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La llegada de la Covid-19 afectó de lleno a la profesión veterinaria. Tanto que en los últimos cinco años se ha producido un cambio radical en la concienciación y la reducción del estigma sobre la salud mental dentro del sector. De esto y de otras muchas cuestiones que preocupan a ...
La llegada de la Covid-19 afectó de lleno a la profesión veterinaria. Tanto que en los últimos cinco años se ha producido un cambio radical en la concienciación y la reducción del estigma sobre la salud mental dentro del sector. De esto y de otras muchas cuestiones que preocupan a los veterinarios extremeños hablamos con Julia Peláez, propietaria y gerente de ANIMAX Clínica Veterinaria. "Entre las problemáticas que afectan a la profesión destaca la dificultad de conciliar nuestra vida laboral con la personal, los problemas psicológicos y las escasas herramientas de las que disponemos para hacer frente a la alta presión y exigencias que conlleva nuestro trabajo", apunta.
Julia Peláez centra su día a día en la medicina interna generalista, con especial dedicación a la cardiología veterinaria y al diagnóstico por imagen. "Mi desarrollo profesional se basa en aumentar mis conocimientos con formación continuada en cardiología, ecografía y ecocardiografía". Una parte importante de su labor diaria está estrechamente vinculada a la tecnología que emplea en su centro: ecógrafos de última generación, pruebas de diagnóstico por imagen avanzadas con TC o resonancia, y equipos que mejoran la precisión de cada estudio.
Defensora del concepto One Health, considera imprescindible "desarrollar medidas a través de colegios y asociaciones veterinarias para que presionen y demos a conocer nuestro trabajo a políticos, medios de comunicación y público en general". Esto, sin embargo, choca frontalmente con el PRESVET, que, según afirma, "dificulta la correcta atención a nuestros pacientes, disminuye la efectividad de los tratamientos, nos crea inseguridad profesional, nos satura con burocracia y un sinfín de efectos negativos".
La medicina preventiva, recuerda, evoluciona con el tiempo gracias a los nuevos conocimientos y al surgimiento de nuevas amenazas. "En nuestra zona, las enfermedades vectoriales están cada vez más presentes, y la medicina preventiva es indispensable". Respecto a la reciente modificación que elimina la obligatoriedad de la vacuna anual contra la rabia en Extremadura, la veterinaria es clara: "Vuelve a ser una decisión política de la que no hemos formado parte, lo que traerá consecuencias en el sector veterinario y en la sanidad general", advierte, y añade: "El trabajo continuo de prevención hace que enfermedades como la rabia se mantengan bajo control; de lo contrario, todos estamos desprotegidos".
La presencia de mosquitos vectores es cada vez más habitual. "En el caso de la leishmania o la dirofilariosis en perros y gatos, se convierte en una enfermedad tan presente en nuestra clínica diaria que el uso de collares repelentes, vacunas, antiparasitarios y diagnóstico precoz se convierten en la base de la medicina preventiva".
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