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En Fontsana Son Armadams (Palma), cada dos semanas se repite una escena que conmueve: los residentes se sientan en semicírculo, sonríen y esperan a Maya y Sweety, dos perras entrenadas para acompañar, estimular y llenar de ternura la mañana. La residencia y centro de día de Fontsana Son Armadams han ...
En Fontsana Son Armadams (Palma), cada dos semanas se repite una escena que conmueve: los residentes se sientan en semicírculo, sonríen y esperan a Maya y Sweety, dos perras entrenadas para acompañar, estimular y llenar de ternura la mañana. La residencia y centro de día de Fontsana Son Armadams han incorporado la terapia asistida con perros a su programa de actividades, en colaboración con la Fundación S'Hort Vell, especializada en intervenciones con animales.
Un encuentro que despierta sonrisas:
Las sesiones, quincenales y de unos 45 minutos, combinan ejercicios de memoria, movimiento y afecto. Los residentes lanzan la pelota, esconden objetos o responden preguntas que estimulan la memoria -"¿dónde naciste?", "¿los perros pueden comer chocolate?"-. Pero lo más importante ocurre sin palabras: el vínculo que se crea con los animales.
"No se trata solo de jugar con los perros, sino de crear un vínculo. Ellos no entienden nuestras palabras, pero sí las emociones que hay detrás", explica Caterina Zamburlini, especialista en intervención asistida con animales de la Fundación S'Hort Vell.
En Fontsana Son Armadams, cada visita de Maya y Sweety deja un pequeño milagro cotidiano: la emoción de una caricia, una sonrisa espontánea, un recuerdo que vuelve.
Como dice Zamburlini, "un perro no cura, pero sí consigue que quien lo acaricia se sienta mejor."
Uno de los beneficios que ofrece la terapia asistida con perros en las personas mayores es que propicia la movilidad y la interacción de los usuarios
"Me voy a la peluquería para estar guapa cuando vienen los perritos":
Entre los participantes, Concha González Navarro, de casi 80 años, vive la terapia con especial ilusión y sensibilidad. "Sí, parezco más joven, pero voy a cumplir muy pronto los 80 años", comenta con una sonrisa llena de vida.
Cada dos semanas, Concha se prepara con esmero: "Cuando sé que vienen los perritos, me voy a la peluquería para estar guapa para ellas." Habla de los animales con ternura y convicción: "Cuando hay un animal por el medio, sobre todo un perro o un caballo, creo que es un compañero de alma. Solo con acercarse a ti hacen un vínculo, y tú ya les conoces y ellos te conocen a ti."
Para Concha, la experiencia va mucho más allá de una actividad recreativa: "Los perros no viven en el futuro ni en el pasado, viven en el presente. Eso lo he aprendido de ellos: a estar aquí, ahora, y disfrutar de cada momento.", concluye con dulzura.
Emociones que se despiertan con una caricia:
"La demanda de terapias con animales ha crecido muchísimo", Silvia Barjacoba, trabajadora social y terapeuta de la Fundación S'Hort Vell. "Los beneficios son reales: los usuarios se mueven más, interaccionan entre ellos y recuperan emociones que creían dormidas."
"Cuando llegamos a la residencia, el estado de ánimo es uno, y cuando nos vamos, es completamente distinto. Las personas están más contentas, más despiertas, más cariñosas", agrega Barjacoba.
El contacto con los animales activa recuerdos, mejora la movilidad y estimula la mente. En personas con Alzheimer u otras demencias, los efectos son especialmente visibles. "Hay usuarios que no suelen reaccionar ante otros estímulos y, sin embargo, al acariciar al perro, mueven la mano o intentan incorporarse. Es algo realmente emocionante", añade Barjacoba. "Las perras entienden el lenguaje del afecto, y eso es algo que traspasa cualquier deterioro cognitivo", concluye.
Bienestar y envejecimiento activo:
Con esta nueva actividad, Fontsana Son Armadams refuerza su compromiso con el bienestar emocional y la calidad de vida de las personas mayores. El centro, referente en envejecimiento activo, ofrece también talleres intergeneracionales, aquagym en verano, manualidades, bailes y jardinería terapéutica, entre otras actividades.
"Cada actividad busca un mismo objetivo: mantener viva la ilusión, la curiosidad y las ganas de compartir", destacan desde la dirección.