Un nuevo estudio del Royal Veterinary College (RVC) ha demostrado que la monotonía sensorial puede inducir en las ratas comportamientos parecidos al aburrimiento, de forma similar a lo que ocurre en los humanos. Estas conclusiones podrían tener implicaciones relevantes en la forma de entrenar a los animales, en su bienestar ...
Un nuevo estudio del Royal Veterinary College (RVC) ha demostrado que la monotonía sensorial puede inducir en las ratas comportamientos parecidos al aburrimiento, de forma similar a lo que ocurre en los humanos. Estas conclusiones podrían tener implicaciones relevantes en la forma de entrenar a los animales, en su bienestar y en la comprensión de los efectos que provoca la repetición prolongada de tareas tanto en animales como en las personas.
La evidencia de que los animales pueden aburrirse cuando están expuestos a entornos repetitivos o poco estimulantes es cada vez mayor. En investigaciones anteriores, se observaba aburrimiento cuando los animales permanecían en recintos desnudos y sin oportunidades de interacción. Sin embargo, hasta ahora no se había estudiado cómo surge ese aburrimiento durante una tarea activa en un entorno físicamente enriquecido.
Para abordar esta cuestión, el equipo de investigación dirigido por la Dra. Charlotte Burn, profesora asociada de Ciencia del Comportamiento y Bienestar Animal, analizó si la ausencia de variedad sensorial durante una tarea de búsqueda de alimento provocaría signos de aburrimiento en ratas. Entre estos comportamientos figuraban la inquietud orientada a la búsqueda de sensaciones, como los intentos de escape o los saltos, y la somnolencia o desconexión de la tarea, como quedarse quietas o bostezar. Asimismo, los investigadores evaluaron si la introducción de estímulos diversos -sabores, olores y texturas- ayudaba a mantener la motivación.
El experimento se realizó con 20 ratas en dos versiones de una tarea de forrajeo: una monótona y otra variada. Durante sesiones de 20 minutos, los animales buscaban un premio alimenticio oculto en recipientes con diferentes materiales para excavar, como guijarros de arcilla, virutas de madera y serrín. En la condición monótona, el sabor del alimento y las características sensoriales se mantenían iguales cada vez, mientras que en la versión variada cambiaban constantemente. El diseño era aleatorio y ciego respecto al tratamiento, y las condiciones nutricionales y físicas no diferían entre sí.
Los resultados confirmaron que las ratas mostraban con mayor frecuencia comportamientos de escape -contactar la plataforma de salida- en la situación monótona, como se había anticipado. Sin embargo, no se observaron diferencias significativas en otros indicadores, como la somnolencia. Según los autores, es probable que el tiempo de la tarea no fuera lo suficientemente prolongado para provocar esa segunda fase de aburrimiento más profundo y pasivo.
La Dra. Burn explicó:
"Las ratas disfrutan del forrajeo, pero estos resultados demuestran la complejidad de sus necesidades. Buscan evitar la monotonía, lo que sugiere que afecta a su bienestar, igual que nos ocurre a los humanos en situaciones aburridas. Para cualquier persona que conviva con ratas u otros animales, este estudio es un recordatorio de la importancia de ofrecer entornos y experiencias interesantes".
Por su parte, Mr. Ka Ho Timothy Ng, que recopiló los datos del comportamiento como parte de su tesis de grado en Biología Animal, Comportamiento, Bienestar y Ética en el RVC, señaló:
"Este trabajo muestra que el bienestar animal no se limita a la salud física, sino que también implica atender sus necesidades emocionales y cognitivas. Muchos problemas de comportamiento se confunden con desobediencia cuando en realidad son manifestaciones de aburrimiento, lo que puede conducir a castigos innecesarios".
El Dr. Matthew Parker, profesor asociado de Neurociencia y Análisis Conductual en la Universidad de Surrey y colaborador del estudio, añadió:
"Los hallazgos refuerzan la idea de que la monotonía sensorial activa respuestas similares en humanos y animales. En las personas, el aburrimiento puede incluso poner en marcha sistemas de estrés cerebral, sobre todo en individuos con rasgos impulsivos o hiperactivos. Ver que las ratas mostraron más conductas de escape en entornos repetitivos sugiere un mecanismo evolutivo común para evitar la monotonía".
Estos resultados subrayan la importancia de crear entornos más estimulantes para mejorar la calidad de vida de los animales domésticos, de laboratorio y de producción, y de prestar atención al aburrimiento como un factor relevante en su comportamiento y bienestar.
Para más información sobre el Animal Behaviour Clinic del RVC:
https://www.rvc.ac.uk/small-animal-vet/specialist-referrals/clinical-services/animal-behaviour