse como profesional y persona. Y los diplomados estamos para transmitir nuestros conocimientos y experiencia clínica y ayudar a otros profesionales con casos complejos". Animó asociarse a AVEDE.
El Dr. Edgar Guillermo Valdivia Lara, Dipl. ECVP (Anatomía patológica), relató brevemente cuál es el camino para ser diplomado. Solo la Universidad Complutense de Madrid y la Universidad Autónoma de Barcelona tiene una plaza pagada. Normalmente, en otras universidades se entra en el programa de Doctorando para ingresar en la diplomatura. El candidato dispone de cuatro intentos para aprobar. Su camino fue que es licenciado en México, por lo que realizó allí una Maestría en Ciencias, con enfoque en investigación. Trabajó en un laboratorio veterinario seis años. Como quería tener la formación especializada, le llevó a mudarse en 2018 a España. Una vez dentro del Doctorado, optó al programa de residencia. Él tenía rotaciones semanales.
La historia del Dr. Felipe de Vicente, Dipl. ECVS (Cirugía de pequeños animales), es parecida a la del resto de sus compañeros. Cuando él estaba en Quinto de carrera hizo estancias en Estados Unidos y vio por primera vez lo que era una diplomatura. "En Europa, hace 20 años, no se hablaba de esto. Cuando estaba harto de la vida en España, de trabajar durante siete años, empecé a echar CV y de repente vi lo de la residencia y que era lo que yo quería. Lo dejé todo. Hice las maletas. Al final, estuve 13 años en Inglaterra", sostuvo. En su caso, su primer paso fue irse a Escocia. Hizo internado generalista rotatorio durante un año. "A medida que el tiempo ha ido avanzando y los curricula son cada vez más exigentes, a día de hoy se exige que se haga también un internado específico en cirugía", contó. Él aplicó en muchas entrevistas y comenzó una residencia europea. Cumplir los casos significa ver muchos casos, muchas cirugías, publicar e ir a congresos internacionales en los que presentar. Después, se termina la residencia y lo que toca después "es estudiar como si no hubiese un mañana". Son meses y meses de sacrificio para un examen que "casi nadie aprueba a la primera". En su caso, fue a la segunda. Pero, "todo llega". Él consiguió su diplomatura europea hace diez años. Avisó de que los colegios europeos "no te dejan dormirte en los laureles, y te obligan a seguir formándote y a demostrarlo cada cinco años, que cumples el estándar para ser un especialista". La mayor gratitud al proceso es tener la garantía de conocimientos y entrenamiento clínico supervisado, para tener una toma de decisiones lo más acertada posible.
La combinación entre un veterinario generalista y un especialista es un valor añadido para que los animales tengan los mejores cuidados. Aumenta la tasa de resolución de casos complejos. Por último, el Dr. Juan Vicente González Martín, Dipl. ECBHM (Bovino), que ingresó de facto, declaró que hay muy pocos diplomados españoles en su ámbito. Lamentó que hay pocos residentes. En el caso de vacas, hay internados disponibles, en los que se cobra, porque hay poca gente que quiera trabajar en el campo. Los requisitos son *haber completado satisfactoriamente un año de internado universitario o dos años de práctica en una clínica homologada con una formación continua de posgrado significativa, demostrando un amplio conocimiento y práctica bovina. La formación es en inglés y hay que ser aceptado por un tutor diplomado.
La Dra. Lorente Méndez retomó la palabra para contar su experiencia. Siempre quiso ser veterinaria. En sus inicios estuvo de grandes animales en Cercedilla. Después, fundó allí una clínica veterinaria, por lo que le tocó formarse en pequeños animales. Ella trabajaba y se formaba. En 1995, fue al congreso de dermatología en Barcelona y se "enamoró" de la especialidad. Hizo diferentes cursos y a finales de los 90 decidió que quería ser diplomada. Al mismo tiempo, se puso con los cursos de doctorado. Se doctoró, de hecho, en 2005. Ella tenía que hacer una residencia alternativa. Pasó un examen para ello y una residencia clínica. En 2000, se fue de profesora en la Universidad Cardenalatos Herrera CEU en Valencia. Estuvo haciendo la residencia y en 2007 volvió a Madrid. Fue cuando fundó el Centro de referencia ADERVET. En 2011, consiguió ser diplomada en Dermatología. Aseveró que es "una decisión de vida, una formación personal muy importante". Es ansia de conocimiento.