Nuevas directrices para veterinarios sobre el control de parásitos en mascotas viajeras

La guía más reciente publicada por el Consejo Europeo para el control de las parasitosis en los animales de compañía (ESCCAP, por sus siglas en inglés) avisa de que, en las últimas dos décadas, múltiples factores han propiciado el aumento del movimiento de perros y gatos domésticos entre países y regiones, tanto dentro como fuera de Europa.

22/07/2025

En materia de salud pública, la pandemia del coronavirus supuso un punto de inflexión. Entre otras de tantas consecuencias, un término hasta ese momento defendido por un petit comité de expertos se hizo relativamente popular a todos los niveles del sistema sanitario. De la noche a la mañana la estrategia ...

En materia de salud pública, la pandemia del coronavirus supuso un punto de inflexión. Entre otras de tantas consecuencias, un término hasta ese momento defendido por un petit comité de expertos se hizo relativamente popular a todos los niveles del sistema sanitario. De la noche a la mañana la estrategia One Health se convirtió en protagonista de congresos, mesas redondas y conferencias. Una sola salud es "un enfoque integral y unificador cuyo objetivo es equilibrar y optimizar la salud de las personas, los animales y los ecosistemas", en definición de la propia Organización Mundial de la Salud (OMS). Para ello, utiliza los vínculos estrechos e interdependientes que existen entre estos campos para establecer nuevos métodos de vigilancia y control de enfermedades.

Este concepto subyace en las nuevas directrices para veterinarios sobre el control de parásitos en mascotas viajeras, una guía titulada Parasite Control in Travelling and Imported Pets en inglés y publicada por el ESCCAP a finales de mayo. El Consejo Europeo para el Control de las Parasitosis en los Animales de Compañía (European Scientific Counsel Companion Animal Parasites) es una organización independiente, sin ánimo de lucro, que desarrolla directrices para el tratamiento y control de los parásitos de los animales de compañía y promueve una correcta actuación de los veterinarios en este cometido. Dichas pautas se recogen en formato de guía detallada para veterinarios clínicos y parasitólogos veterinarios, proporcionándoles información concisa y consejos prácticos.

La publicación pone en antecedentes que, en las últimas dos décadas, múltiples factores han propiciado el aumento del movimiento de perros y gatos domésticos entre países y regiones, tanto dentro como fuera de Europa. A su vez, el bienestar de estos animales se ha visto afectado negativamente por desastres naturales, la persecución de animales callejeros y la cría de cachorros. Desde su introducción en 2001, la flexibilización de las normas europeas para los viajes de mascotas en el marco del programa PETS también ha propiciado un aumento de los viajes de mascotas en Europa, incluyendo los de animales que acompañan a sus dueños en vacaciones, eventos deportivos y espectáculos. Además, el creciente movimiento de personas en busca de refugio o de mejores condiciones socioeconómicas contribuye a la reubicación permanente de perros y gatos domésticos.

Un peligro cada vez mayor

Debido a este aumento de los movimientos y al cambio climático, que también afecta a la migración de las aves, la distribución de vectores y algunas poblaciones de fauna silvestre reservorio, la amenaza de que nuevos parásitos y zoonosis se propaguen a zonas previamente no afectadas es cada vez mayor. Incluso en ausencia de un clima o vectores adecuados para un parásito específico, la introducción de animales infectados conlleva el riesgo de que estos parásitos se establezcan, ya que las condiciones pueden volverse más favorables para la transmisión con el tiempo.

En este contexto, el ESCCAP establece que los veterinarios que examinen mascotas importadas o que hayan viajado, deben priorizar la detección temprana de infecciones parasitarias mediante un enfoque estructurado. Los pasos clave deben incluir la obtención de un historial de viaje completo, incluyendo las regiones visitadas, la duración y las posibles exposiciones. Después, realizar un examen clínico exhaustivo, centrándose en los signos de enfermedades transmitidas por vectores, parásitos gastrointestinales y ectoparásitos.

El siguiente aspecto es reconocer señales de alerta clínica clave, como anemia, linfadenopatía, dificultad respiratoria, anomalías neurológicas o afecciones dermatológicas, utilizando pruebas diagnósticas específicas (por ejemplo, serología, PCR, frotis sanguíneo) según la sospecha clínica. También aconseja la guía educar a los dueños de mascotas sobre los riesgos de transmisión zoonótica y las medidas preventivas. Y, por último, administrar tratamientos adecuados y realizar pruebas de seguimiento, especialmente para parásitos con largos periodos de incubación como Leishmania y Dirofilaria immitis.

Siguiendo estas recomendaciones, "los veterinarios pueden garantizar una intervención temprana, una mejor evolución de los pacientes y una reducción del riesgo de propagación de parásitos", apunta el Consejo Europeo para el Control de las Parasitosis en los Animales de Compañía.

Medidas de control exigidas por ley

El primer apartado de la guía se centra en la legislación vigente, si bien las directrices son breves. No en vano, los únicos requisitos de prevención de enfermedades infecciosas para las mascotas que viajan a Europa son la protección contra la rabia y, en algunos casos, contra la tenia Echinococcus multilocularis.

De esta forma, los perros y gatos que viajan al extranjero deben estar vacunados contra la rabia, y algunos países exigen una prueba de sangre para determinar el título de anticuerpos antes de la entrada. Esta suele ser necesaria para las mascotas que regresan a Europa, especialmente si han viajado a países con alto riesgo de rabia. En cualquier caso, se deben consultar los requisitos de cada país antes del viaje.

Por otro lado, algunos países europeos con estatus libre de E. multilocularis exigen un tratamiento obligatorio con praziquantel para perros antes de la entrada. En concreto, Finlandia, Noruega, Malta, Irlanda y el Reino Unido. Este tratamiento debe administrarse entre uno y cinco días antes de la llegada al país de destino.

El riesgo de infección o enfermedad parasitaria durante un viaje

El segundo bloque del informe pone el foco en que las mascotas que viajan pueden encontrarse con diversos parásitos no enzoóticos en su país de origen. Las medidas de prevención de parásitos para estos animales ayudarán a reducir el riesgo de enfermedades parasitarias, así como a limitar el riesgo zoonótico y la propagación de parásitos.

Por ejemplo, pueden entrar en contacto con diversas garrapatas y patógenos transmitidos por ellas, como Babesia, Ehrlichia., Anaplasma, Rickettsia, Borrelia, nematodos filarioides y flavivirus. Asimismo, las mascotas podrían ser portadoras de estos patógenos o de garrapatas infectadas. Las garrapatas son enzoóticas en la mayor parte de Europa y su distribución depende de diversos factores, como las condiciones ambientales y la disponibilidad de hospedadores. Los picos de actividad de los parásitos dependen de la ubicación geográfica y de la especie del mismo. Por otro lado, en muchos países se observa actividad durante todo el año, especialmente con el calentamiento global.

La transmisión de patógenos propagados por garrapatas en Europa se asocia con mayor frecuencia a la exposición a Dermacentor reticulatus (garrapata adornada de la vaca, garrapata adornada del perro, garrapata de los prados o garrapata de los pantanos), Rhipicephalus sanguineus (garrapata marrón del perro, garrapata de las perreras o garrapata pantropical del perro), Ixodes ricinus (garrapata del ricino, garrapata de las ovejas o garrapata del ciervo) e Ixodes hexagonus (garrapata del erizo).

Otro subbloque alerta sobre parásitos transmitidos por dípteros (tales como la Dirofilaria, Leishmania, Thelazia callipaeda, Onchocerca lupi). Cuando de ellos se trata, se debe tener en cuenta, igualmente, la presencia de varios gusanos filarioides, enzoóticos en Europa y transmitidos por mosquitos (Culicidae/culícidos) en perros y gatos que se desplazan entre países, da igual si esa enfermedad está presente de manera continua en esa zona geográfica o no.

El documento menciona a este respecto a los gusanos filarioides, nemátodos que infectan el tejido conectivo y el sistema vascular de perros y gatos. Dirofilaria immitis, el gusano del corazón canino y felino, es la especie más patógena, mientras que la Dirofilaria repens, que causa principalmente dirofilariosis subcutánea, es la especie más importante responsable de infecciones zoonóticas por Dirofilaria en Europa. Este nematodo infecta principalmente a cánidos, pero también puede infectar a otros mamíferos, en particular a hurones y gatos. Es enzoótica en el sur y partes del este de Europa y es una causa importante de enfermedad cardiorrespiratoria grave en perros y gatos. En raras ocasiones, se han reportado granulomas parasitarios en los pulmones, similares a un tumor pulmonar, debidos a larvas migratorias aberrantes de D. immitis en humanos en diferentes países europeos.

Foco en la leishmaniosis

La lista de parásitos de los que advierte el ESCCAP es larga, pero hay uno que merece especial mención por su popularidad: la leishmaniosis, causada por parásitos protozoarios intracelulares del género Leishmania, siendo Leishmania infantum la especie predominante en perros y gatos del sur de Europa. La transmisión se produce principalmente a través de picaduras de flebótomos (mosquitos de arena). Se han descrito otras vías de transmisión no vectoriales en zonas no enzoóticas, como la vertical, la venérea (principalmente de macho infectado a hembra) y la transfusión sanguínea. Estas vías alternativas explican la aparición de casos esporádicos en perros que nunca han viajado fuera de zonas no enzoóticas (casos autóctonos reales). La leishmaniosis tiene potencial zoonótico y actualmente se cree que se produce exclusivamente a través de picaduras de flebótomos.

La leishmaniosis canina es enzoótica en el sur de Europa, con tasas de prevalencia de la infección de hasta el 60 % en poblaciones expuestas mediante diagnóstico serológico. Las cifras de la guía muestran el límite norte aproximado del territorio donde está presente de forma constante y habi- tual en la población animal, sin que se extienda de forma epidémica. Fuera de esta zona, se han diagnosticado y tratado numerosos casos importados de leishmaniosis canina y algunos casos en gatos.

Sin embargo, cada vez hay más informes de infecciones aisladas en perros que no han transitado ni residido en zonas enzoóticas, así como de transmisión entre perros en zonas enzoóticas sin flebótomos. Lo más probable es que la transmisión focal pueda ocurrir durante un período limitado si existe suficiente presión infecciosa procedente de perros infectados importados en ausencia de vectores competentes a través de estas vías no vectoriales.

La guía dedica también unos párrafos a los parásitos transmitidos a través de la depredación y el consumo de carne/despojos crudos. De estas infecciones, la más importante en Europa es la tenia del zorro, E. multilocularis, causante de la equinococosis alveolar en humanos. Se trata de una zoonosis grave y además se ha propagado rápidamente por el continente europeo en los últimos 20 años.

La tenia adulta es transmitida por zorros, perros mapaches, otros cánidos salvajes y, en raras ocasiones, por perros y gatos. Los zorros actúan como reservorio de la infección y los ratones de campo microtinos como hospedadores intermediarios. Los animales se infectan por la depredación de estos roedores, y la infección en poblaciones urbanas de zorros y perros acerca el parásito a las personas. Por su parte, los gatos pueden actuar como hospedadores definitivos de E. multilocularis, pero presentan una menor carga de parásitos y una menor fecundidad que los cánidos.

Medidas preventivas después del viaje y en mascotas importadas

Por último, el informe recuerda que la rápida identificación de infecciones o enfermedades parasitarias en perros y gatos que han viajado o han sido importados es esencial para prevenir el establecimiento de nuevos parásitos y vectores en nuevas zonas geográficas a través de estas rutas. Estos pueden ser "rescates" a través de organizaciones benéficas o particulares, o mascotas importadas para cría, exhibiciones, etc.

Si bien el riesgo es relativo según el historial del animal, el riesgo que representan los parásitos importados para cada mascota, el público y la bioseguridad en general implica que se requiere un enfoque sistemático para estas mascotas. Esto consiste en un historial de viaje completo, un examen clínico, pruebas diagnósticas/cribado, la detección de ectoparásitos y endoparásitos, la eliminación de los encontrados para su identificación y la aplicación de tratamientos preventivos posteriores al viaje.

Primero, un examen clínico exhaustivo de las mascotas importadas identificará signos clínicos adversos, los cuales pueden compararse con enfermedades parasitarias exóticas y con los de los países que la mascota ha visitado. Este debe incluir perfiles hematológicos y bioquímicos, así como análisis de orina, y los países visitados a lo largo de la vida del animal, ya que algunos parásitos pueden permanecer en estado subclínico durante meses o años antes de manifestarse clínicamente.

Después, los perros y gatos que hayan viajado al extranjero durante períodos cortos deben someterse a pruebas de detección de patógenos según los signos clínicos que presenten o la presencia de garrapatas. No obstante, si se importan a largo plazo o de forma permanente, es necesario someterlos a pruebas de detección de los patógenos. En el caso de los transmitidos por garrapatas, el gusano del corazón y los gusanos subcutáneos pueden tener largos períodos de incubación antes de que se presenten los signos clínicos. La infección también puede ser de por vida y, en algunos casos, conlleva un mal pronóstico.

Pero la detección permitirá un diagnóstico precoz, preparando al propietario para lo que podría ser un tratamiento de por vida, el riesgo zoonótico asociado y limitando una mayor propagación mediante un tratamiento eficaz y el control de garrapatas. Se debe informar a los propietarios de mascotas que los resultados negativos de muchas pruebas no descartan por completo la posibilidad de infección y que se requieren pruebas adicionales.

Finalmente, se debe revisar al animal para detectar garrapatas, y cualquiera que se encuentre debe identificarse posteriormente. Es importante comprobar la presencia de otros ectoparásitos, especialmente en mascotas rescatadas o realojadas, puesto que es posible que no se haya implementado una protección antiparasitaria adecuada.

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