El proyecto GARES (Garrapatas de España) surge como consecuencia de los primeros casos de fiebre hemorrágica de Crimea-Congo que se diagnosticaron en España. Su codirector, el veterinario Félix Valcárcel, investigador científico del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA-CSIC), explica que en el Ministerio de Sanidad pensaron ...
El proyecto GARES (Garrapatas de España) surge como consecuencia de los primeros casos de fiebre hemorrágica de Crimea-Congo que se diagnosticaron en España. Su codirector, el veterinario Félix Valcárcel, investigador científico del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA-CSIC), explica que en el Ministerio de Sanidad pensaron que podía ser un riesgo para la salud pública y que se pusieron en contacto con ellos, como expertos en garrapatas, para preguntar si estaban aumentando. "Como les dijimos que no podíamos contestar porque no había un dato real sobre su distribución y dónde estaban y que había que estudiarlo, comprobar qué especies hay en cada zona y qué patógenos hay en cada especie, nos propusieron llevarlo a cabo", cuenta.
El objetivo principal del proyecto es definir en todas las provincias de nuestro país qué especies de garrapatas circulan. "Empezamos en 2023 con apenas un proyecto de seis meses que luego pudimos ampliar a poco más de un año y un poquito", informa. Se muestra satisfecho porque han creado "el primer mapa casi completo, y el más actualizado, de garrapatas en España". Aclara que es un punto de partida que les va a servir para, en años posteriores, saber si de verdad las garrapatas se están extendiendo geográficamente.
Es importante para los veterinarios en dos sentidos. Primero, "por su trabajo". Segundo, "porque las garrapatas, aunque tengan ciertas preferencias, algunas por ciertos animales, también se pueden alimentar en el hombre". Matiza que, "por un lado, pueden sufrir las enfermedades que transmiten y, por otro, tienen en muchos casos la necesidad de combatir las enfermedades que producen a los animales".
Hallazgos principales
Este primer mapa ha confirmado que "las garrapatas, como se pensaba, están por todos los lados". Lo que sucede es que "ahora ya sabemos cuáles están en unos sitios y cuáles en otros, y cuáles son los lugares donde, según la especie, es más posible que ciertos patógenos, muchos de ellos zoonosis que afectan al hombre, pueden ser transmitidos por las garrapatas". Hay unas zonas de mayor riesgo en función de las especies.
Valcárcel destaca dos géneros, de los cinco que hay en nuestro país, especialmente preocupantes. Uno es Ixodes, con una especie principal, Ixodes ricinus, que requiere alta humedad y predomina en el norte, aunque puede encontrarse en otras zonas con suficiente humedad. El otro género es Hyalomma, que tiene dos especies, Hyalomma marginatum e Hyalomma lusitanicum, que no necesitan tanta humedad y que están distribuidas en el sur, centro, este y noreste del país, conocidas por ser vectores del virus de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo. Otros géneros como Dermacentor, Rhipicephalus y Haemaphysalis presentan riesgos en ganadería y en la salud humana.
La siguiente fase, que dura dos años, del estudio busca completar el muestreo en más municipios -en la primera se ha llegado a 500- y analizar la dinámica poblacional de las garrapatas a lo largo del año. Se está colaborando con comunidades autónomas para establecer puntos de control, en los que se va a muestrear, que permitan asimismo un seguimiento continuo de las poblaciones. De esta manera, se podrá ver si la población de garrapatas aumenta o disminuye.
Siempre han estado ahí
¿Por qué es importante estudiar las garrapatas? "Porque transmiten enfermedades y porque también producen otro tipo de patologías que no son tan graves como las enfermedades transmitidas, pero, en ocasiones, pueden producir anemia, introducir toxinas que producen parálisis o favorecer infecciones secundarias por heridas abiertas en la piel", responde. Lleva dos décadas estudiando a las garrapatas. En estos 20 años, "no han evolucionado el sistema". Valcárcel, que en algunos medios generalistas le han apodado cazador de garrapatas, dice que "están descubiertas o se han encontrado restos de garrapatas de hace 100 millones de años".
Lo que han hecho es ir evolucionando con los animales en los que se alimentaban. "Lo que ha cambiado es nuestra percepción. Antes se consideraba que era un problema casi exclusivamente veterinario, porque venían a las clínicas perros con garrapatas, se las quitábamos, los tratábamos y poco más. Los ganaderos, mediante los protocolos de desparasitación, aplicaban unos productos, se iban las garrapatas y ya se pensaba que se había acabado el problema. Y hasta que empezó el caso de fiebre hemorrágica de Crimea-Congo la sociedad en general no había tomado conciencia de que son un problema de salud", puntualiza. Por supuesto, salud ganadera y salud pública. A su juicio, lo que de toda la vida hacían los veterinarios "y que ahora se llama 'One Health', Una Sola Salud".
"El cambio climático afecta a las garrapatas de una forma indirecta y lenta al modificar los ecosistemas y alterar la distribución de sus hospedadores naturales", indica. Sin embargo, argumenta que las acciones humanas tienen un impacto mayor y má ápido. La deforestación o la urbanización descontrolada obligan a los animales a desplazarse y, con ellos, a las garrapatas. Esto puede generar nuevos puntos de contacto con humanos.
Problemática en clínicas veterinarias
Abordamos con él los problemas ocasionados por las garrapatas que llegan a las clínicas veterinarias, con los perros y los gatos sobre todo. Afirma que es menos frecuente de lo esperado, puesto que "los propietarios de los animales de compañía están bien concienciados por los veterinarios y por la propia preocupación de ellos mismos en el uso de antiparasitarios". Cuando uno va con su mascota por el campo, se le ha puesto normalmente una pipeta, un collar, se le ha pinchado algo o dado una pastilla y está perfectamente controlado. Recuerda que, para que el producto funcione, ha de picar la garrapata, chupar la sangre y entonces se morirá.
No obstante, en perros de caza y en algunas regiones específicas, sobre todo en zonas de Castilla y León y más al norte, los casos de infecciones transmitidas por garrapatas son más comunes.
"Afortunadamente, los fármacos que tenemos para luchar contra las garrapatas en España funcionan muy bien, son muy buenos", se congratula. Son eficaces, sin resistencias detectadas. Eso sí, el desarrollo de productos de mayor duración y menor impacto ambiental es un reto. Se están estudiando vacunas frente a algunas especies de garrapatas, no disponibles en España, que por el momento no son 100 % efectivas, pero ayudan a reducir las poblaciones futuras y poco a poco van bajando las densidades de garrapatas.El proyecto GARES está abierto a la colaboración de veterinarios, que pueden enviar muestras de garrapatas para su identificación y análisis. Repite que sabiendo qué garrapatas hay, se puede predecir qué patógenos pueden transmitir. Además, la labor del veterinario, aparte de atender a los animales, es "la de concienciación" de los propietarios de mascotas. "Revisar a los animales y a uno mismo tras paseos por el campo es fundamental para la prevención", asevera Valcárcel. Muchas veces los dueños de los perros se olvidan de ellos mismos y sólo revisan a las mascotas.
El equipo central del proyecto lo componen otras tres personas, también veterinarias, María Sánchez, Andrea Herrara Gil, Nélida Fernández Pato y Sonia Olmeda, la otra codirectora del proyecto, que es profesora titular en la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid. "Quiero destacar el interés excepcional y la colaboración de voluntarios, muchos de ellos veterinarios, que participaron activamente y de forma altruista en la recogida de muestras. La labor de estos ciudadanos científicos, casi 350, ha sido la clave del éxito de esta primera fase", comenta.
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