Neumonía asociada a ventilación en perros: un estudio cuestiona los criterios de vigilancia y alerta sobre resistencias antibióticas

Publicado el 13 de octubre de 2025 en Frontiers in Veterinary Science, un estudio del College of Veterinary Medicine de la Universidad de Florida analizó 71 perros sometidos a ventilación mecánica prolongada. El trabajo evalúa la prevalencia de neumonía asociada a ventilación (VAP) y los patrones bacterianos observados, destacando la dificultad diagnóstica y la aparición de resistencias antimicrobianas.

Estado: Esperando

13/10/2025

La ventilación mecánica es una herramienta fundamental en pacientes con insuficiencia respiratoria, aunque puede generar complicaciones como la VAP, una infección pulmonar que incrementa la duración del ingreso y la mortalidad. No existe un criterio diagnóstico único y los profesionales se apoyan en la combinación de síntomas clínicos, hallazgos radiográficos ...

La ventilación mecánica es una herramienta fundamental en pacientes con insuficiencia respiratoria, aunque puede generar complicaciones como la VAP, una infección pulmonar que incrementa la duración del ingreso y la mortalidad. No existe un criterio diagnóstico único y los profesionales se apoyan en la combinación de síntomas clínicos, hallazgos radiográficos y resultados microbiológicos.

En este contexto, Kaitlyn Dreese y Jacob Wolf revisaron los historiales de 71 perros ventilados durante más de 24 horas entre 2011 y 2025 en un hospital universitario. El objetivo fue comparar la prevalencia de VAP según tres métodos: las guías de vigilancia de los CDC, su versión adaptada a veterinaria y la sospecha clínica reflejada por los tratantes.

Los autores recopilaron información sobre diagnóstico de ingreso, duración de la ventilación, parámetros respiratorios (FiO₂, PEEP), temperatura, hemograma, radiografías, tipo de secreciones, cultivos y desenlace clínico. Aplicaron de forma retrospectiva los algoritmos de vigilancia de los CDC -que exigen periodos de estabilidad y posterior empeoramiento respiratorio de al menos dos días- y compararon los resultados con la impresión clínica registrada en los expedientes.

El análisis mostró que ningún caso cumplía los criterios formales de VAP según las guías de los CDC ni las adaptadas a veterinaria. Solo 13 perros estuvieron ventilados el tiempo suficiente para ser evaluados bajo esos parámetros, pero ninguno presentó los cambios sostenidos de oxigenación requeridos.

Por el contrario, 12 de los 71 perros (17%) fueron considerados como sospechosos de VAP por los veterinarios responsables. En estos casos, el microorganismo más frecuente fue Pseudomonas aeruginosa, con varias cepas resistentes a fluoroquinolonas. También se aislaron E. coli, Klebsiella pneumoniae, Proteus mirabilis y estreptococos beta-hemolíticos. De este grupo, 11 perros se recuperaron y fueron dados de alta y uno fue eutanasiado.

En el grupo sin sospecha clínica, se realizaron cultivos en 30 de los 59 perros. Se identificaron patógenos similares, con predominio de Pseudomonas aeruginosa (la mayoría no sensible a fluoroquinolonas), E. coli -algunas cepas productoras de ESBL o resistentes a carbapenémicos- y enterococos multirresistentes. En este grupo, 31 perros (53%) fueron dados de alta.

Los resultados reflejan que las bacterias implicadas son comparables a las observadas en pacientes humanos con VAP, principalmente bacilos gramnegativos con resistencia elevada. Los investigadores recomiendan no utilizar fluoroquinolonas como tratamiento empírico inicial ante sospecha de neumonía asociada a ventilación hasta disponer de los resultados de cultivo y sensibilidad.

El estudio también señala que los criterios de vigilancia actuales pueden ser demasiado restrictivos y no detectar los casos reales que motivan tratamiento en la práctica clínica. Los autores sugieren que una adaptación más flexible de las guías veterinarias permitiría identificar mejor los episodios y mejorar las estrategias de control y prevención.

Entre las medidas propuestas destacan la necesidad de obtener muestras microbiológicas antes de iniciar antibióticos, ajustar el tratamiento según resultados, mantener protocolos de prevención -como la elevación de la cabecera, higiene orotraqueal y destete temprano- y evitar el uso innecesario de antimicrobianos de amplio espectro.

El trabajo concluye que, aunque ninguna de las pautas de vigilancia reconocidas detectó casos confirmados de VAP, uno de cada seis perros ventilados fue tratado por sospecha clínica, lo que evidencia una discrepancia importante entre los modelos teóricos y la realidad asistencial. Además, la presencia de Pseudomonas y E. coli multirresistentes refuerza la importancia de la selección prudente de antibióticos y la vigilancia continua de resistencias en unidades de cuidados intensivos veterinarios.

Fuente: Dreese K, Wolf J. "Prevalence of ventilator-associated pneumonia and bacterial isolates in mechanically ventilated dogs". Frontiers in Veterinary Science, 13 de octubre de 2025. Vol. 12, Sección Emergency and Critical Care. DOI: 10.3389/fvets.2025.1677280. Artículo de acceso abierto bajo licencia CC BY.

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