Humanos, perros y cerdos comparten mecanismos cerebrales para reconocer voces

El cerebro distingue vocalizaciones de forma similar en especies muy distintas

02/09/2025

Para las especies sociales, distinguir las vocalizaciones de otros sonidos (por ejemplo, sonidos de máquinas o goteo de agua) y reconocer cuando una voz pertenece a un miembro de la misma especie puede ser crucial para la supervivencia y la reproducción. Aunque los sonidos vocales llevan información importante para muchos ...

Para las especies sociales, distinguir las vocalizaciones de otros sonidos (por ejemplo, sonidos de máquinas o goteo de agua) y reconocer cuando una voz pertenece a un miembro de la misma especie puede ser crucial para la supervivencia y la reproducción. Aunque los sonidos vocales llevan información importante para muchos animales, antes no estaba claro cómo se reflejan estas habilidades en el cerebro a través de especies de mamíferos evolutivamente distantes, dice Boglárka Morvai, investigadora postdoctoral de la Neuroetología del Laboratorio de Comunicación y primer autor del estudio.

Los participantes humanos, los perros de la familia y los cerdos familiares participaron en el mismo experimento auditivo, escuchando una variedad de sonidos que incluyen vocalizaciones humanas, caninas y de cerdo (por ejemplo, suspiros humanos o tos, ladrar perros, gruaciones de cerdos), así como ruidos ambientales no vocales. Los electrodos EEG, colocados suavemente en la cabeza, registraron las respuestas eléctricas rápidas del cerebro. Los animales, relajados y a gusto con sus compañeros humanos, participaron sin entrenamiento ni sedación.

Los resultados revelaron un patrón de dos pasos en la respuesta del cerebro. En humanos y cerdos, las vocalizaciones de cualquier tipo desencadenaron actividad cerebral distinta casi inmediatamente, dentro de 200 ms después de la presentación del estímulo, lo que sugiere que tales sonidos destacan como especialmente destacados. El reconocimiento de una voz perteneciente a una especie propia apareció más tarde, sólo después de 300 ms en las tres especies, lo que refleja un proceso más complejo de categorización de la vocalización. Sorprendentemente, estos patrones eran muy similares a pesar de la gran distancia evolutiva entre las tres especies, apuntando a mecanismos neuronales compartidos que probablemente sea anterior a la divergencia de sus linajes hace unos 90 millones de años.

Sorprendentemente, aunque los perros y cerdos probados viven estrechamente junto a la gente, sus cerebros no mostraron una sensibilidad especial para las voces humanas, señala Lilla Magyari, una miembro anterior del laboratorio, ahora profesora asociada en la Universidad de Stavanger, Noruega, quien co-supervisó el estudio. Esto apoya la idea de que estas habilidades no se vieron afectadas por la domesticación reciente, sino que son parte de una antigua herencia de mamíferos.

Los hallazgos no sólo arrojan luz sobre las profundas raíces evolutivas de la percepción de la voz, sino que también destacan el valor de estudiar animales compañeros para entender mejor el cerebro humano. Como explica Attila Andics, el PI del laboratorio, "Nuestros resultados muestran que trabajando con animales que confían en nosotros lo suficiente para participar en estos experimentos, podemos descubrir mecanismos biológicos fundamentales que han dado forma a la comunicación durante millones de años.