Un equipo internacional de veterinarios especializados en odontología felina ha puesto cifras a un problema clínico que, aunque conocido, no se había estudiado de forma sistemática: la atrapada del labio superior (maxillary lip entrapment, MLE) después de la extracción de los colmillos superiores en gatos. La investigación, publicada en Frontiers ...
Un equipo internacional de veterinarios especializados en odontología felina ha puesto cifras a un problema clínico que, aunque conocido, no se había estudiado de forma sistemática: la atrapada del labio superior (maxillary lip entrapment, MLE) después de la extracción de los colmillos superiores en gatos. La investigación, publicada en Frontiers in Veterinary Science, concluye que esta complicación aparece en siete de cada diez gatos sometidos a este procedimiento dental, aunque en la mayoría de los casos es leve y autolimitada.
El estudio, titulado Post-extraction maxillary lip entrapment in cats: a prospective study, incluyó 37 gatos atendidos en tres clínicas veterinarias de Alemania, Italia y Eslovenia entre diciembre de 2022 y noviembre de 2024. Todos los animales se sometieron a la extracción quirúrgica de uno o ambos colmillos maxilares debido principalmente a enfermedad periodontal avanzada, lesiones de reabsorción dental o traumatismos.
Los investigadores observaron que un 70,3% de los pacientes desarrollaron MLE durante las primeras semanas tras la intervención. La mayoría de los casos fueron catalogados como mild, es decir, leves, sin signos clínicos de dolor relevante y con una evolución favorable sin necesidad de tratamiento. Solo tres gatos presentaron lesiones moderadas, caracterizadas por enrojecimiento e inflamación de la mucosa labial, de los cuales dos necesitaron tratamiento médico con antiinflamatorios y geles tópicos. Ninguno sufrió lesiones graves que precisaran cirugía correctiva.
Los autores destacan que, pese a la alta prevalencia, el pronóstico es bueno: "En todos los casos se observó mejoría progresiva, con cicatrización de las lesiones y reducción de las molestias", explican los veterinarios Robert Marx, Margherita Gracis, Luka Šparaš y Ana Nemec, firmantes del trabajo.
Para conocer qué factores anatómicos o quirúrgicos podían predisponer a este problema, el equipo analizó variables como la longitud relativa del hocico, la altura de la corona de los colmillos mandibulares, la separación entre las puntas de los dientes y la cantidad de hueso extraído durante la intervención. Sin embargo, ninguno de estos factores mostró relación estadísticamente significativa con la aparición de MLE, lo que sugiere que se trata de una complicación multifactorial difícil de predecir con precisión.
Un hallazgo curioso fue que algunos gatos no mostraron signos de atrapada del labio de inmediato, sino que esta apareció días después: "Probablemente se deba a la remodelación de los tejidos blandos durante la cicatrización", señalan los autores.
La investigación también evaluó de forma exploratoria una técnica poco documentada: la colocación de un composite dental en la punta del colmillo mandibular para suavizar su contacto con el labio. No obstante, el procedimiento se abandonó al constatar que no parecía prevenir el problema de forma eficaz.
Para los clínicos, estos resultados ofrecen información práctica relevante. Según el estudio, la MLE debe considerarse una complicación frecuente pero generalmente benigna de la extracción de los colmillos superiores en gatos. La vigilancia postoperatoria y la información a los propietarios sobre esta posibilidad son clave para un manejo adecuado.
Los autores subrayan que futuras investigaciones, idealmente con mayor número de casos y utilizando técnicas de imagen avanzadas como la tomografía computarizada, podrían aportar más claridad sobre los factores predisponentes y ayudar a perfeccionar las técnicas quirúrgicas y preventivas.
El trabajo completo puede consultarse en la web de Frontiers in Veterinary Science:
https://doi.org/10.3389/fvets.2025.1620100