Un equipo de investigadores del Colegio de Veterinaria de la Universidad Estatal de Mississippi y la empresa de diagnóstico VET.CT ha llevado a cabo un estudio pionero para comparar dos técnicas de imagen claves en la práctica veterinaria: la tomografía computarizada (TAC) y la ecografía abdominal. El objetivo: determinar cuál ...
Un equipo de investigadores del Colegio de Veterinaria de la Universidad Estatal de Mississippi y la empresa de diagnóstico VET.CT ha llevado a cabo un estudio pionero para comparar dos técnicas de imagen claves en la práctica veterinaria: la tomografía computarizada (TAC) y la ecografía abdominal. El objetivo: determinar cuál de las dos es más precisa para diagnosticar enfermedades biliares en perros con signos de abdomen agudo, como vómitos, letargo o dolor abdominal.
En la investigación participaron 35 perros con síntomas clínicos compatibles con una patología biliar. A todos se les realizaron tanto una ecografía como un TAC abdominal en fases arterial y venosa. Los estudios de imagen fueron analizados de forma independiente por radiólogos veterinarios sin conocer el diagnóstico final del paciente.
Los resultados fueron prometedores. El TAC mostró una precisión diagnóstica del 97,1%, mientras que la ecografía alcanzó un 82,9% de coincidencia con el diagnóstico clínico final. En particular, el TAC fue más eficaz en la identificación de cálculos biliares (colelitiasis), detectando todos los casos, mientras que la ecografía solo identificó cinco de los trece.
Sin embargo, ambas técnicas mostraron una excelente concordancia en el diagnóstico de mucoceles biliares y en la detección de una masa en la pared de la vesícula biliar. También hubo buen acuerdo en el diagnóstico de colecistitis, aunque la ecografía se mostró algo más limitada para visualizar estructuras pequeñas como los conductos biliares.
La ecografía, aunque más accesible y económica, presenta limitaciones relacionadas con la experiencia del operador, la posición del paciente o la presencia de gas intestinal. En cambio, el TAC permite una visualización más completa del abdomen en menos tiempo, aunque requiere sedación y es más costoso.
El estudio concluye que el TAC puede considerarse una alternativa válida a la ecografía, especialmente cuando esta no está disponible o en pacientes grandes y complejos. No obstante, los autores destacan que ambas técnicas pueden complementarse en la práctica clínica diaria para lograr diagnósticos más certeros en pacientes críticos.
Esta investigación abre la puerta a un mayor uso del TAC en medicina veterinaria, a medida que esta tecnología se vuelve más accesible y que la rapidez en el diagnóstico puede marcar la diferencia en casos urgentes.