En el marco del Día Mundial del Perro, que se celebra el 21 de julio, la Cátedra Fundación Affinity Animales y Salud de la Universidad Autónoma de Barcelona pone en valor los beneficios que la convivencia con perros tiene en la vida de las personas, especialmente para el bienestar emocional ...
En el marco del Día Mundial del Perro, que se celebra el 21 de julio, la Cátedra Fundación Affinity Animales y Salud de la Universidad Autónoma de Barcelona pone en valor los beneficios que la convivencia con perros tiene en la vida de las personas, especialmente para el bienestar emocional y físico de los niños. Esta es una de las principales conclusiones extraídas de la revisión sistemática realizada por la Cátedra con el objetivo de confirmar si los perros son una fuente de apoyo social para las personas, y que recientemente se ha presentado en el Canine Science Forum 2025, celebrado en Hamburgo.
Este profundo análisis de más de 52 estudios científicos internacionales realizados en los últimos 5 años confirma algo que muchas familias ya experimentan en su día a día: vivir con un perro tiene un impacto positivo real en nuestra salud. En el caso de los más pequeños, ese impacto se traduce en actividad física de más calidad-gracias al juego y los paseos-, más contacto con el entorno natural y más oportunidades para sentirse acompañados y emocionalmente seguros. En España, más del 80% de los niños juegan al aire libre menos tiempo de lo recomendado y, si los comparamos con sus padres, el tiempo que juegan hoy los más pequeños se ha reducido a la mitad, según datos de UNICEF[1].
Entre las conclusiones más destacadas de la revisión sistemática se encuentran las derivadas de un estudio realizado en Australia[2] durante la pandemia, que señala que pasear al perro ayudó a muchas familias con niños a salir de casa, moverse más y disfrutar del aire libre. Además, tener un perro ofreció compañía, alegría y apoyo emocional a los más pequeños, ayudándoles a sentirse menos solos y a afrontar mejor los momentos de incertidumbre y aislamiento.
Según Jaume Fatjó, director de la Cátedra Fundación Affinity Animales y Salud de la Universidad Autónoma de Barcelona, "ya sabíamos que los perros aportan beneficios emocionales, pero lo que nos ha confirmado esta revisión sistemática es que, sin importar el contexto social -es decir, momentos de dificultad como puede ser una pandemia o en la situación actual- convivir con un perro aporta unos beneficios emocionales y físicos significativos. Y esto, en el caso de los niños, es especialmente importante porque incentiva la actividad física al aire libre y el juego".
Por su parte, Elena García, coautora de la revisión sistemática, añade: "La presencia de un perro en el hogar actúa puede ser un poderoso catalizador para romper con el aislamiento que afecta cada vez más a los más jóvenes. En un momento en que vemos cómo el tiempo frente a las pantallas ha aumentado significativamente y las oportunidades de juego social se han reducido, los perros representan un complemento natural que promueve justamente lo que los niños más necesitan: actividad física, interacción social y conexión emocional".
Beneficios también para los adultos
La convivencia con animales de compañía no sólo tiene efectos positivos para los más pequeños. Según esta revisión sistemática realizada por la Cátedra Fundación Affinity Animales y Salud, otro estudio llevado a cabo en Brasil[3] y publicado en 2020, encontró que quienes pasean a su perro caminan por placer mucho más que quienes no lo hacen: un 28% frente a un 18%. También hacen más ejercicio intenso o moderado en su tiempo libre (38% frente a 22%), y en el caso de las personas mayores, pasear al perro multiplica por más de tres las probabilidades de mantenerse activas físicamente.
En otro estudio, realizado en Estados Unidos[4] y publicado en 2021, muchas personas señalaron que pasear a su perro era una motivación para salir a caminar. Además, afirmaron también que tener un perro era un incentivo para moverse, disfrutar del aire libre y mantener un compromiso regular con la realización de actividad física. Según diferentes estudios, el vínculo con los animales también puede tener efectos directos a la hora de regular la presión arterial y favorecer un ritmo cardíaco más estable.
[1] UNICEF. Ciudades Amigas de la Infancia. https://ciudadesamigas.org/juego-infantil-hoy/
[2] Bennetts, S. K., Crawford, S. B., Howell, T., Ignacio, B., Burgemeister, F., Burke, K., & Nicholson, J. M. (2022). Companionship and worries in uncertain times: Australian parents' experiences of children and pets during COVID-19. Anthrozoös, 35(6), 833-846. https://doi.org/10.1080/08927936.2022.2051931
[3] Kretschmer, A. C., & Dumith, S. C. (2020). Physical activity in leisure-time and perceived environment: a population-based study with adults and the elderly from Southern Brazil. Revista Brasileira de Epidemiologia, 23, e200043. https://doi.org/10.1590/1980-549720200043
[4] Richards, E. A., & Woodcox, S. (2021). Barriers and Motivators to Physical Activity Prior to Starting a Community-Based Walking Program. International Journal of Environmental Research and Public Health, 18(20), 10659. https://doi.org/10.3390/ijerph182010659