La obesidad en las mascotas sigue creciendo

La Asociación para la Prevención de la Obesidad en Mascotas (APOP, por sus siglas en inglés) ha publicado los resultados de la encuesta de opinión sobre obesidad y nutrición en pequeños animales, donde detecta una creciente concienciación de las familias por este problema, pero al mismo tiempo ciertos desafíos actuales de comunicación.

Estado: Esperando

24/09/2025

Poco a poco la sociedad va tomando consciencia de que la obesidad es una pandemia. De hecho, la propia Organización Mundial de la Salud (OMS) la cataloga de epidemia no infecciosa, es decir, no contagiosa. Pero 2,8 millones de personas mueren en el mundo cada año a causa de la ...

Poco a poco la sociedad va tomando consciencia de que la obesidad es una pandemia. De hecho, la propia Organización Mundial de la Salud (OMS) la cataloga de epidemia no infecciosa, es decir, no contagiosa. Pero 2,8 millones de personas mueren en el mundo cada año a causa de la obesidad y el sobrepeso, factores de riesgo de enfermedades como la diabetes tipo 2, la hipertensión arterial o nueve tipos de cáncer, entre otras. Se trata de uno de los factores prevenibles que más reduce la calidad de vida, y de acuerdo a la OMS, el exceso de peso disminuye la esperanza de vida entre 5 y 20 años.

Este escenario es extrapolable en cierta forma al mundo animal. Tanto es así que desde la Real Sociedad Canina de España (RSCE) sostienen que más del 50 % de los perros en todo el mundo padecen esta enfermedad. Al igual que en la medicina humana, se trata de una de las patologías más comunes y prevenibles en mascotas. "Su impacto va más allá de la estética, ya que puede reducir la esperanza de vida y afectar significativamente el bienestar del animal", señala la RSCE.

Luchar contra la pandemia de la obesidad es el objetivo de la Asociación para la Prevención de la Obesidad en Mascotas (APOP, por sus siglas en inglés), una organización sin ánimo de lucro comprometida con el avance de la ciencia de la obesidad en mascotas mediante la investigación, la educación y la defensa de los derechos de las mascotas. APOP promueve estrategias basadas en la evidencia para prevenir y tratar esta enfermedad en pequeños animales, así como proteger la salud animal y preservar el vínculo entre humanos y animales. Entre otras líneas de actuación, lleva a cabo anualmente una encuesta de opinión sobre obesidad y nutrición en pequeños animales.

En abril publicó los resultados correspondientes a 2024, donde grosso modo se pone de manifiesto la creciente concienciación de las familias por este problema, así como los desafíos actuales de comunicación en torno a la obesidad en mascotas. La encuesta, que incluye las respuestas de más de 580 participantes, ofrece un análisis crítico de cómo los dueños de mascotas en Estados Unidos perciben y gestionan las condiciones corporales de sus mascotas.

La percepción de los tutores sobre el peso de sus animales

El primer hallazgo a destacar evidencia que cada vez más tutores reconocen condiciones corporales no saludables asociadas con el sobrepeso en sus mascotas, lo cual es positivo. En 2024, el 55 % de los propietarios de gatos y el 51 % de las familias de perros clasificaron la condición corporal de sus peludos como ideal, en comparación con el 57 % (gatos) y el 66 % (perros) en 2023. Por el contrario, el 33 % de los dueños de felinos y el 35% de los cuidadores de canes indicaron que su animal padecía sobrepeso u obesidad, en comparación con el 28 % (gatos) y el 17 % (perros) en 2023. 

Sin embargo, según las encuestas actuales y anteriores emitidas por la APOP, el conocimiento de la Escala de Condición Corporal (ECC) entre las personas que conviven con pequeños animales sigue siendo, a todas luces, bajo. Si bien el 40% de los hogares donde hay un gato y el 45% de quienes comparten su vida con un perro informaron estar familiarizados con la Escala de Condición Corporal (ECC), muchos menos señalaron haber recibido una evaluación de la ECC por parte de su veterinario: solo el 27 % en el caso de los canes y el 19 % en los felinos. Así, más de la mitad de ambos grupos afirma no haberla recibido nunca (el 56 % de los dueños de perros y el 55 % de los dueños de gatos).

Estos hallazgos ponen de manifiesto una brecha de comunicación, especialmente entre los dueños de gatos, que podría deberse a visitas veterinarias menos frecuentes o a la falta de una conversación formal durante los exámenes de rutina.

La ECC es una herramienta visual y táctil adoptada por la World Small Animal Veterinary Association (Asociación Mundial de Veterinarios de Pequeños Animales, WSAVA por sus siglas en inglés) que permite evaluar el estado nutricional y la grasa corporal de un animal, generalmente en una escala de 1 a 5 o de 1 a 9, donde 1 representa un estado muy delgado y 5 o 9 un estado muy obeso. Esta escala ayuda a determinar si un animal está en un peso saludable, demasiado delgado o con sobrepeso, y permite monitorear los cambios a lo largo del tiempo. Una puntuación corporal ideal suele rondar 4 o 5, con una cantidad saludable de músculo y grasa corporal.

"Los equipos veterinarios tienen una oportunidad única de liderar la conversación sobre la obesidad en las mascotas con claridad y compasión", subraya Ernie Ward, fundador de la APOP. "Al usar un lenguaje médico respetuoso y preciso, podemos promover una mejor salud a lo largo de la vida de las mascotas. Y lo que es más importante, podemos cerrar la brecha entre cómo los dueños perciben la condición corporal de su mascota y la realidad médica de la obesidad. Esta brecha de percepción a menudo se ve agravada por el escaso conocimiento de herramientas como la Escala de Condición Corporal y el uso de términos vagos y no clínicos como 'rechoncho' y 'gordito' que minimizan los graves riesgos para la salud que conlleva la obesidad", esgrime el experto.

Dinámicas de comunicación y confianza

En este sentido, cabe señalar que de acuerdo a los resultados de la encuesta, la mayoría de los tutores son receptivos a las conversaciones sobre la condición corporal de su mascota.

Solo el 12 % de los familiares reportan sentirse incómodos o avergonzados cuando un miembro de su equipo veterinario menciona que su amigo peludo necesita bajar de peso, mientras que el 69 % asegura no sentirse incómodo para nada. Por otro lado, el 17 % considera que su mascota nunca ha necesitado adelgazar.

Ahora bien, si casi el 70 % de los tutores se siente cómodo al hablar sobre el peso y la condición de su mascota con el veterinario, solo el 60 % de los profesionales veterinarios apuntan sentirse siempre cómodo al iniciar esas conversaciones. El 38 % responde que "depende", y el 1 % dice que "nunca" se siente cómodo.

Se detecta una pequeña brecha en este tema, pues el 86 % de las familias cree que el facultativo no tiene problema en comentar la condición de la mascota cuando existe un exceso de peso y solo el 4 % piensa que su veterinario no se siente cómodo teniendo que hablar de la obesidad del animal. Además, la terminología de la obesidad varía. Los profesionales veterinarios reportan usar términos como "sobrepeso", "obeso", "gordo", "rechoncho" y "gordito" para describir la condición corporal de las mascotas. Entre tanto, los dueños de mascotas recuerdan haber escuchado a sus veterinarios usar eufemismos como "rechoncho". "esponjoso" y "bien alimentado" para describir a sus pequeños animales. Estos términos, a juicio de los autores del informe, pueden desdibujar la importancia clínica del exceso de adiposidad y la condición corporal poco saludable.

Así las cosas, estas conclusiones "refuerzan la importancia de que los profesionales veterinarios utilicen un lenguaje claro, compasivo y médicamente preciso al abordar la obesidad en mascotas".

El tratamiento de la enfermedad

Otro punto que pone sobre la mesa la encuesta es que los tutores verdaderamente están interesados en tratar la obesidad en sus mascotas. Más del 60 % de los propietarios de perros (62 %) y el 53 % de los dueños de gatos indican haber intentado ayudar a sus peludos a perder peso. De igual manera, el 16 % de las familias de canes y el 25 % de las de felinos mencionan en su respuesta haber probado una dieta terapéutica para la pérdida de peso.

Asimismo, aproximadamente uno de cada tres tutores consideraría usar un medicamento recetado para bajar de peso para una mascota con obesidad si se demostrara que fuese seguro, eficaz y asequible. En concreto, el 34 % de los dueños de perros y el 36 % de los de gatos. Otro tercio, el 36 % de las familias de perros y el 33 % de las de felinos, en cambio, respondieron en el análisis "no estoy seguro" a esta cuestión.

Tras la atención mundial generada por medicamentos para bajar de peso como Ozempic y Wegovy, comienzan a circular rumores de ensayos clínicos piloto y estudios de seguridad con perros y gatos. En junio de 2024, Bloomberg destacó los esfuerzos de Okava Pharmaceuticals para desarrollar un dispositivo implantable para administrar fármacos GLP-1 en gatos. Este desarrollo no solo buscaba ayudar a los felinos con obesidad a perder peso, sino que también ofrece el potencial de mejorar el manejo de la diabetes felina. Sin embargo, este medicamento, comercializado como Bydureon (exenatida) Pen por AstraZeneca, se suspendió en 2021 "por razones comerciales".

Por otro lado, en febrero de 2024, Better Choice Company (BTTR) adquirió Aimia Pet Healthco para desarrollar medicamentos GLP-1. Si bien por ahora no existen detalles sobre los proyectos, son varias las empresas que están introduciendo este tipo de medicamentos para bajar de peso en el mercado veterinario.

Reduciendo la brecha entre las familias y los veterinarios

En resumidas cuentas, la encuesta de la Asociación para la Prevención de la Obesidad en Mascotas vuelve a señalar que la la obesidad es una de las enfermedades crónicas más comunes y debilitantes en perros y gatos hoy en día, como diabetes, artritis, presión arterial alta, enfermedad renal, cáncer y muchas más.

La buena noticia es que las familias de los pequeños animales desean ayudar a sus peludos a vivir vidas más largas y saludables. Sin embargo, incide la APOP, "no saben cómo evaluar la condición corporal de sus mascotas ni cómo iniciar la conversación". "Esto representa una clara oportunidad para que los profesionales veterinarios lideren con una atención compasiva basada en la evidencia y un lenguaje médicamente más preciso y respetuoso", avisan.

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